Parte 2

Terra Tenebrae

// Parte 2 //

Capitulo 2 // Intervención Divina

Ammer   apartó a los  supuestos contendientes  mientras decía:

— No olvidemos quienes somos,  aun  poseemos  la gracia divina.

—Es cierto, afirmó  con seriedad  Jetrho,  si olvidamos eso  no podremos ayudar  a ningún inocente.  Debemos aprender  a convivir por un tiempo, el necesario para que  el  renegado  nos pueda enseñar  a valernos por nosotros mismos.

River  puso el báculo a su lado, Helius dio dos pasos atrás.  
 
El  anfitrión  descontento  señaló una puerta a la derecha indicando:

— Hay varios pisos en el lugar,  escojan el suyo,  este primer nivel es mío, traten de no invadirlo. Y  se retiró  a sus habitaciones.

Los guardianes   descubrieron unas viejas escaleras que llevaban a pisos superiores, dos, descubrirán  minutos más tarde.  Helius  decidió compartir  el tercer piso, Santer sería su compañero.  Jethro y Ammer  tomaron   el segundo nivel.  Las horas transcurrieron volando para el grupo de  ángeles,  las  habitaciones  estaban repletas de objetos viejos y basura.  Algunas ratas  habían poblado el lugar  y los baños mostraban   daños   serios en sus lozas y cerámicas,  la limpieza del lugar les dejó extenuados.  Poco a poco los contenedores de basura colocados en un callejón cercano  fueron   repletos.  Los muebles  menos destartalados  fueron tomados por el grupo para repararlos y  utilizarlos como menaje. 

Gesis en tanto informaba a su amo acerca de los avances de aquellos  invitados.

— Han   hecho un gran trabajo  ordenando  este cutrichil,  solo tu área apesta, dijo de forma insolente y señalando una enorme rata que cruzaba la habitación de River.

— Cállate maldito gato, se supone que tú debías tener esos asquerosos animales lejos de casa.
—Oh vamos, que pretendes,  a duras penas soporto  lamerme el trasero y ahora me ordenas  cazar  esas cosas y quieres que las saboree también?  Cuando te toque limpiar tu trasero con la lengua me encargaré de  cazarlas.
—Sal de aquí, déjame dormir.  Ordenó River.

— Lo siento, no será nada fácil, responde el felino,  Filipo  recogió a  un tipo a dos calles de aquí,  y te envió este mensaje.

—»Annia   se encuentra  cerca,  descubrió tu guarida.  Pronto estará allá.  Recuerda  no  hacerle  daño, es mi amiga.  Saludos . » Termina de decir el enorme gato simulando el envío de un telegrama.

—¿Qué sucede?  Dijo  el ángel rebelde con molestia. Estoy por convencerme que  esto es un castigo del  Superior , primero esos guardianes novatos y ahora una  de las virtudes interviniendo en mi vida.  Qué faltara, que un  dominio  venga a vivir junto a nosotros?  Estás a cargo maldito gato, espanta  a la chica, estaré  en  el bar de Monti,  hay algo que debo saber. Oh, por cierto  no dejes que los novatos entren a mi sótano.

—  Algo más Amo, quieres que te prepare un baño de burbujas cuando regreses, y que deseas para la cena, pato a l’ orange, o una  exquisita langosta?

River no dijo nada, solo envió uno de sus zapatos a la cabeza del  felino, éste aulló exageradamente mientras salía de su habitación.

Cerca del mediodía  una hermosa joven con aspecto un tanto campesino tocó el timbre del viejo  edificio. 

—¡Por  la gracia  divina!  Mira nada más que sitio, oh y ni qué decir del vecindario, si no tuviera mis poderes habría sido  asaltada o muerta  varias veces. ¿ Cómo un ángel guardián  con un récord casi perfecto puede haberse convertido en esta especie de paria?  Bien, ya estoy aquí,  y no me iré hasta que encauce a este guardián por el buen camino.  Tocó el timbre una vez más.  Helius   suspiro con fastidio,  por lo visto el renegado no se hallaba,  él debería abrir la puerta.  Pensó en no hacerlo,  pero el sonido del timbre le estaba colmando la paciencia.  Al bajar al segundo nivel  sus amigos  le  dijeron que sería mejor no abrir.

Deja ese timbre, el que sea pronto se aburrirá. Le dijo Ammer.  Pero no sería así, Annia tocaba con más ímpetu  a la puerta.

Gessi se encontraba  lamiendo su espalda al pie de la escalera.  En cuanto miro al chico ir hacia la puerta le advirtió:

—No abras, es solo una molesta vendedora.

Era demasiado tarde, el joven ángel  abría la puerta para disculparse amablemente y decir que no ocupaban de  nada en ese momento,  al hacerlo  se encontró con una hermosa joven de ojos verdes y mirada limpia.  Sus cabellos rojos estaban atados por una cinta  rosa, su vestido de flores  era hermoso,  se notaba una chica prolija, educada…¿ qué hacía una chica  así en este vecindario?

— Buenas  tardes  joven,  quiero hablar con River.  Le dijo a Helius con una voz musical.

El guardián miró al gato esperando saber donde se encontraba su amo
 
—No me mires, no sé dónde  se encuentra  ese bastardo.

La  chica emitió un gritito de sorpresa. 

— Es un gato que habla, dijo pasando al vestíbulo. Que divertido.  Si no fuera tan maleducado sería  tan tierno.
—Y quién me va  a educar  ?dijo Geiss  echando sus orejas hacia atrás y emitiendo un gruñido amenazador acercándose a la joven.

Helius le tomó con fuerza de la cola diciendo:

—¡ Largo de aquí gato apestoso!

El gato negro cayó sobre un costado, para retirarse diciendo:

—Ya verás, le dire a River lo que acabas de hacer, te  arrepentirás pronto de haber dejado pasar esa peste.  Y salió corriendo por el alféizar de la ventana.

La joven entró  hasta el salón.  Parecía  demasiado   relajada al entrar a ese lugar.  Luego mirando a Helius le dijo:

—Hola, soy Annia, una de las  virtudes.  es un gusto   conocerte.  Sinceramente creí que mi misión recaería solamente en River, pero por lo que veo este lugar se ha convertido en un  refugio   de desertores.  No me engañas,  veo tu halo. ¿ Quieres decirme si hay alguien más en este lugar?

El guardián comprendió   lo que el gato quiso decirle.  Era demasiado tarde.  La joven subía las escaleras al segundo piso.  Allí encontró  al resto del grupo.

—Oh por  el Gran Maestro,  es una guarida, solo que  está mejor que el piso de abajo.  Y en verdad no huele tan mal.  Esto es increíble,  creo que los   Principados  me han  otorgado una gran misión, seguramente están al tanto de mis éxitos anteriores, además de la gran pasión que pongo al   ser encomendada en  una misión.  Ustedes lo ignoran, pero yo fui quien hizo que  Alir, un  guardián  de gran  status,  revocase  su pésima decisión de abandonar su puesto y aspirar a ser un  dominio. Ahora pueden decirme dónde encontrar al tal River?

—No,  no lo sabemos. Contestaron al unísono.

Bien, lo esperare, por lo pronto creo que me ocuparé de limpiar el desastre del primer piso,  este lugar necesita una mano femenina.  Los veré más tarde.  Y diciendo esto bajó cantando las escaleras.

—¿Quién abrió?  pregunto  Ammer, las  virtudes  sólo pueden entrar si son bien recibidas.   Sé por  historias del nivel 8  que pueden enloquecer a cualquiera,  muchos ángeles terminan   escuchando sus sabios consejos  con tal de quitarse tal peste  de encima. 
 
—Fui yo, contestó Helius, el  gato me dijo que solo era una vendedora…

—Será mejor que River no lo sepa, dijo riendo Jethro, o nos sacará a patadas esta misma noche.

Al anochecer  el delicioso olor que despedía la cocina les hizo bajar.

El lugar relucía de limpio, incluso la vieja  y manchada alfombra lucía como en sus mejores tiempos.

—¡Hola! ¿ Dijo ella , tienen hambre ? Esa es una de las terribles cosas que suceden cuando  decidimos dejar nuestros puestos,  como ángeles ninguno  de nosotros  conoce lo que es esa necesidad física, pero en cuanto   bajamos al mundo humano  adquirimos algunas de sus características,  bien,  serviré una deliciosa cena.  Y cumplió su  promesa, un puré cremoso de papas, un bistec y unas zanahorias fritas con mantequilla  hicieron las delicias del grupo.

Gracias  chica, la cena  está deliciosa, dijo Santer.

— Me llamo Annia,  Nivel 7, una de las  virtudes  más asertivas, modestia aparte.  Ahora es tiempo de   charlar chicos. Saben que lo  sucedido no es aceptable,  abandonaron sus puestos, dejaron a sus protegidos,  y no se han reportado durante días  con los  Superiores, eso  está muy mal.  Recuerdan cuando recibieron  sus alas, y prometieron ser fieles guardianes…  aún están a  tiempo de establecer….

 Los guardianes solo miraban como aquella pequeña y roja boca femenina se movía a una impresionante velocidad, cuantas palabras por minuto  sin respirar podía emitir…

River abrió la puerta,  el grupo de ángeles  supo que ese era el preciso momento de escapar y lo hizo de manera rauda y veloz.

—¿Eres River?  Dijo la hermosa joven.

—No me  digas…. Eres  una de las  virtudes.  Dijo él mirando con desidia a la chica.

—No una de las  virtudes, si no la mejor de ellas, con un amplio record de éxitos,  entenderás que  esto es muy importante que los  Superiores  sepan de tu arrepentimiento, yo misma me encargaré de llevarte de nuevo por el buen camino…. Mira, no puedo seguir charlando contigo si antes no te duchas, ay por  la gracia divina, cuánto tiempo tienes  de no bañarte o afeitarte,  si  Filipo no me hubiese dado tu dirección, juro que te habría encontrado por tu olor.  Anda, te guarde algo de cenar.

Los ojos de River se iluminaron,   una buena cena casera…

—Pero antes debes bañarte, te esperaré.  Dijo ella mientras colocaba un mantel y un plato limpio sobre la  mesa.

—Olvidalo, dijo él de manera tosca.  No tengo hambre.

—Es una verdadera lástima, la carne estaba tan jugosa, y el puré de papa, untuoso y  delicioso y ni te cuento acerca de las pequeñas zanahorias cocidas  en mantequilla, rociadas con un poco de pimienta negra… qué  desperdicio, quizás a tu gato le guste…

—Bien, iré a darme una ducha, pero solamente será porque hace calor aquí.  Volveré pronto.

Annia   sonrió complacida.  Ese curso de chef era un arma eficiente…

Al entrar River en su habitación notó que la  ropa de cama estaba limpia, y olía tan bien.  El lugar estaba ordenado, el baño y las toallas limpias.  Hace tanto tiempo no sentía esa sensación…

La cena estuvo deliciosa… el baño había valido la pena.  Todo  marchaba tan bien, hasta que ella comenzó a hablar.  Las palabras se sucedían a tal velocidad,   River   escuchaba una especie de zumbido que salía de aquella hermosa boca.

—Es importante que reconozcas los hechos que te han traído hasta este lugar tan   poco agradable,  y ni he de decirte acerca del barrio.  Creo que el demonio tiene una sucursal en este sitio, sabes yo siempre he pensado que en ciertos lugares donde la oscuridad y la basura se acumulan allí es un buen lugar para que haya nidos de   entidades oscuras.  Y esta ciudad está llena de ellas…. Cientos pululan por cada esquina.  Bien como te decía, la bondad de nuestros principios te permitirán que vuelvas al redil, los   Superiores serán benignos contigo, yo me encargare de informarles que desde el principio de mi intervención, tú fuiste   un buen   elemento que supo escuchar….

La perorata seguía,  River miró hacia las escaleras diciendo:  Ya que estás aquí será mejor que  tomes  este nivel,  yo me acomodaré con los chicos,  será lo mejor, tu debes tener una habitación y derecho a la privacidad,  mañana hablaremos.

En cuanto subió corriendo las escaleras se encontró con los cuatro  guardianes que  escuchaban lo sucedido.
Bien, dijo Jethro,   me alegra que por fin nos consideres tus compañeros…

— Olvídenlo,  tengo otro sitio donde dormir.  Por cierto no dejen que ella  entre al sótano, enloquecerá y tratará de  aumentar su   persuasión.

—Qué hay allá, me pones un poco nervioso River, dijo Ammer.

— Lo sabrán  de todas maneras,    abajo tengo la colección de armas infernales más completa que ustedes  jamás imaginaron .  Contestó el  renegado.

— Armas infernales, como tu báculo?  Dijo  Santer.

— Si,  como ese. Responde  con tranquilidad.

—Y de dónde lo has sacado?  Has hecho un pacto con Satanás?  preguntó Jetrho preocupado.

— No, dijo riendo, esta será su primera lección para sobrevivir ,  en el mundo oscuro  también existen  desertores,  demonios cansados de   recibir órdenes… y otros que lograron tal empatía con los humanos que decidieron dejar todo y vivir   aquí. ¿ Ellos  son colaboradores?  Por supuesto que sí.  Confiables?  Por supuesto que no.  Venden  sus armas a  buen precio para obtener  bienes materiales con los cuales  sobrevivir.

— Son  entidades poderosas,¿para qué necesitan  bienes en este lugar?  Pregunto Santer

—Por la misma razón que nosotros  tenemos que llenar las nuestras, sus poderes fueron disminuidos al igual que los nuestros, deben comer, quieren beber, quieren acostarse con hermosas mujeres… Algunos  de ellos   tienen sus propias   familias.  Pueden usar  dones como la adivinación,  a cual caballo apostar durante las carreras, cuál será la combinación perfecta de números en los juegos de azar,  pero antes de eso deben   tener algún dinero o bien con que empezar. Yo  tuve muchos problemas para lograrlo,debí  sacar  alimento de los botes de basura, dormir en  parques …   descubrí   que necesitaba  dinero y pronto. Tengo   un sexto sentido para encontrar  objetos considerados valiosos por los humanos.   Joyas,   antigüedades,   tesoros  históricos…  con ello inicie mi fortuna.

—¿Tienes una fortuna?  preguntó Helius sorprendido.

— Este es  solo uno de mis edificios.  Tengo dos más, en el centro de la ciudad.  ¿Cómo piensas que  pude comprar   esas   armas?  Además se  debe sobrevivir.  No hay  otra opción.  Necesitas dinero para  comer, un techo sobre tu cabeza,  y poder transportarse  de un lado a otro…  contestó el renegado.

—¿ Por qué escogiste vivir en este sitio?  pregunto  Santer lleno de curiosidad. 

—El dinero es un   medio ,no  mi motivación.  Lo necesito para vivir aquí y lograr mi  cometido. Contestó  lanzando una triste mirada hacia la ventana.   El sitio  era el adecuado,  desde aquí puedo llegar rápidamente a la ciudad y recorrer las calles más   peligrosas.

El tiempo  avanzó  con rapidez,  River   decidió pasar la noche fuera.  El murmullo mañanero despertó al resto del grupo.  La cocina tenía vida propia, el olor a salchichas y tostadas  pobló  el aire,  los chicos  se prepararon para bajar,  Geiss llegó corriendo algo asustado.

— Les recomiendo  quedarse aquí, abajo es un completo pandemónium, la  virtud  esa ha llenado el sitio con  mendigos y adictos, les ha preparado un suculento desayuno. 

— Abrió las puertas sin precaución alguna,  quizás  haya peligro.  Ammer  vigila la entrada al sótano.  Santer   cuida a la chica.  Dijo preocupado Jethro

En tanto  Annia terminaba de servir el último de los platos.  Abrió  el refrigerador,  no había quedado nada para el resto de los ángeles,  luego de limpiar la cocina tendría que ir al supermercado.  No  se dio cuenta de que  algunos de  los pandilleros a los que había dado de desayunar  habían espantado al resto de comensales y le tendían  una trampa.

Los tres la rodearon amenazadoramente, ella les  preguntó con amabilidad:

—¿Desean algo más? Preguntó ella de manera gentil.

—Si, replicó  el que se notaba más drogado.

—A ti linda, queremos devolverte el favor de alimentarnos,  dándote  un poco de gozo.  Dijo mientras hacía un gesto obsceno  con su entrepierna.

La chica suspiró con  fastidio.  Santer entraba a la cocina,  el asunto sería complicado.  La lucha cuerpo a cuerpo no era una de sus habilidades  más significativas.

—Será mejor que se retiren, dijo  ella  con voz tranquila.Uno de ellos intentó desabrochar su blusa.
  Santer tomó   un limpiador,  de algo serviría, pensó.

No fue necesario, Annia  sujetó con fuerza  la mano del hombre  y la dobló hacia atrás , un crack seco  se escuchó  en el aire.  El tipo se hincó de dolor, los dos restantes   atacaron   a la joven con  fiereza,  ella respondió con patadas voladoras y golpes contundentes   de  artes marciales, un remolino de energía descomunal  lanzó  a los atacantes hacia la pared del comedor,  arrancando trozos del revestimiento  de las paredes.  Por último arrastró  uno a uno a sus atacantes, lanzándole   por las escaleras de entrada del edificio  diciendo en voz alta  a unos cuantos de los indigentes que habían  quedado rezagados cerca del edificio:

— Mañana  les espero a la misma hora,  y tened cuidado con vuestros modales! Odio   tener que   dar clases de etiqueta, dijo empujando con su pie al último de los atacantes.

Cuando entró   pudo observar   a Santer  aun con el trapeador en sus manos  y  los demás mirándole  desde   el descanso de las escaleras.

— Oh gracias , piensan ayudarme a limpiar este desastre?  Se los agradezco tanto.  Debo preparar  el almuerzo…. Mmmm qué haré,  quizás  pescado al horno,  y una deliciosa ensalada de  tomate y mozzarela… si eso es.  Dijo sonriente.

Los ángeles se dirigieron una mirada cómplice.  Esa  virtud  era  algo especial.
 

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