
El Señor de la Oscuridad
// Parte 3 //
El aparcamiento subterráneo cerca del sitio, fue perfecto; nadie pareció fijarse en aquellos altos hombres, cargando lo que parecía ser una alfombra. Una vez en el lugar, Rendaf activo el botón colocado sobre el localizador; las luces de un auto se encendieron. Era un jepp antiguo, en perfecto estado. Subieron a él, las luces de la ciudad empezaron a titilar; Rendaf condujo el vehículo hacia las afueras; cerca de una colina boscosa; una estrecha vereda les condujo a una planicie libre de vegetación; una vez allí, el auto pareció descender por medio de una plataforma circular. No tardaron mucho en llegar a un túnel, el jeep siguió su camino, en tanto la plataforma regresaba a su sitio original. El auto continuaba su ruta en aquel gigantesco bunker. Diez minutos más tarde llegaron a un edificio de aspecto adusto. Messani parecía despertar quejándose de una jaqueca descomunal. Rendaf la lleva dentro. Paneles de ventilación y aire acondicionado pendían de un techo de gran altura. Un sonido semejante al de un panal inundaba la edificación. Equipos de alta tecnología llenaban las paredes.
Es autosuficiente, dijo con orgullo Rendaf. Mi padre y yo lo diseñamos. Un poco más allá se encuentran la cocina y el comedor. Pasando por este corredor se encuentran los dormitorios, decía señalando como si fuese guía de un tour.
— Es sorprendente, dijo Dionis. Parece no pertenecer a nuestro mundo.
—Y no lo es, responde el guerrero; es 100% humana, al menos sus componentes y tecnología.
— Oye amigo,¿ por qué no podemos tener un sitio de esta belleza en nuestro cuartel ?
—Creo que eres un poco torpe, dijo Messani mientras le miraba burlonamente; este es el hogar de los Crisso ; una estirpe con un poder impresionante, jamás uno de tu clase llegara a poseer un lugar así.
—Umm, carraspeó Rendaf, con cierta actitud de molestia, prefiero pensar que es un centro de vigilancia que permitirá a los Señores de la Oscuridad ejercer un control más efectivo del mundo circundante.
—Ah, ya veo dijo ella; quizás en tu próxima incursión a la superficie planees invitar algunos Líderes a este sitio…
— El Señor Oscuro la contempla fríamente, mientras se acercaba a ella de manera un tanto amenazante: creo que debes tener cuidado con lo que dices pequeña, odiaría tener que cortar tu lengua.
Messani dio un paso atrás, no quería demostrar temor ante sus captores, pese a ello, su corazón latía tan acelerado cual conejillo asustado. El guerrero parecía regodearse dominando la situación; luego, con molestia se retiró del sitio diciendo:
—Si tienen apetito deben cruzar el pasillo a su izquierda, debo atender unos asuntos. Dionis se dirigió con premura a los pasillos que daban a las habitaciones centrales, la chica lo siguió a una prudente distancia. Sabía acerca de los Oscuros por su padre; guerreros crueles… despiadados. Tuvo miedo de lo que podrían hacer, era una mujer, una guerrera enemiga; estaba en sus manos. Observa con detenimiento buscando con desesperación algún objeto que pudiese servir como arma defensiva.
— Creo que llegamos ; aquí tienes, sírvete lo que desees. Llevaré algunas cosas a mi habitación. Dijo el oficial mientras llenaba una cesta. La joven básica tomó unas cuantas frutas y agua, el dolor de cabeza continuaba, preguntó antes de que Dionis se retirara cuál habitación podría tomar. El la miro sin mirar, llevando un enorme trozo de carne a su boca:
— Ummm, pregunta a Rendaf, él es nuestro superior.
No tenía ningún deseo de hacer eso, por lo que siguió el pasillo que daba a las habitaciones ; escogería las últimas, consciente de su status dentro del grupo, una de ellas estaba con algún equipo acomodado en cajas, una litera , junto a una pequeña mesa completaba el conjunto; lanzó su morral sobre la cama; cansada, temerosa de su destino trato de conciliar el sueño; su subconsciente le traiciona, en terribles pesadillas miraba como Rendaf, convertido en un gigante, cortaba la cabeza de los soldados básicos a su alrededor… la sangre de sus congéneres cubría los pies de la joven; despertó sobresaltada, sudorosa.
Rendaf en tanto tomaba un descanso en su magnífica cama; observa el lugar como si fuese la primera vez, le incomoda el hecho que la básica tuviese razón; era un refinado y lujoso sitio; creado por un clan de gran poder dentro de la sociedad Oscura. Allí no existía sitio para la falsa modestia; consciente de este hecho sintió un leve resquemor de culpa. Luego sonrió; no escogió ser un Crisso , además los grandes y poderosos guerreros merecían un sitio decente donde curar las heridas de su cuerpo … y su alma. Al anochecer, se reunieron en la sala de mando. El capitán preguntó por la joven, Dionis dijo no saber su paradero. Rendaf ordenó al sistema localizar a la básica en el área de descanso. Después de unos cuantos minutos la voz mecanizada advirtió que no había nadie dentro de esa área.
Los guerreros dijeron al unísono:
—¡La maldita básica escapó! Sistema, ordena Rendaf, revisa las salidas del refugio.
—No creo que se halle muy lejos, las salidas fueron selladas. Buscaremos en los alrededores. Dijo el oficial.
Rendaf toma su espada, si la chica intenta algo descabellado tendría que tomar una decisión. Media hora después, Dionis descubre a la básica, durmiendo en una de las pequeñas bodegas de almacenaje.
—Señor, la chica está en un sitio de almacenaje. Parece dormir.
—Bien, respondió Rendaf aliviado, déjala. Ven debemos hacer planes.
Ambos marcaron de nuevo el lugar de las fuerzas básicas que debían ser aniquiladas
—Según nuestra informante siguen siendo chicos inexpertos los que se encuentran en el lugar… crees que cuando Lengua Negra descubra nuestra ausencia, detendrá el ataque.
—No lo creo, hay algo en todo este asunto que no calza… dijo Rendaf preocupado. Por lo pronto pediré a la IA central que me de toda la información posible de la supuesta plaga de la que habla la chica.
— ¿Por qué afectaría solamente a los adultos de su especie? Porqué los Dueños no actuaron, su poder es extraordinario… dejar que jóvenes e inexpertos soldados tomen el lugar de guerreros fuertes y de amplio conocimiento en las artes de la guerra… Eso les haría perder sus combates.
— Tienes razón, afirmó su amigo; hay algo que no logra encajar…
—Y ahora, ese afán de los Líderes Oscuros de pelear en el plano humano, sin temor a la luz del día… Apuntó con cierta preocupación Rendaf.
—Una voz femenina se escucha tras ellos…
— Saben, no puedo descartar la teoría de que al parecer nuestros jerarcas se han puesto de acuerdo para causar problemas a ambos bandos…
—Oh, miren, dijo burlonamente Dionis, una joven que además de bella, logra pensar
—Ella hizo un rictus de molestia, que fue reflejado en su rostro, apretó la mandíbula, mientras se retiraba del sitio, dándoles la espalda.
—¿Dónde vas? ¿ A buscar un túnel por donde escapar? Dionis se reía de ella sin reparos.
Messani se volvió hacia él, el escultural cuerpo ahora evidente por los ropajes humanos, tensó sus músculos, su mano lanzó con fuerza un espino de metal al hombro del oficial; un grito de dolor llenó la sala; Dionis alcanzó su espada, su cuerpo se dirigió veloz hacia la básica. Esta pareció no inmutarse; agachándose un poco preparó su cuerpo para una lucha cuerpo a cuerpo. Rendaf advierte asombrado como la pequeña joven estaba decidida a hacerle frente a su amigo. La espada se levantó para dar un golpe mortal; Messani evade la fuerza del golpe; sus pies se dirigen con fuerza hacia la espalda de Dionis; este se volvió furioso. Una y otra vez intenta terminar la pelea con un certero golpe, la joven era una luchadora veloz y astuta; un golpe certero de Dionis, la hizo rebotar en una de las paredes; este se acerca a ella blandiendo su arma; Rendaf alcanza su espada y la empuja por el suelo hacia ella; el oficial mira el rostro de Rendaf con sorpresa; pero la joven no toma la espada; observa a Dionis retadoramente, se hinca ante él y agacha su su cabeza:
— Vamos, dijo, termina cuanto antes este juego! Solo será un golpe y podrás relatar cómo mataste a un básico más!
Dionis baja su espada. Rendaf le mira agradecido; por ello era su mano derecha y su mejor amigo; ningún guerrero tomaría una vida sin que hubiera honor en ella, no los verdaderos.
— Será mejor que vaya a curarme esta herida, dijo mientras se retiraba.
La joven levantó su cabeza. No dijo nada, sabía también que era hora de retirarse. Rendaf la ve marchar , sus ojos se llenaron con la figura de aquella básica, su corazón se agita, el aroma en el lugar era inconfundible. Una pareja digna de un Crisso. Sonríe con desgano, él estaba realmente convencido, pero eso sería suficiente para que ella sintiera más que odio y temor por él. Se retira al salón de combate, necesitaba controlar aquel ímpetu amoroso que empezaba a llenar su vida. El amanecer le encontró con su espada en mano lanzando golpes al aire, simulando estar en batalla. Durmió unas pocas horas.
Capitulo 3 // El Mundo de los Dueños
La IA central tenía información requerida por el Señor Oscuro; la plaga no existía.
Messani mira con molestia los registros dados, con furia lanza a la mesa donde se hallaban los guerreros un pequeño envoltorio.
—Si tu IA es tan poderosa, que analice estos restos, son cabellos de mis padres, los corte antes de que los Dueños incineraran todos los cadáveres, sus anillos de bodas también están allí. Quiero saber quién miente y por qué, dijo con decisión.
Ellos tomaron las muestras, llevándolas al laboratorio, Rendaf lleva a cabo la investigación, al atardecer solicita a Dionis y Messani al laboratorio, los resultados están listos.
Messani fue la primera en llegar, la computadora leyó los datos despacio:
El principal componente tóxico en los restos se trata de Mandragora azul; un poderoso veneno, cuya toxina ataca el cerebro e impide que el mensaje al sistema muscular del cuerpo llegue, dificultando su actividad; provoca paros cardiorespiratorios. Fue usada en la antigüedad por los monarcas del Cielo Superior como castigo contra los pueblos que se revelaban a su dominio. Un poco esparcido sobre alimentos o bebidas es suficiente para ocasionar la muerte.
—Bien, dijo en tono cansino Dionis, ahora solo debemos averiguar cómo este letal veneno fue colocado específicamente en los alimentos de los adultos, respetando la vida de adolescentes.
—Qué tratas de insinuar, pregunto Messani
—Calma, respondió éste, no deseo molestar a la fierecilla que hay dentro de ti; mira,¿ cuál equipo de nuestros guerreros entrarían a tu aldea, colocando específicamente el veneno en un miembro de la familia sin lastimar al resto?
—El día de celebración Lunar los Dueños enviaron a nuestro pueblo un licor de miel, a los más jóvenes nos es prohibido todo tipo de bebidas antes de que terminemos con el entrenamiento.. si mal no recuerdo fue después de dicha celebración que la muerte se afincó en nuestra aldea. Explicó Messani.
—Si lo vemos de ese modo el plan no requerirá demasiado tiempo, simple y efectivo , de lo contrario deberían tener un marcado cuidado de eliminar solamente a los que se encuentran en la lista de la muerte, recalcó Restaf; no quiero degradar a nuestros líderes Oscuros, es un plan demasiado refinado para su inteligencia…Debe existir una mente maestra detrás de un plan tan efectivo y cruel. Concluye Rendaf.
—Tienes razón, dijo entre risas Dionis, no puedo imaginar a Lengua Negra desarrollando un plan tan maquiavélico como éste; hay otra cosa a nuestro favor… la mandrágora azul… nuestro pueblo no tiene acceso a ella.
—¿De qué hablas? Preguntó molesta Messani
Ambos guerreros se miraron entre sí de manera cómplice, como si un rayo hubiese iluminado todas aquellas interrogantes.
—La mandrágora azul solo crece en la dimensión de la cual los Dueños son los amos… dijo lentamente Dionis. Es un regalo del inframundo a cambio de metal y armas para su ejército.
—No, no es posible, ellos nos necesitan como guerreros… los básicos somos sus fieles soldados, si desean conquistar el Mundo Oscuro cómo lo harían sin nosotros? Pregunto Messani
—Desde un principio Rendaf tuvo sospechas acerca de todo esto, dijo Dionis, si quieren ganar la guerra y adueñarse del mundo oscuro, porque utilizar guerreros tan jóvenes y faltos de experiencia? Tu has sido testigo, dijo mirando a la chica, sus reductos de guerreros son cada vez más exiguos. Solo quedan unos cuantos bastiones, debilitados por el hambre y la enfermedad.
— Es cierto, apunta ella ella, la mayoría de nosotros solo deseamos que esto termine de una u otra manera.
—Messani, preguntó Rendaf mirándola a los ojos, crees que si logramos convencer a tus amigos de rendirse ante nosotros, lo harían.
—No lo sé, responde ella, el temor ante los castigos disuade toda idea de deserción en nosotros; si lograra que ellos me escuchen…
—Lo intentaremos, dijo el guerrero, es hora de descubrir que planean los gobernantes de ambos bandos. Si los Dueños quedan sin resistencia, qué excusa utilizaran los Líderes para incursionar en el mundo humano.
— ¿Los Señores Oscuros, en la tierra? Qué locura es esa, pregunta la joven
— Es lo mismo que deseo saber, respondió Rendaf. Es hora de que nos presentemos ante tus amigos… trataremos de convencerles de que utilicen el refugio como su hogar, hasta que demos fin a nuestras interrogantes.
—Bien, dijo ella, me arriesgaré a confiar en ustedes, cada atardecer somos llamados a reunión donde nos son dadas las órdenes a seguir. Todos acuden de manera obediente, el temor reina en nuestras filas, algunos han escogido morir bajo sus espadas, que asistir a su propio castigo. Les llevaré al punto de reunión, no pueden llevar sus armas.
— Oh, es una magnífica idea, si la tropa de chicos decide que no quiere un trato con nosotros; estaremos a su merced.
—Te equivocas Dionis, responde Rendaf, recuerdas las armas defensivas que compre a Hostag, ellas nos salvaran el pellejo en caso de un rotundo no de parte de los chicos, o una traición de nuestra básica
Ella contempla al guerrero Oscuro con ira reprimida, toma su pequeña bolsa de recuerdos, la coloca sobre la palma de su mano, sacando uno de los espinos de su cinturón de guerrera, colocándolo sobre su muñeca, traspasa su piel, la sangre mano en un hilillo espeso, con voz lenta y grave dijo: por el honor de mis padres, guerreros básicos, de rango 1, prometo colaborar en esta misión, me convertiré en una más de su raza, hasta averiguar lo que sucede.
