Parte 5

El Señor de la Oscuridad

// FINAL //

 — Qué diablos sucede aquí, dijo Dionis. Un Dueño asesinado, otro muerto en la prisión… Esto no me gusta para nada.  

Messani se acercó  a la esquelética mano, señalando un anillo con  el diseño  de un  yunque en  el.

—Es el Dueño de las Armas,  el que vimos arriba en el palacio, era el Dueño de los tesoros… Explicó con firmeza.

—¿Y el que  mandó a encarcelarnos?

—No lo sé,   no recuerdo notar ningún anillo en su mano… contestó ella

—Ni siquiera tenía el dedo que supuestamente lleva la marca de su linaje.  Apuntó  Rendaf

—Miren, dijo Dionis,  su manto tiene unos símbolos… 

—No son símbolos, dijo Messani, es escritura perteneciente a los Antigüos,  dice algo referente a un lugar, una dirección… no  logro entender.

—Son coordenadas… explicó Rendaf.  Según esto, a  varios cientos de metros   al norte está una entrada… solo  eso… parece que estaba muriendo  e intento dejar un mensaje.

— Antes de presentarnos a juicio me gustaría saber qué era tan importante para que este tipo a punto de morir utilizara su propia sangre para dejar un  mensaje… dijo Dionis

—Messani  arrancó  de inmediato la tela   intentando verificar si había algo más escrito en ella.  ¿Cómo sabes que es sangre?  Preguntó

—La humedad en este sitio  hubiese hecho que la tinta se  dañase  y  fuera imposible de  leer, la sangre se solidifica   permitiendo  ver el mensaje  grabado en la tela. 

— Dionis tiene razón. Es hora de dar un paseo, dijo Rendaf  sacando de su cinturón una pequeña bola explosiva. 
 Las   rejas cedieron ante el impacto;  rápidamente  se escabulleron por entre los troncos de los palacios y los cientos de recipientes y contenedores esparcidos en el suelo…  Al  llegar al sitio, la brújula de Rendaf se disparó  señalando  un punto específico…  Una pequeña fisura entre dos rocas  muestra   un  extraño  símbolo;  el guerrero metió su mano ;  un  aditamento rozó sus dedos,  jaló  con fuerza  del objeto, las rocas se separaron dando paso a una escalinata de caracol.  Uno tras otro, inmersos en aquella oscuridad bajaron  con sumo cuidado,  en cuanto llegaron a un sendero pudieron notar  un abismo del cual se desprendía un viento poderoso.  Un tronco hace  las veces de puente.  Rendaf dio una orden:

—Iré  yo,  si algo sucede deben huir,  el refugio diurno les servirá;  los Líderes ignoran su paradero.
Dionis  reclamó, pese a ello, conocía a su amigo;  lo haría de todos modos.  Antes de partir, frente a Messani, la  contempló  con  devoción diciendo:

—Si logro salir con vida te convertiré en mi esposa, te deseo tanto,  mi ultima petición será la de besarte; y diciendo esto la tomo por la cintura y estampo  sus labios sobre los de ella;  Messani no se opuso;  segundos después su boca  devolvía con creces la  pasión  del guerrero.

Dionis miraba  sorprendido a su amigo y compañero.  El tipo había perdido la cabeza.

Este se separó  de la hermosa básica, ella resoplaba  aún con fuerza.  Se sentía dichosa, era un honor ser la pareja de un guerrero como él;  antes de partir, ella le tomó de la mano diciendo:

—Regresa, no quiero pensar que ha sido un sueño …

Él sonrió.  Volvería,  estaba seguro.  

Cruzó el tronco, camino al interior del pasadizo. La oscuridad apenas dejaba entrever rocas y salientes de cristal negro;  miro con  detenimiento;  eran los restos de una edificación de gran envergadura;  allí, cerca de una columna, un destello de luz brotaba con intermitencia.  Se acercó.  Sus ojos  encontraron una espada tan oscura como la noche;  al tomarla un dolor intenso  se extendió  sobre su mano;  un calor  terrible recorrió su cuerpo.  Visiones tan antiguas como el mundo mismo  cruzaron frente a él;   guerreros poderosos peleando con aquella espada;  siendo uno con ella… un grito salió de su garganta, la empuñadura del arma se fundió con su mano, como si  el  metal derritiera  su carne; se hinco en el suelo; la figura de un Dueño se presentó ante él:

— ¡Tu corazón de  noble guerrero ha aceptado la Oscura;  no podrás traicionarla nunca!  Será  un arma que te convertirá    en uno de los más poderosos  justicieros  que el mundo oscuro ha conocido;  sin embargo, si tu alma toma un camino distinto a la  verdad y la justicia, ella te consumirá hasta la muerte. Nuestro mundo ha sido traicionado por uno de nuestro linaje,   esperando obtener el poder absoluto, se ha aliado con nuestros enemigos; ha  provocado la casi extinción   de  nuestros leales guerreros básicos;  él será quien  pretenda juzgarles  mañana,  pero será la Oscura quien le  juzgue  a él.  ¡Ve en paz!

Rendaf  observó  con detenimiento  su mano, la espada había desaparecido; tres protuberancias  de forma triangular adornaban  el dorso de su mano.  De  nuevo ante sus compañeros, Messani fue la primera en notar aquellas formas y un color oscuro en su mano; junto a una frialdad  similar al metal.

—Oh, por los dioses, encontraste la Oscura, dijo excitada. No era una leyenda.

—Él la mira  complacido;  la sujeta  de la mano y la guía  de nuevo al sendero que conduce  a la ciudad de los Dueños.

—¿Qué haces, dijo Dionis, debemos irnos de aquí! Debemos buscar nuestras tropas y  castigar  a los Dueños.

— No amigo, tenemos un juicio al que debemos asistir. Al amanecer, los tres llegaban ante el palacio de la Justicia.  Rendaf miro varios  viajeros

 en la entrada, usando uno de ellos  para llegar a su destino. Al llegar al salón principal,  el Dueño le miró con ira diciendo:

—¿Cómo te atreves a venir hasta mí sin ser llamado, acaso  ignoras quién soy?

En ese momento una figura familiar salió de entre  los suntuosos cortinajes que adornaban  el lugar.
— General Cruss, es un placer verlo de nuevo, dijo Rendaf.

—No lo será por mucho tiempo, estás condenado por traición, junto a tu amigo. Llevaré la noticia de tu muerte  ante los Líderes, diré que me hice cargo de ti y tu amigo;  una historia  de honor, donde yo llevaré la mejor parte.

—Dime una cosa general,  que buscas con todo esto?  Nuestros Líderes están de acuerdo con esta alianza?

—Los  Líderes son ambiciosos, les prometí que conquistaría el mundo diurno y de paso lograría un pacto con nuestros enemigos ; demasiado tentador no crees? Solamente desean resultados y yo decidí dárselos.

—Y tú,  exclamó con enojo Rendaf mirando al Dueño, ¿ Qué  pretendes  traicionando a tu pueblo?

— Ellos  se volvieron débiles, deseaban la paz, no querían pelear por la supremacía en el mundo Oscuro, sabes que  tomaron mi anillo de poder, dijo,  mientras enseñaba su mutilada mano,  arguyeron  que no era digno de llevar la justicia como emblema… no me quedó más remedio que  acabar con ellos…

Rendaf  contempló de manera fría  cómo el Dueño ordena la muerte  de los tres.

— ¿Sin un  juicio?  Dijo  Rendaf  con voz  extraña, en tanto levantaba su mano derecha.

El Dueño retrocedió con temor, el guerrero   mostró los  relieves triangulares que adornan  su mano.  Luego, lentamente sus dedos parecieron alargarse hasta convertirse en la extraordinaria   arma Oscura.  El Dueño lanzó una maldición, intenta huir,  pero los espíritus de  sus compañeros  asesinados se habían condensado ante él:

—Has roto un pacto ancestral, has terminado con    nuestro linaje por tu desmedida ambición; el juicio que se llevará a cabo es el tuyo,  conocemos de antemano el veredicto.

Rendaf dirige  la espada hacia el  Dueño traidor; ésta destello con fuerza, atravesando con un rayo de luz  su cuerpo;  miles de fragmentos  explotaron alrededor.  Un grito  de angustia  fue lanzado   por   el condenado. El resto de los gobernantes se retira complacido, sus almas  podrán descansar  en paz.  Cruss  intentaba huir, Dionis le detiene.

— Rendaf le mira con furia reprimida, diciendo:

—Has visto lo que hace esta espada a los traidores y guerreros sin honor;  te espera  similar destino si no  relatas la verdad ante los Líderes.  El general accedió.

Días más tarde, los Líderes firmaban por  consejo de Rendaf, un  acuerdo de paz con los  básicos  sobrevivientes.  La idea de tomar el mundo diurno fue enterrada  en los registros  de los guerreros oscuros.  El general Cruss fue  degradado a consejero en campamentos  para adolescentes… en el mundo diurno

Dionis descansa en su nuevo aposento, como  nuevo general al mando goza de ciertos  privilegios  y los  goza en grande.  
 
Rendaf disfrutaba de la paz en el refugio, luego de  despertar a los chicos y enviarles de regreso a casa, libres, sin tener que ser los vasallos de  ningún gobernante, sabía de antemano que estarían bien ,  podrán reconstruir  sus hogares, sin temor a guerras.

El guerrero  accede a su botín más preciado, despacio recorre  palmo a palmo el cuerpo de su amada;  intentará   seguir con el linaje de los Crisso;  disfrutando el cuerpo de aquella exuberante  básica, la habitación  recogía  los  murmullos y quejas placenteras emitidas por los amantes…

FIN

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