
El Maldito Internado Umbra
// Parte 2 //
Anshar decidió refugiarse en su habitación. Asimismo pensó que esa fecha coincidía con la revisión que el prefecto Dominador haría a los alumnos de grados superiores, no tardaría en llamar a la enfermería , su cuerpo sería revisado para verificar si alguna marca aparecía en él, de lo contrario su status sería degradado al de los cambiones. Y no habría sitio para ella en el prestigioso centro educativo, deseo ampliamente reconocido por la joven, puesto que el funcionario creía que era poco merecedora de pertenecer a tan prestigiosa institución. La chica sonrió confiada, poco le importaba pasar dicho examen, pese a ello , no era el momento adecuado para que notase el horrible orbe en su espalda.
Los demonios se hallaban en sus respectivos dormitorios, El Príncipe y tres de los guardianes residían en el lujoso lugar. Más abajo se hallan los guardianes de menor estatus fungiendo como personal de seguridad. Estos hablaban sobre Anshar y su nueva apariencia.
—¿ Oye, la chica con la que topaste en el pasillo es la misma que nació sin marca.? Preguntó uno de ellos.
— Creo que sí. Respondió Daimon aparentando el mínimo interés sobre la chica.
— Es bella, dijo uno de ellos , pero no podré perseguirla, no tengo tanta sangre real para convertir mi camada en demonios superiores, mi familia no lo toleraría, unirme a una chica sin marca no me sería permitido.
Del mismo modo el Príncipe pensaba que sería interesante tener a la chica como amante, era bella y su olor le estremeció como ninguna hembra del clan demoníaco lo había hecho. Era el superior del lugar, no tenía problemas en concebir una camada con ella, su realeza les convertiría en demonios superiores. Por lo que el hecho de unirse a ella no le parece improbable.
Ajena a todos estos acontecimientos, Ashar se ducha, mientras colocaba su pijama pensó en la extraña serie de acontecimientos que poblaban su cómoda vida. Extrañamente pudo notar que su don premonitorio en los sueños se disparaba a niveles nunca antes vistos. Decidió no pensar demasiado en ello. Se enfocaría en que el resto del año pudiera transcurrir sin incidentes.
Esa mañana se dirigió a sus clases de idioma, la tarde la tomaría para revisar los documentos sobre la Luna del Proceso Maledictus, la búsqueda de varios días había rendido frutos, unos viejos manuscritos le fueron cedidos por la bibliotecaria. Ella agradeció con gentileza.
Mientras se dirigía a sus clases habituales, el Príncipe la detuvo, ella miró boquiabierta mientras éste colocaba en su mano la invitación , un sobre rojo con el sello de la realeza hora, fecha, y nombre de la hembra, eso reconocería la futura camada del Príncipe si la impregnación fuese llevada a cabo. Le dirigió una mirada de sorpresa , él sonrió diciendo, te espero en mi departamento, y acercándose a ella mordisqueó su oreja derecha con malicia. Ella sintió un escalofrío que abarcó todo su cuerpo, no quería que eso ocurriera, tampoco podía negarse, a pesar de no tener marca y ser considerada una demonio de bajo rango la invitación debía ser considerada un privilegio, dicha orden debía ser respetada, en caso contrario ella y sus padres podrían ser castigados por el clan acusados de desobediencia . Golpeó sus pies con fuerza contra el suelo cual niño malcriado, su suerte parecía empeorar.
El Príncipe Infernal decidía convertirse en su guardián y hacerse cargo de su camada, en caso de una posible impregnación, se sintió frustrada, sus planes de fugarse en su totalidad al mundo humano caían rotos en pedazos. No podía impedir su emparejamiento, sobre todo cuando se trataba de un superior con dicho rango
Pensaría en una estrategia para evitar los requerimientos del Príncipe. Leería los manuscritos referentes al Proceso Maledictus. Los desplegó en su mesa de trabajo, el viejo pergamino permitía leer con fluidez, a pesar del deterioro que mostraba.
Proceso Maledictus
Proceso que deriva de la energía liberada esa noche por el Inframundo, el clan y su genealogía podrán reunificar sus espíritus primordiales, cada cinco mil años se introduce un elemento inesperado en la ecuación, dicho proceso antecede la llegada de los Príncipes Imperiales, sus antepasados serán los demonios que ocuparon el reinado desde la creación del inframundo.
Los seres infernales tenían su propia teoría del cambio, era un concepto asimilado y aprobado por los Superiores, pese a ello debía existir un equilibrio que les permitiese conservar su energía primigenia sin alteraciones, la llegada de esta camada aunado al linaje de los Señores Infernales permitiría que sus poderes y fuerza quedaran sellados dentro del futuro nacimiento de demonios tan poderosos como los primeros Adversarios que reinaron dentro del inframundo. La concepción y su manifestación requerían de un cuerpo sin sello alguno, para no alterar su pureza, y un Príncipe reconocido por sus ancestros como Daimon, un umbra de poder infinito.
No deseaba ser impregnada, ni siquiera por el majestuoso Príncipe que tomaba los pasillos de la escuela como un Dios disfrutando de su harem personal, pensó en huir, con premura se dirigió al portón principal dormiría unos cuantos días en casa, hasta que el Heredero Real se olvidara de sus intenciones. Demasiado tarde, dos escoltas de Daimón llegaron a ella, con un gesto de sus manos la invitaron a seguirles.
Suspiro con decepción, de pronto una luz de esperanza cubrió sus bellos ojos, quizás, solo quizás cuando él descubriera el sello colocado durante el proceso de la Luna Maledictus hará a un lado la idea de tomarla . No desea convertirse en la futura madre de los bebés de Daimón, ese privilegio estaba destinado a su prometida, varias de las demonios superiores del instituto eran amantes de aquel demonio de la realeza y ninguna había logrado ser embarazada, solo una de ellas tenía la habilidad de poder hacerlo, era Yazna , sus tres marcas le conferían ese derecho.
De todas maneras no deseaba ser tomada por aquel promiscuo demonio, al llegar ante el lugar no pudo menos que reparar el lujo del sitio. Su cara hizo una mueca de disgusto, el inframundo también era un lugar donde los antepasados jugaban un papel primordial en el trato otorgado dentro del clan, era algo injusto, ni siquiera en una dimensión de este tipo el sistema de castas desaparecía, y si mirabas un poco más allá de esa presunción su sistema todavía era más cerrado que en el resto del inframundo…
Daimon abrió la puerta, invitándole a pasar. Era alto, un poco desgarbado, su atractivo rostro masculino tenía un rictus imborrable, apretaba con fuerza sus mandíbulas cuando estaba preocupado o enojado, sus ojos eran hipnotizantes. La miró de forma codiciosa, la tomó de los hombros y llevó hacia el enorme diván , frente a una colosal pantalla de televisión, acarició su rostro y le ordenó desatar su cabello en tanto comenzó jugar con él cual niño pequeño, parecía disfrutarlo sobremanera, luego comenzó a besarla sutilmente, mientras le pregunta al oído si era su primera vez. Ella asintió con su cabeza.
— No te preocupes, le dijo, seré muy gentil. No tendrás quejas de mí. La levantó en brazos caminando despacio hacia el dormitorio, la colocó sobre el lecho, iniciando el ritual milenario donde la única diferencia residía en que el macho y la hembra pertenecían a la casta de demonios.
Anshar intentó evadir la impregnación, pese a su intención el Señor de la Dominación tomó su sitial por completo. Incapaz incluso de negar con su cabeza , el proceso da inicio. La pequeña demonio se sintió arrastrada a un mundo desconocido, su cuerpo temblaba, sus ojos denotan sorpresa a cada paso del magnífico amante que la tomaba sin reservas. Se mostró sorprendida por los poderes que manejaba aquel demonio con apariencia de adolescente, reconoce sin dudas que es el Maestro elegido por los Superiores infernales. La voz hipnotizante de Daimón la deja a merced de los deseos de aquel príncipe que parece disfrutar cada una de las caricias sobre el magnífico cuerpo de Anshar, poco a poco ella parece olvidar el dolor y la incomodidad de su primera vez, lentamente Daimón disfruta plenamente de su cuerpo sobre el de Anshar, como si todas sus ansias y deseos reprimidos surgieran sin reservas. Un gemido animal parte del del príncipe. En el momento culminante de la posesión, un leve temblor hizo remecer el internado. Los Rastreadores percibieron el desfase de energía, algo de enorme alcance sucedía dentro de los límites del internado, las cámaras de seguridad apuntaron hacia la energía descargada, algunos recolectores de datos similares a los contadores de radiactividad fueron dañados, explotando en el área del internado donde fueron colocados. Una descomunal luminosidad emergió de la residencia del Príncipe, elevándose al cielo. Los Rastreadores fueron testigos del inusual evento , al igual que dentro del cuartel de los Cambiones la alarma fue dada. Los proféticos eventos daban inicio, los Primordiales del mundo infernal se hallaban en camino.
Daimon no lo podía creer, su cuerpo parecía ser atravesado por aquella luz blanquecina que apenas le dejaba ver a su alrededor. Anshar emite un fuerte grito de dolor, aún desnuda empuja al Príncipe con todas sus fuerzas, permitiendo a Daimón admirar el tatuaje tridimensional de la pequeña demonio brillando con intensidad, ella grita con desesperación:
— Por favor deténlo, haz que se detenga, duele. Para luego desmayarse.
El no podía dejar de observar el maravilloso proceso donde el nombre de los demonios y los símbolos dentro del círculo se movían a una velocidad impresionante, y la figura central con la marca de las tinieblas se oscureció para conformar un sello.
Daimón se sentía extraño, su instinto de protección se acrecentó de manera exponencial, su camada estaba en camino, la impregnación fue llevada a cabo con éxito protegida por aquel imponente sortilegio. La contempló desnuda, era realmente bella, cómo no lo había notado antes, se vistió con rapidez ante el llamado de sus soldados, abrió la puerta del lugar, un grupo de Rastreadores ocupaba su departamento, cuando intentaron subir a la habitación él los detuvo, solo tardaré unos minutos dijo corriendo escaleras arriba para cubrir a Ahshar , no permitiría que nadie la viese desnuda, mientras lo hacía se detuvo de nuevo a admirar la bella chica, dentro de su harem jamás sintió la necesidad de ejercer sus derechos, ahora de pronto toda su energía estaba dirigida a proteger a Anshar y a la camada por venir. Por un momento su mente se preguntó qué había sucedido durante la impregnación, e incluso durante su éxtasis sintió como su interior fue arrastrado hacia ella de forma aterradora. Los Rastreadores ingresaron, el equipo médico se haría cargo en ese momento, él les relató lo del anillo tridimensional en su espalda y lo sucedido en el preciso momento de la concepción de la camada. El líder médico apenas pudo dar un grito ahogado cuando descubrió la marca en la espalda de la chica que aun permanecía desmayada, el resto comenzó a tomar fotografías y recabar datos. La profecía milenaria tomaba su lugar dentro del mundo moderno, dentro de aquel maldito internado.
El grupo de investigadores parece preocupado, la Profecía de la Luna Maledictus era un inusual evento, la nueva camada tendría que ser muy bien resguardada, su existencia debe ser resguardada a toda costa, incluso de los Señores Antiguos, grupo de la realeza que condenaba la interacción de demonios sin tomar en cuenta sus respectivas castas, ellos podrían intentar robar la energía contenida dentro del vientre de la chica sin marca. Los Señores Antiguos recelan de los cambios, creían firmemente en el purismo de la raza lo que evitaría la pérdida de los poderes ancestrales, temerosos del poder que sobrevendrá, dispuestos a tomar la camada como baluarte de un futuro sin demonios inferiores ni mestizajes con castas consideradas inapropiadas para la pureza de su raza.
Al siguiente día el internado se halla sumergido en rumores concernientes a Anshar y el Príncipe Daimón, Yazna sintió que su pecho explota de celos, con paso firme se dirigió a los dormitorios a reclamar el comportamiento al supuesto prometido, allí le encontró, recostado sobre un diván, tratando de discernir lo de la noche anterior, un simple deseo por un hermoso cuerpo y una chica novata , había resultado en crear a su camada, una camada que en este momento invade sus instintos y afectos.
Cuando ella le reclamó, él dijo en voz alta lo que pensaba, firme y claramente colocó los lineamientos que seguiría como responsable de la pureza de su especie.
—¿ Por qué ella? Gritaba la joven demonio molesta.
— Tu lo sabes mejor que nadie, contestó él, eres mi prometida, hasta nuestra boda podríamos consumar nuestro amor y lograr mi primer camada real, ahora parece ser que todo ha cambiado.
— ¿Sientes algo por ella? Le preguntó molesta
—¡ Por supuesto que no¡ Solo significaba un poco de diversión… nunca creí que esto sucediera. Aclaró Daimon
— Luego se acercó dulcemente a ella aclarando con voz melosa , sabes que eres mi nena, mi único amor.
— Te perdonaré, si prometes que no la verás más, reclamó su prometida.
— Daimon la contempló con ojos fríos, odiaba el chantaje. Eso va a ser imposible, dijo, ella dará a luz a la camada imperial, debo protegerla. Tendrás que acostumbrarte.
—¿ Es únicamente por tus hijos ? preguntó ella de nuevo.
— Si, contestó Daimon con firmeza.
En tanto Anshar despertaba con su espalda dolorida, el sello emitía un calor que quemaba todo aquello con lo que intentaban cubrir su espalda, una enfermera le acompaña, preguntó si deseaba comer algo, ella da un no como respuesta, se sentía sedienta, en cuanto tomó unos cuantos sorbos de agua corrió al baño, la camada anunciaba su presencia, el resto del día no fue mejor, cada bocado significaba correr con náuseas al baño, el doctor le visitaba esa tarde, Anshar se hallaba de mal humor, se colocó sus audífonos, estaba molesta, sumamente molesta, odio su clan, odio sus reglas anacrónicas, si hubiese contado con la posibilidad de negarse al Príncipe nada de eso hubiese ocurrido.
— Maldito pervertido, murmuraba para sí, era el crush de muchas de las chicas del instituto ¿ Por qué no aprovechar dicha situación? Además había escuchado rumores que le asociaban en el mundo humano a cambiones que eran actrices muy bellas.
¿Por qué ella? ¿Ahora su estatus sería similar al de los intocables? ¿ El rechazo hacia ella sería aún más fuerte? Antes del suceso, pensó que nadie sabría acerca del encuentro con el Príncipe, el embarazo tenía pocas probabilidades de efectuarse al no poseer el sello, si alguien se enterase de su relación lo negaría por su vida.
Pero todo aquel escándalo de lo sucedido alrededor de Daimón y ella era gigantesco, demasiado para intentar cubrirlo.
En cuanto se sintió mejor se dirigió a su buhardilla, se daría un baño y dejaría de pensar en lo ocurrido. Tomó uno de sus vestidos de lino blanco . Recogió sus cabellos, los sintió más largos, e incluso noto como mechones plata dispersos en delgados hilos brillaban con intensidad, sus labios rojo intenso competían con el brillo de sus ojos, de alguna manera lo sucedido había aumentado su atractivo físico, sin apenas entender se ató una cadena de plata con un amuleto protector alrededor de su tobillo ofrecido por la enfermera , quien le advirtió que los dos días siguientes correría peligro, ya que el Proceso de la luna aún no concluye . Mostró su fastidio. ¿Cuándo podrá acabar todo aquello? Se dirigió a clases.
El Príncipe había obtenido su deseo, estaba segura que no le vería más y eso la tranquilizó. Llegaba tarde, las miradas masculinas se dirigieron a ella, Anshar percibió el peligro, los demonios respiraron con fuerza, una dulce fragancia activó sus deseos, si tan solo pudieran acercarse…
Daimon revisaba sus correos, de repente su instinto de protección le advirtió del peligro que enfrenta Anshar, tomó su chaqueta y se dirigió a paso raudo hacia el área de ciencias, allí un grupo de demonios encerró a la joven en una de las aulas e intentaba acercarse con la intención de dar rienda a los deseos irrefrenables que surgían hacia ella. Daimon sin pensarlo siquiera derribó la puerta y les observó con furia , sus ojos rojos brillaban y las imponentes garras surgieron, a punto de convertirse en el Señor Supremo de la oscuridad. Su sola presencia bastó para alejarlos.
Dos días serían necesarios para que ella lograra perder el atractivo que la marcaba como posible presa para formar una camada, la profecía junto a su poder ha convertido a la hermosa joven en una obsesión para el resto de demonios macho.
La abrazó con fuerza, preguntando de manera gentil si tenía miedo, Ella asintió.
— No te preocupes, esto no ocurrirá de nuevo, lo prometo. La tomó de la mano y se dirigió a su departamento, será mejor que durante las semanas más riesgosos para la vida de la camada estés junto a mi, eso me permitiría controlar mejor cualquier peligro.
La condujo con gentileza, mientras la llevaba de la mano, ella no opuso resistencia, sabía que en ese momento lo más importante era la seguridad de la camada. Su instinto maternal surgía con ímpetu, no dejaría que nada le ocurriese a sus bebés.
El Príncipe había investigado las historias sobre el evento, relatado por su mentor en el Palacio de Fuego, se trataba de la alineación de cuerpos celestiales más poderosas del inframundo, bajo el dominio del Lord Adversario, y los otros siete Príncipes del Infierno, la camada nacerá bajo su inmenso poder y auspicio.
El resto de los jóvenes demonios miraron como Daimón tomaba de la mano a Anshar dirigiéndose a su anexo privado. En cuanto llegó ella corrió al baño, las náuseas eran intensas, lo cual le impidieron tomar algún alimento, él la observó preocupado, llamaría a los médicos de nuevo.
El diagnóstico fue simple, el cuerpo de Ashar apenas resistía los bebés, el poder de la profética camada era inmenso, decidieron preparar una mezcla de nutrientes que le permitieran sobrevivir durante los tres primeros meses que auguraban ser los más difíciles para el novel cuerpo de la chica. Incluso los afamados médicos del Palacio de Fuego enviaron amuletos de gran poder repletos de magia oscura para proteger la camada durante su desarrollo, era un hecho que los Demonios Renegados que luchaban por el derecho a ejercer su reinado buscarían a toda costa tomar la energía de la camada , incluso la facción rebelde de los cambiones tampoco perderían su preciada oportunidad, la camada representaba para ellos una nueva era donde su linaje sería igual o más poderoso que el de los demonios considerados de sangre primigenia.
