
Amelia
// FINAL //
Tartamudeo al preguntar: ¿Quién eres? o Qué eres?
—Soy Amelia, tenía cinco años cuando me desperté de esta manera, estoy encerrada en la granja Miller, no puedo escapar, ayúdame¡ Quiero descansar y encontrar a mi familia.
Elijah sacudió su cabeza, era un hombre de carácter pragmático, lejos estaba de creer en este tipo de fenómenos paranormales, su carácter era demasiado realista por lo que las leyes y reglas cotidianas son inflexibles para el joven científico, pero al parecer sus visiones le colocan frente a dos caminos, la locura o creer que existe un mundo hasta ahora desconocido frente a él. Cierra con fuerza sus ojos, cuando los abre de nuevo la niña no está , sin embargo un ligero olor a humedad inunda la habitación, en el lugar donde ella se encontraba las huellas de las pequeñas botas son marcadas por agua. El chico suspiró con fuerza, nadie en su casa había sido diagnosticado con problemas mentales, acaso sería el primero. Se dirigió a su mochila sacando su portátil, busco información acerca de apariciones o fantasmas, el amanecer le halló frente a un sinnúmero de anotaciones respecto a visiones producto de hechos traumáticos, estrés o esquizofrenia sería esta última palabra la que más temor le infundió. Era un científico, analizaría con pragmatismo todo lo sucedido. La granja de los Miller se convertiría en su primer objetivo, al volver indago en la oficina de impuestos territoriales acerca de la propiedad a manos del estado. Cuando encontró la información su corazón dió un vuelco, la familia compuesta por la madre y dos niños fue descuartizada por el padre en un ataque de esquizofrenia que data tras su participación en una de las guerras en el oriente. Muchos adujeron que se trató de la respuesta de ciertos individuos a una vacuna experimental usada dentro del ejército con el fin de evitar una posible epidemia de fiebre del río Nilo, nadie supo dar una respuesta acertada, el hombre de 52 años se suicidó después del terrible hecho. La granja nunca pudo ser vendida, los agentes de bienes raíces solían reportar sonidos y desagradables olores que partían de las habitaciones de los niños, cientos de cuervos hicieron del establo un sitio para anidar, las serpientes negras utilizaron el seco pozo como lugar de apareamiento, la granja se vió rodeada de árboles secos de manzana y peras , marchitos con ramas suplicantes bajo el sol y la lluvia siendo atormentados también por las fuertes nevadas haciendo que el lugar luzca escalofriante. Elijah se preparó mentalmente, quería recorrer la llamada Granja Maldita, el fin de semana sería el momento propicio para echar un vistazo al lugar. La noche de luna llena le permitió acceder al escalofriante abandono, unas bicicletas infantiles deterioradas por el paso del tiempo surgieron de forma fantasmal rodeadas por una especie de niebla que partía del suelo, los cabellos de su cuello se erizan frente a la imagen de dos niños descuartizados por un padre demente. Su pausada respiración y sus pasos sobre la hierba seca eran los únicos sonidos que le acompañaban durante la bizarra misión. Una de las ventanas laterales se halla quebrada, por ahí entra al lugar, muebles viejos y empolvados, un viejo televisor, una chimenea con enormes manchas de ceniza, una alfombra húmeda junto a un acre olor asaltó su nariz. La niña le persiguió durante semanas y ahora que él se encuentra en la granja parece haber desaparecido, tal vez su mente le jugó una broma pesada, pensaba retirarse hasta que la voz proveniente de arriba le llamó de nuevo. Las risas del hermano mayor y la pequeña se escuchan con fuerza, su madre parece llamarles, un sonido sordo se convirtió en motivo de pánico, su padre entra a la habitación, en sus manos porta el tridente y apunta hacia la niña, lanzando a la madre y al hermano mayor hacia la pared, se enfoca en la pequeña, sus gritos estridentes invocan a un demonio antiguo:
Moloch¡ replica con furia, sal de mi niña, retírate de ella, repite angustiado una y otra vez. Amelia corre y suplica misericordia, pero el hombre parece no escuchar, su espalda es atravesada por la filosa herramienta, su madre y hermano intervienen, el hombre parece poseído y les advierte que sufrirán el mismo destino si insisten en salvar al demonio. La lucha es desigual, al final los cadáveres de la familia quedan esparcidos en el salón. El padre observa con detenimiento los frutos de su crimen. Luego con determinación toma una correa larga y la utiliza para acabar con su vida.
Elijah se encuentra en estado de shock Ha sido testigo de lo sucedido por medio de imágenes que desatan su horror. ¿Que lleva a un hombre a acabar con su amada familia de ese modo? Quizás la guerra terminó por afectar sus emociones de forma tan profunda, o quizás la teoría conspiracionista de las vacunas tenga algo de sentido, y su cerebro fuese quemado por dicha sustancia. La niña reaparece frente a Elijah, los ojos del chico la contemplan con conmiseración.
— ¿Cómo te puedo ayudar? preguntó un tanto conmovido.
— Quiero que busques en mi habitación un collar con un relicario, colócalo sobre mi cuello, con él podré liberarme y estar junto a mi familia.
Elijah obedeció, las escaleras hacia el segundo piso aún muestra señales de la extrema violencia en el crimen, manchas oscuras cubren algunas zonas de las paredes y el piso; al acercarse a la habitación un nauseabundo olor llenó su nariz, las náuseas hacen su aparición, las arcadas no tardan en llegar, un zumbido descomunal resuena en sus oídos, todas las paredes del pasillo se hallan cubiertas de moscardones negros que aletean sin cesar, el joven apenas puede abrir la puerta, señalada por un afiche sucio de una princesa y el nombre de Amelia en enormes letras cursivas, en la cama ensangrentada se halla el collar que la pequeña fantasma le solicitó. Al tomar aquel artificio su mano se ennegrece, unas feroces carcajadas surgen tras él, al volver su rostro contempla a la pequeña Amelia convertida en el Señor de las Moscas. Su cuerpo se siente pesado y se desvanece, entiende en una fracción de segundo que todo fue planificado por aquel malévolo ser que tomará su alma, a partir de ahora el espíritu vengativo recorrerá las sombras con un nuevo aspecto esperando atraer más inocentes. El auto de Elijah ha quedado cerca, esta vez el malicioso demonio podrá acceder con facilidad a sus futuras víctimas, el disfraz de Amelia ha perdido efectividad al ser reconocido de inmediato por sus enemigos, una sonrisa cruza el rostro de aquel pérfido ser. Es tan fácil entender el torpe espíritu humano, el disfraz de niña ha sido un gancho perfecto, pero debe avanzar, no es tan fácil ser un depredador del inframundo, suspira, espera que este nuevo cuerpo le logré llevar a mejores sitios de caza.
En un lejano lugar el cuartel de los Aureoles recibe una alerta. Deos vuelve a ver a su mano derecha Oli diciendo:
—No me digas… Amelia ha dado problemas otra vez, acaso no es cierto que enviamos a uno de los nuestros a acabar con ese maldito demonio.
— Fue un novato señor, dijo después de revisar los registros, al parecer la niña tiene su encanto, es difícil ser inmune a ese inocente aspecto. Esta vez Deos irá personalmente por el Señor de las Moscas, eran viejos conocidos, acarició la cicatriz en su mejilla. Sus ojos miraron hacia la nada: Esta vez juro que no escaparás, sentenció el Supremo Señor.
FIN
