
El Mundo Según Henrry
// Parte 2 //
Ahora una chuza, una chuza en la puerta, se repetía . El golpe fue rotundo, los cristales se quebraron, la alarma sonó. Ella se acercó. Henry le dio las llaves . Ella abre la puerta corriendo con desespero hacia el sótano, nota la puerta falsa, abre con dificultad, camina unos treinta pasos cuando advierte la tierra y rocas, un zapato de Lorn que sobresalía en aquella oscuridad. Tomando el celular de su chaqueta llama a emergencias. Mientras que con las manos intenta sacar los escombros que aplastan a Lorn . Henry en tanto llega hasta Lorn diciéndole que pronto todo estará bien, este le pregunta al fantasma ¿Cómo es el otro lado ? A lo que Henry contesta que no lo sabía, que quedó confinado a ese plano, nunca ha logrado ver la luz del túnel, ni siquiera la oscuridad, solo despertó dentro de aquel retrato, mirando, observando todo a su alrededor, hasta hace poco logró salir del cuadro… Lorn le miró con tristeza
—Pobre chico, se lamentó Lorn , y yo creí que tenía problemas! ambos rieron.
Los paramédicos y la ayuda llegó pronto, hasta él hicieron llegar líquidos y oxígeno, Henry no se movió, pues Lorn le hizo prometer que estaría con él hasta que le sacaran.
Al pasar en camilla frente al retrato de la chimenea, Lorn pidió que lo detuvieran un momento e hizo el saludo militar frente al retrato de Henry, los de la ambulancia algo sorprendidos pidieron al llegar al hospital que le hicieran unos cuantos exámenes en su cabeza, pues notaron ciertas características acordes con un lesión cerebral.
Varias noches después del incidente Cristina, Lorn, y Henry se reían de todo aquello. Al llegar la gentil esposa del dueño, Cristina se marcha, llevando a Henry con ella. Antes de que salieran por el pasillo, Lorn gritó a Cristina cómo logró entrar a la taberna, ésta a su vez le contesta que en unos días se daría cuenta, el hombre bufó.
Cuando Lorn volvió al bar, miraba el retrato de Henry con cierto afecto. La puerta se repuso cobrando diez dólares por conocer la celda misteriosa de la taberna, que según viejas historias fue utilizada para torturar a los enemigos de los Calster pregonaba Lorn intentando convencer a los parroquianos . Al cerrar el bar, Cristina, Lorn y Henry comentaban los sucesos del día. Los amigos se convirtieron en cómplices del secreto de la taberna: el fantasma del joven oficial Calster.
Capitulo 2 // El Cazafantasmas
Los rumores de lo que sucedía dentro de la taberna, comenzaron a calar en los clientes de la posada, Henry se aburrió pronto de las tontas bromas, disfrutaba el sentarse entre los clientes, escuchar sus vidas, mirar en las pantallas de sus computadores portátiles, cómo escribían con ahínco; le llamaba la atención aquellos pequeños aparatos que colocaban en sus oídos mientras hablaban. El parloteo era constante, mentiras, declaraciones, excusas, todo eso se convirtió en algo cansón para nuestro fantasma, si su padre lo viese con esas actitudes le diría sin pensarlo:
—¡ Te has convertido en una vieja chismosa! No quería asumir ese papel de cotilla. Por lo cual deambulaba sin ningún interés por la posada, Cristina le topaba por los pasillos del lugar, cansada de su triste presencia le dió un obsequio.¡ Su propia computadora personal! Henry miraba cómo Cristina le enseña el dispositivo con una alegría infantil
La compré algo usada, pero un amigo la actualizó, puedes navegar, leer, escribir, conocer cómo es este nuevo mundo, no te aburrirás¡ ya lo verás, será genial! Le decía entre risas.
Henry le contempla inmensamente complacido al ver que se preocupaba por él, ¿ Pero realmente para qué querría ese artefacto? Desde el punto de vista de Henry era algo tan inútil como un arma sin cargar. Sin embargo disfrutaba cada noche, las horas que Cristina le muestra cómo usar la computadora y que se convertían en las más preciadas para Henry, le asombró aprender tan rápido, y encontrar dentro de la palabra navegar un mundo infinito de posibilidades, Cristina bromeaba diciéndole que si hubiera nacido dentro de esta época, sería un genio. El agradecía con una sonrisa las extensas y complicadas instrucciones que Cristina se empeñaba en que aprendiera , después de varias semanas Henry manejaba como un experto la computadora personal que ella le obsequió, una de tantas noches recibe un extraño correo:
—¡Ayúdame por favor! Soy Maria Stell, necesito tu ayuda amigo, sé que eres uno de ellos .
—¿ De ellos , a qué se refería con eso? Molesto cierra su correo, apaga su computadora, descansaría por esa noche, se trataba de un error. No comento nada con Cristina, no deseaba preocuparla. Durante dos noches deja de utilizar la computadora, sin embargo la curiosidad pudo más, ¿ De quién proviene aquel extraño llamado, alguna broma quizás ? Esa noche sin pensarlo demasiado abrió de nuevo su correo, la misma chica se dirigía a él de manera suplicante.
—Por favor ayúdame, te he visto en la taberna Calster, solo tú puedes hacerlo, he cometido el más grande error en mi vida, he abierto un portal a tu dimensión, apenas he podido, detener a los seres traspasantes, pero no sé por cuánto tiempo lo podré hacer; el barrio donde vivo sufre ataques constantes de estos seres , las mascotas mueren, los niños tienen pesadillas horribles, la gente está enfermando, temo que sea por mi culpa, vivo en alameda Rosal, dicen que durante la guerra civil la iglesia cercana fue convertida en hospital . Sé que no me conoces, pero tus ojos reflejan bondad, no dejaras que esto traiga consecuencias terribles, he soñado con mi muerte…
El mensaje no concluye , Henry recordó el lugar, la iglesia fue el lugar dispuesto para los moribundos, eso con el fin de que el verdadero hospital no se saturara con pacientes por los que no había nada que hacer, con el tiempo tanto pacientes como familiares y compañeros conocían ese lugar como la antesala de la muerte. Las historias de dolor y desesperación invadieron esa tierra sagrada, Henry recordó con dolor la mirada de compañeros mutilados por cañones, bayonetas, incluso armas en mal estado que estallaron en sus caras dejando a muchos ciegos. Fue una guerra donde la carne humana fue convertida en tasajos infectados, donde miembros se cortaban con una celeridad que hubo que preparar un lugar donde incinerar aquellos restos humanos. Algunos como él tenían suerte y la bala daba certeramente en el blanco. Vio amigos agonizando durante meses, hasta que su abatido espíritu dejaba de luchar. Algunas enfermeras y viudas atendían de manera piadosa el lugar, pero no era suficiente, muchos soldados morían con sus labios resecos por la fiebre mientras solicitaban un sorbo de agua. Cristin alguna vez relató a Henry como muchos pueblos consideran que el lugar dónde los seres humanos cruzan el umbral suelen dejar energía fantasmal en el sitio. Henry consideraba como verdadero este pensamiento. Cierra la computadora, busca en el mapa antiguo donde se ubicaba el barrio al que se refería la chica. Su amiga solía burlarse de él por perderse dentro de su propia ciudad, esto pasaba con frecuencia , todo había cambiado tanto. Pero en cuanto supo cómo llegar a la capilla un escalofrío le recorrió; algo no estaba bien en ese lugar, la energía oscura rebasaba todo cuanto él había conocido. Recorrió las calles, una casa en particular llama su atención, sin ninguna luz en su interior, parecía ser cuidada con esmero, excepto porque el césped tenía un color oscuro, incluyendo los arbustos de la entrada , parecía que un material oscuro las cubriera, ahogando toda su energía de vida. Instintivamente llevó su mano hacia la medalla que colgaba de su pecho, solicitó ayuda celestial mientras traspasaba el lugar. Un murmullo rítmico parecía salir del sitio, ningún otro sonido se percibía. Al traspasar la puerta del lugar un grito ahogado clama por ayuda:
—Henry estoy aquí! Su rostro volteo para encontrar la siniestra figura de una joven mujer suspendida en el aire, sus piernas colgaban sin vida, su rostro gesticulaba horriblemente mientras trataba de hablar:
—¿Eres un soldadito, mirate, donde están tus compañeros de juguete? ¡ Oh ya sé, adivino que en el infierno! La risotada salió de la joven mientras ella caía al suelo, sus ojos llenos de pánico y dolor se abrieron.
—Eres tú, decía, has llegado,¡ Por favor debes auxiliarme! Ellos han hecho esto durante dos días, no sé cuando pude enviar el último correo. Después de eso no puedo recordar nada, solo percibo la sensación de un lugar terriblemente fróo y solitario. Cuando despierto cada parte de mi cuerpo duele.
Henry la observa en silencio mientras le dice: no son fantasmas Maria, son entes oscuros, se alimentan del dolor y la desesperación. Han encontrado un camino hasta aquí. No sé cómo lo han logrado. Su portal posee un sello distintivo, son fuerzas que aprovechan tu parte más oscura.
—Lo siento dijo ella llorando, tenía curiosidad, encontré un diario en la vieja iglesia, hablaba de las alucinaciones de un soldado que escuchaba voces donde le decían lo que debería hacer para abrir la puerta y encontrar a sus amigos, yo lo hice. Henry le calmó.
—Debes tranquilizarte , eso da poder a los entes. Respira, debes contarme cómo han llegado hasta aquí .
—Reproduje el rito del diario, esa misma noche tuve un sueño, algo me llevaba en el aire hasta una caverna, una puerta poseía el emblema de dos ángeles quienes sostenían una espada que cruzaba sus puntas. La voz me dijo que lo quitara, e invitara a entrar en esta dimensión a esta alma atormentada, Sam Guir, era el nombre del soldado raso que solamente deseaba descansar, ir a su hogar me dijo. Pero en cuanto quite aquel emblema de plata, algo espantoso sucedió, no era el soldado de la foto, eran cosas oscuras que corren a mi alrededor. Salí huyendo, cuando desperté lo hice en el parquecillo de Walby, estaba empapada, sucia, alguien solicitó a los paramédicos y me trajeron a casa. Desde esa noche las cosas han ido de mal en peor.
Henry no conocía otros fantasmas aparte de él, pero estaba al tanto de las cosas que ocurrían en esa dimensión. Al igual que un camino estatal, se hallaban líneas paralelas de dichos mundos, cada uno posee un portal o umbral, no se puede atravesar fácilmente, hay leyes y reglas en cada uno de estos. Pero cuando alguien inocente desconoce dichas reglas, puede ser utilizado para abrir ese pasaje. Tenía conocimiento básico acerca de esos seres, su intuición le solía advertír lo que pasaba en ese mundo espiritual.
Lo que había visto en Maria era un ser oscuro, ni ángeles ni demonios, solamente almas cuyo destino las había condenado a nacer y permanecer en aquella oscuridad, alimentándose de la tristeza, del temor, del abandono. Debía recuperar ese sello. Llevarlas de nuevo a su lugar. Reconoce de antemano que no va a ser fácil, que necesitaría ayuda. Suspiro, era el momento de ponerse en contacto con almas como las de él, conectadas a través del tiempo en aquel limbo, donde la humanidad suele vencer a la parte celestial. Se sentó junto a Maria, quien dormitaba entre sobresaltos. Guió su yo por toda aquella dimensión buscando a alguien más como él. La respuesta no se hizo esperar, al abrir los ojos noto a un jovenzuelo de unos diecisiete años, vociferando insultos mientras decía:
—Quien te has creído viejo, estaba espiando a una chica hermosísima, sabes iba a entrar en la tina. Quiero regresar, morí muy joven, al menos quiero poder deleitar mi vista.
—Vaya dijo en voz alta Henry, mira a quien le he pedido ayuda, a un mirón.
—-El chico lo observa retadoramente mientras refunfuña¿ Y tú qué haces aquí ? Tu misión es vigilar el sueño de la chica y ganar puntos para el cielo…
—No soy un pervertido, afirmó Henry.
—Pues yo tampoco, dijo el chico molesto. ¿ Sabes acaso lo que es fallecer a tus diecisiete años? Ni siquiera pude tener mi primer romance …
—¿ Qué te sucedió? indaga Henry.¿ Puedo saberlo?
—No, no puedes, pero estoy seguro que de todas maneras me lo preguntarás te lo diré: practicaba con mi patineta, iba a ser un salto mortal triple… pero solo fue un salto mortal, dijo entre risas. Sabes al menos fue impresionante, y lo hubiera logrado, si mi cabeza no hubiera pegado con el tope de la escalera. Ahora quiero tu historia.
—Fui un soldado durante la guerra civil… Explica Henry
—Tan viejo eres? Una momia fantasma eh? Afirma sin modales el jovenzuelo.
Henry le dirige una mirada molesto. El chico de inmediato trata de disculparse
—Fluye amigo, no te atasques le dijo, entiende, yo era un crío de escuela cuando escuché hablar de la guerra civil, historia jefe, historia pura ¿Realmente fue tan mala como la maestra nos contaba?
—Henry observó con calma al chico diciéndo: toda guerra es terrible, ningún infierno se le puede comparar, disculpa, creo que debo ser más tolerante con ciertas cosas…
— No te preocupes si yo fuera igual de viejo no me gustaría que me lo pasasen recordando.
La conversación se dio por terminada cuando María tuvo otro ataque, esta vez miraba con furia al chico mientras decía:
Vaya, el soldadito consiguió un amigo, dónde dejaste tu biberón, decía entre horribles carcajadas
—¿Y a esta qué bicho la picó? Ni siquiera te conozco y ya insultas, dejame decirte nena que tienes problemas, tu voz es horrible y tienes una mala actitud como diría mi madre.
—Henry sonrió. Daniel aquel chico atolondrado era agradable, le diría Dumy.
—Tranquilo Dumy, dijo Henry, es un ente oscuro, ella abrió el portal que existe bajo el túnel de la iglesia.
—¿La vieja iglesia, cerca de Rosales ? Desde niño escuche historias de terror de ese lugar, vecinos decían escuchar cánticos y ver luces durante horas de la madrugada…dijo preocupado el chico
—Creo que eso se debe a que un portal protector se encuentra en el lugar, Maria fue engañada para quitar el sello, debemos ir , encontrarlo, colocarlo de nuevo en su lugar.
—Oh vaya, dijo Dumy, tienes alguna otra cosa en mente, quizás te gustaría remozar los túneles , hacer algo de turismo o … ¿Has perdido la razón?Estos entes son peligrosos, tú has estado más tiempo cómo fantasma en este lugar, deberías saberlo mejor que yo.
— No tenemos opción si los dejamos libres infectaran toda la ciudad, eso tú lo sabes, debemos actuar pronto, solo unos cuantos han logrado atravesarlo, pero pronto dará inicio el solsticio, y esto se poblara como …
—Un concierto de rock gratis , termino de decir Daniel.
La chica despertó mirándolos desconcertada, pidió a Henry apresurarse, el sello estaba cerca de la puerta del túnel, cientos de entes oscuros planeaban salir de su prisión. Mira con desconfianza al jovenzuelo mientras pregunta a Henry quién era su acompañante.
—Es un aliado, dijo confiado. Ya lo verás. Debes acompañarnos, nosotros carecemos de cuerpo físico necesario para colocar el sello en su lugar, tú lo debes hacer.
—¿Crees que lo consiga ?dijo ella, esas criaturas pueden manejar mi cuerpo.
—-Dumy recordó el hermoso rosario que su madre le obsequió, solía usar como amuleto; aún escuchaba la dulce y convencida voz de ella mientras le decía: lo bendijo el mismo Papa. Le sacó lentamente y con afecto de su cuello, mientras decía a Henry, creo que esto funcionara cual talismán protector, te protegerá para que no puedan entrar a tu cuerpo.
—¿Por qué estás tan seguro? Preguntó ella al chico
—Mi madre solía decir que venía de las manos del mismísimo Papa, pero yo sabía que mi vieja no tenía ni siquiera para un viaje a la playa, mucho menos para tener un objeto con ese valor; el amor con la que me lo obsequió te protegerá, condensa una poderosa energía en su interior. Confía en mí.
Los tres se dirigieron a la vieja iglesia, ella débil, apenas podía caminar, Henry y Dumy la animaban a seguir, apenas lograron entrar a los túneles, en pocas horas amanecería, si ella fuese encontrada en el lugar convertido ahora en museo no tendrían chance de cerrar el paso de los entes. Ellos se adelantaron dentro del túnel, Dumy fue el primero en sentir aquella tenebrosa energía; las paredes del túnel llenas de humedad y limo, reflejaban rostros de entidades amenazadoras.
—Oye soldado, dijo el chico, estas cosas nos pueden hacer daño?
—No lo sé, dijo Henry, es la primera vez que me enfrento con otras entidades de energía.
—¿Queé dices? Ahora me siento mucho más confiado. Gracias, en verdad agradezco el saber que no tenemos ningún conocimiento sobre cómo defendernos…
—Henry sonrió, el chico tenía razón, su instinto era lo único que le guiaba, de alguna manera sabía que tendrían éxito.
Al llegar María, el túnel se estremeció. Ella frenó sus pasos, el temor la invade. Los rostros se acercaban de manera atemorizante a la joven, Henry y Dumy la trataban de proteger.
Recuerda María, ellos se alimentan de tus temores, no les otorgues más poder. Repetía Henry
—Piensa en cosas hermosas, mírame a mí, ¿Soy guapo o no? Dijo Dumy mientras se colocaba frente a la joven.
Maria le observa con ternura, era tan joven, la hizo reír.
Los entes se alejaron de ella gruñendo.
—Ves Maria, domina tus miedos, utiliza esa fuerza. Ordena Henry
Mientras Henry la motivaba a seguir, los entes se enfocan en atacarlo a él. Imágenes de aquella guerra desfilan ante sus ojos : la mirada vidriosa y triste de un enemigo muerto mientras enterraba su bayoneta en su pecho, amigos caídos en batalla llamándole por su nombre, pidiendo auxilio; la imagen de los pasillos del viejo hospital donde soldados suplica por ayuda, por una muerte menos dolorosa. Su rostro parece cambiar, su energía se volvía pesada. Dumy lo contempla preocupado. Le toma de los hombros y le sacude mientras grita:
—Maldita sea soldado, no fue tu culpa, ¡Me escuchas! ¡ No lo fue! La guerra no fue tu decisión. Cargas con demasiado peso. ¡Suelta ya esas culpas! ¡ Agradezco el haber muerto joven, ustedes los adultos cargan con demasiada basura! Deja de ser egoísta, no se trata de ti, se trata de la chica, se trata de ayudar a los demás ¡No les dejes ganar!
