Parte 5

Enemigos Ancestrales

// Parte 5 //

 Joseph   intentaba dar con el paradero de un viejo guardián de los engendros llamado  El Orador,  sus conocimientos de la mente   de los  engendros  le daría una luz sobre el comportamiento de la  nueva reina, pues por lo visto  atacaba de frente a los del clan,  cuál sería  su táctica, eliminar los grupos uno a uno ,  tal  vez   buscaría un pacto para que alguna de las facciones  fuera su  aliado. Liam  encontró la dirección, el viejo   vampiro  se hallaba en una  antigua mansión convertida en  un visitado café. Al   entrar los hermanos fueron inmediatamente reconocidos.

— Hey chicos, un placer verlos,  hace tiempo no sé nada de ustedes, he  escuchado los  rumores, el inframundo  está revuelto por una chiquilla de dieciocho años,  una híbrido de padres poderosos. Vengan conmigo, tengo un poco de aguamiel de la mejor  calidad que producen  las hadas, y amablemente les llevó a su estudio.  El lugar olía a   papel viejo y polvo,  paredes enteras de  libros y  manuscritos se hallaban en el sitio, después de servirles  la bebida, se dedico a soplar el polvo de unos manuscritos antiguos, sonrió diciendo:

Lo encontré,  es un  manuscrito en cuneiforme, data de la antigua babilonia y trata de un problema  en el inframundo  en esa era,  miren aquí, esta vez la anomalía fue un varón, uno de los reyes más poderosos del inframundo  llamado   Suhar, creo que ustedes deben haber estudiado un poco de  dicha  historia,  este rey unificó y logró grandes cosas,  no sin antes haber pasado por  el proceso de purificación  donde ambas esencias se unen de manera equilibrada, ante esta niña tenemos  que el proceso no ha sido llevado a cabo, si su esencia se desestabiliza el resto del  inframundo lo hará también. Deben encontrarla antes del sello.

— ¿ El  sello ? preguntó Liam con curiosidad

Les daré una clase gratuita de nuestros máximas esenciales: Toda alma  nace con una dualidad, nunca somos totalmente buenos ni totalmente  malvados, ese equilibrio es muy importante,  la balanza no puede volcarse de un lado ni de otro,  en el caso de seres extraordinarios si  esto sucede su  conexión se romperá,  esa relación mutua  de  esencias no podrá recomponerse jamás.  Los rumores me hablan de una joven con un  pasado lleno de  maltrato y traición,  si ella cree que esto seguirá siendo la misma  tónica   su sello  será  tan oscuro e inamovible que nada en nuestro mundo ni en el humano saldrá   indemne  de este hecho catastrófico. La historia  nos  relata que ningún sello  oscuro ha podido ser removido  sin violencia  a su haber, hasta que el poseedor no sea completamente eliminado.

Los engendros agradecieron la atención de su viejo amigo,  recorrieron lentamente las calles.  Joseph  se negaba a creer  que tendrían que  llegar a  destruir  aquella preciosa chica  que le hacía  perder la razón.  Estaba dispuesto a todo por ayudarla, antes que fuese  demasiado  tarde.


Capitulo 10 // Demuestra Amor Filial o Perderás la Batalla

 Las imágenes de sus padres la persiguieron  hasta el mundo  del ensueño, ni la deliciosa cena o su mullida cama lograron que sus pesadillas  desaparecieran. De nuevo contempló  aquel apuesto  engendro  dirigir su mirada a ella,  sus pensamientos llegaban fluidos a su  mente, su mirada  demostraba afecto  incondicional:

Lamento no haber estado allí para ti  mi pequeña.

Lamento no  poder  demostrarte cuanto te amaba.

Nunca he dejado de protegerte,  te he mirado crecer y sentido tu tristeza y desolación,  no tendré palabras suficientes para disculpar mis errores, solo ante ti juro  por mi  alma que nunca te dejaré de nuevo,  aunque distamos en planos  diferentes del submundo acudiré a tu llamado cuando me necesites,  eres mi poderosa hija, nunca lo olvides.

Las lágrimas  recorrieron sus mejillas, tenía un padre que la amo hasta  pagar con su vida su derecho a nacer.  Acarició el anillo que  ahora lucía en su dedo.

Llegado  el momento de enfrentar a su madre la  pudo observar con detenimiento,  realmente era una  bellísima  mujer, un miembro  rutilante dentro de la esfera   del clan, por un momento pudo entender el porqué su padre habría perdido  la razón ante  esta beldad. Pese a ello el rencor en los ojos  de Anne  aumentó. ¿ Cómo pudo traicionar al engendro que la amaba tanto?

Ella le miró con ojos suplicantes:

Antes de juzgarme necesito que me escuches… replicó  ella.

—¿Hay algo verdaderamente importante que tengas que decir? replicó la mestiza con  ira en sus bellos ojos. Intentas  explicar   que nunca obtuve un  abrazo de tu parte  ni siquiera  un gesto gentil hacia mi.  Me abandonaste  sin  remordimientos y cuando  me trajiste de nuevo a tu vida  lo hiciste para condenarme a un infierno  de maltrato en Galia,  crees que he podido  olvidar   el día a día en ese maldito lugar. ¿ Eras la comandante,  y nunca te diste cuenta  de cómo  era tratada allí?  ¿Y ahora pretendes  que te  perdone?  Traicionaste  a mi padre,  le diste la espalda. ¿Quién eres, un monstruo  que sacrificó  a su  familia  con el  fin de   seguir ostentando poder?

— Tú no entiendes, era mi deber, era una primigenia del clan, no podía  poner en peligro  a  mi gente.

Lamento no haber estado entre tu gente, dijo Anne mientras las lágrimas rodaban por su rostro.Lamento no haber sido lo suficientemente buena para que lucharás por mi. Sabes que cuando supe de tu partida no pude derramar  una sola lágrima, Comandante de Entrenamiento,  uno de los miembros del clan  más  respetados. Tu abolengo  fue la  primera  y única  razón para abjurar de tu  familia. Lo único  que  pude  sentir  frente a tu partida  fue la   ira de no  haber pagado con creces  tu trato hacia mi. ¿ Qué pretendes ahora?  No existe un lugar en mi corazón para ti o el resto de  congéneres  que   hizo de mi vida un completo infierno,  pasaré factura, espero que lo que tengan sea suficiente para pagar todos esos años  de miseria. Ahora  retírate, no  soy Buda,  mi corazón  está blindado para ti y tu gente, es hora de que paguen con creces lo que me hicieron. 

La bruja mayor  la  contempló   con tristeza,  sus lágrimas eran oscuras y espesas,  cómo hacer entender a su hija que todo   fue un plan para  que sobreviviera, su  mezcla prohibida  sería una maldición que la  seguiría por siempre.  Un sollozo borró su imagen,  su hija nunca le perdonaría. 

Anne despertó sobresaltada, su  pecho dolía, el rencor y la venganza eran una carga difícil de llevar,  odiar  a  los que te dieron la vida era extenuante,  nadie escogía a sus padres,  pero porqué era tan  complicado para ella  borrar aquel   sentimiento.  

Bichito   le vió  llorar en silencio, no podía consolar aquella  desconsolada   alma,  pero  quizás   un viaje a su mundo   pueda  aliviar su pena…  Y susurrando  le pidió  cerrar sus ojos  para dirigirse al mundo de los  Encantadores,  seres mágicos creados para guiar a sus dueños   por el submundo, sin perder  sus  esencias primigenias.

  El lugar era una explanada verde, rodeada de jardines con  flores multicolor  a su alrededor, lo que  daba a su aire un aroma dulce y limpio.  Un edificio coronado  con una hermosa  oba  de metal resplandeciente  adornaba  el lugar.  A su alrededor cientos de seres fantásticos  jugaban por el lugar.  

Aquí recolectamos nuestra energía y la llevamos con nosotros, la traemos de nuevo y reciclamos , no importa cuanta tristeza o desazón sientas,  estamos diseñados para  hacernos cargo de toda esa  basura energética,  para convertirla de nuevo en recuerdos que te hagan sentir feliz. Una comida  favorita, una tarde con un buen amigo,  el sonido de la lluvia al caer…  somos buenos en eso.  

Ella sonrió, era muy cierto,  Bichito   le traía aromas y recuerdos   amables.

— Solo intenta no odiar tanto, el odio es un alquitrán que se pega a tu  corazón,  no importa  cuanto intentes limpiar de nuevo tu ser, la marca de su  oscuridad  permanecerá  por siempre,  tu madre cometió errores, a  cambio   te dio un padre capaz de dar la vida por ti, intenta no olvidarlo.  

La   híbrido  le  contempló  con afecto, mientras  intentaba tomar  al encantador  y  fingir  secar sus lágrimas y sacudir sus mocos en él.

—¡ No lo hagas¡  pedía suplicante,  o  me  veré obligado  a tomar un baño,  suéltame,  traeré  algo para limpiar  tu  nariz.

— No lo necesito, tu ropa es  suave  y acolchada,  me  limpiaré allí, decía mientras   Bichito intentaba huir  bajo la cama.

Su rostro aflojo el rictus  de  dolor y sonrió,  era cierto, no  sería juez y parte de la vida de su  madre, el karma se encargaría de ella,  sin embargo no cejaría en su empeño en eliminar  del  inframundo aquel  doloroso sistema de jerarquías antiguas que solo  conllevaba  miseria para los que no llenaban sus expectativas,  primarios, primigenios, subordinados, sin casta,  mezclas,  todo eso   era  anacrónico y desgastante,  era hora de un cambio en aquel   mohoso  submundo. 
 
Su espino  le trajo noticias,  las hadas habían localizado un grupo de  mestizos, eran pocos,  seis o siete miembros   que   superaron   la  fusión de   energías  en  su nacimiento,  su unión estaba lejos de ser perfecta,  algunos rasgos de sus progenitores   hallaron más fuerza  y desequilibraron   su  unidad,  apartados de sus propios  congéneres  sobrevivían en el mundo humano  de la peor manera.

Ella  colocó la palma de la mano sobre la mesa y ordenó al Libro Sagrado mostrar la ubicación de estos seres marginados.  Dio con el lugar,  de nuevo el rencor hacia el clan se extendió   en Anne.  

Esa tarde ingresaba a un barrio  abandonado, en una vieja bodega,  apenas alumbrada por un bombillo amarillento,  siete chicos de diferentes edades y géneros intentaban  subsistir,  su   corazón se rompió en pedazos, delgados,  mal vestidos, con una mirada triste,  su mundo  apestaba, era hora de un cambio. Cuando se presentó ante ellos intentaron huir, ella les calmó.  

— Soy una mestiza , conozco de antemano lo que ustedes han vivido,  sé  lo que significa el  no  tener  arraigo,  el no poseer  un  bando  al que   pertenecer, eres un paria y te condenan  a vivir de esa manera. La traición y el desapego  de tu propia gente son un estigma doloroso,  yo lo he vivido en carne propia,  es un  comecocos  que se instala en tu mente,  piensas constantemente el porqué  hicieron eso, ¿ Porque   somos  tratados  de esa manera,  porque  somos  indignos de su  afecto?  

 Seremos desertores, les pido acompañarme, de ahora en adelante  renunciaremos  al clan y a las madrigueras,   forjaremos   un nuevo  grupo, los híbridos y terminaremos por dominar este  mundo corrupto y cruel. Es hora  de largarnos de este infierno,   no  deben  recoger  nada de este refugio,  iremos  a un mejor lugar, entrenaremos para demostrar a nuestros detractores  que  nadie tiene el  poder  de decidir  quiénes somos verdaderamente, tú elegirás tu camino, será tu propio  derecho.  De hoy en adelante  manejaremos nuestro destino.

Ordenó a Bichito, buscar un lugar en las afueras de  la ciudad, ella se haría cargo del peculiar grupo de mezclas,  les entrenará  e intentará  curar sus  devastadas esencias.  Era la Reina del  Submundo, el título debería servir de algo, pensó al observar el bizarro grupo de niños y adolescentes  ahora a su cargo.

El nuevo hogar fue una antigua fábrica de  galletas, aun en sus paredes se percibía el dulce olor de la vainilla y la naranja…  Un techo abovedado que   sobresalía del segundo piso  pudo dar  el espacio suficiente a los chicos para que pudieran dormir tranquilamente,  unas cuantas reparaciones en las escalinatas del   lugar, un poco de pintura y las risas adolescentes hicieron un hogar  de aquel abandonado sitio.  Las chicas tomarían uno de los pabellones del primer nivel,  junto  a la oficina que se convertiría en la habitación  de Anne, enormes  ventanales   aireaban y daban brillantez al espacio,  la limpieza tardó alrededor de  una semana, pero los resultados fueron asombrosos, los dormitorios  y la enorme y espaciosa cocina fueron los   sitios  que ameritan  más esfuerzo,  Bichito tomaba  parte crucial del proyecto, sus habilidades para  llegar a las jugosas cuentas del clan permitieron   que el  naciente  grupo pudiera  obtener sus necesidades básicas,  ropa, comida, celulares,  sistemas de seguridad,   televisión,   la vida era buena para el  grupo de  reclutas conformado por   tres chicas y cuatro   varones.  

Bere  era la más alegre  del  grupo mestizo,  de carácter extrovertido  y mirada  dulce, era la más pequeña.  Fue abandonada en un  hogar humano, de donde escapó por malos tratos,  pese a ello su forma optimista de mirar la vida era  excepcional,  su fuerza vital   persiste de manera   incólume.

Lue  era atrevida y de una inteligencia  extraordinaria, deducía  situaciones en cuestión de segundos y  pese a aquel aspecto desgarbado era una linda chica.  

Boeck  era  ingeniosa y organizada,  su mente trabajaba de una manera   sistemática, ordenando situaciones   complejas  para dar con  soluciones simples y utilitarias,  la  encargada de la estrategia  del grupo.  Su piel color ébano y sus ojos color miel la hacían una beldad  fuera de serie. 

Los chicos no eran menos atractivos, Guilmart era un poco   extraño a su manera, le encantaba aullar a la luna,  sus amigos bromeaban con que la mezcla de sus genes  incluía un lobato.

Eimar era el líder, de rostro inexpresivo y poco  hablar  sus  órdenes eran escuchadas con respeto.  Una cicatriz profunda en su mejilla   mostraba el encuentro  con los cazadores,  era el mayor,  era difícil establecer edades,   su grado de abandono era notorio   incluyendo sus fechas de nacimiento y el nombre de sus padres.

Sare  era  generoso y preocupado por sus amigos,   sus habilidades incluían el robo de comestibles y  documentos  para sobrellevar   las necesidades cotidianas del grupo,  era un pequeño y mañoso tahúr al que las calles prepararon   desde chico en sus   trincheras.

Norm  era el más fuerte y musculoso,  encargado de  defender  a sus amigos  cuando se enfrentaban al clan o  a los engendros, incluso los cazadores eran sus férreos enemigos,  su fuerza descomunal y  velocidad salvo en muchas ocasiones a los más débiles de la  comuna de  híbridos. Los   Siete como fueron nombrados por  aquella novel  reina  como  su séquito más cercano,  desde ahora su enseñanza  sería enfocada en   proteger el alma  reluciente de aquellos jóvenes guerreros  para que nunca  perdieran  el norte y se convirtieran  en los seres del inframundo que ahora  estaban destinados a combatir.

Los lineamientos para el  grupo no serían   agobiantes, ellos eran  fuertes,  criados en las  violentas calles de un guetto,  su  forma de pelear no  tenía   nombre,  acaso jujitsu, mezclado con karate,  junto a  modo callejero,  al igual que ellos su forma de luchar  era bizarra pero efectiva,  Anne  deseaba  preservar  dentro del grupo  el carácter de la justicia y la empatía a los más débiles,  deducía por su propia experiencia que un  guerrero  no solo era una máquina de combatir, su deber sagrado era  hacerlo  cuando debía  y rebelarse ante  sus amos para  no   ser convertidos en crueles  asesinos. Sus  nuevos  discípulos  serían obligados a  luchar como guerreros,  sin dejar de pensar como   seres conscientes  de su  entorno,  escoger entre el bien y el mal no era cosa de niños.

Pronto sus habilidades  serían puestas a prueba,  la orden de su  Reina Oscura fue aprender a manejar  el conocimiento como una filosa espada, eran un grupúsculo de novatos que    se enfrentarían a los  más experimentados   asesinos de clanes y madrigueras,  la estrategia  sería su plan de batalla, la lucha cuerpo a cuerpo    la última opción. El   Plan Maestro daba inició  con túneles de escape a dimensiones  multiverso,   si   acaso  fueran acorralados  Anne  deseaba  que ninguno de ellos   resultara    herido o capturado  por  sus  enemigos,  protegería a sus chicos con su vida misma,  sería   la hermana mayor  de  aquellos   híbridos    abandonadas  a su suerte , criados sin afecto ni apegos,  los bandos a cargo pagarían  por ello.  Lo prometió mientras acariciaba su anillo.

Capitulo 11 // Los Siete y la Gran Madre

 El entrenamiento de los jóvenes era continuo y eficaz,  ellos pretendían demostrar  a su Señora lo capaces que  eran,  su oportunidad de pertenencia se reafirmó con ímpetu,  eran los siete, guerreros  capaces de enfrentar cualquier  reto  para defender a sus hermanos,  ella mira complacida el lazo  que  crecía haciéndose más fuerte entre los chicos,  cada uno poseedor de una  habilidad única.  Por primera vez en su vida se  sintió parte de un todo, sabía que sus   discípulos sentían lo mismo,  recordó la historia de un famoso general  romano  que  instaba a sus  hombres a  crear lazos filiales  profundos,  nadie dejaría a un ser amado  atrás durante las batallas,  esa percepción humana y sensible  acerca de  las luchas por  eliminar la carroña acumulada durante milenios de poder  en el submundo, les  daría   un plus  sobre  la extraña comuna que conformaban, la única regla  estricta que   estaba escrita en piedra era la de  ser leales entre sí.  Sabían de antemano  que se enfrentarían  a hienas,  el Antiguo Mundo temía  perder su poder y esto les  convertía  en dragones  dispuestos a arrasar  a quien se atreviera a   ponerse en su contra.

Bichito se encargaba de  enseñarles a utilizar los  pasajes  dimensionales de escape,  era muy importante salvaguardar la vida de cada uno de los híbridos, no querían ser la carnaza que atrajera a los depredadores,   querían acabar con estos seres  cuyos líderes  perdieron su norte,  lucharan   por sus derechos  a no ser  estigmatizados por sus diferencias,  diferencias que nunca fueron parte de su elección  de vida.

Lejos de los novatos, Joseph  Could y su hermano Liam  preparaban las trampas para  la mestiza y el reciente grupo  de mezclas llamados los Siete,  si, estaban al tanto de aquella unión, ignoraban el sitio del  reciente cuartel,  de todas maneras  daban por entendido que si no llegaban antes por ellos los cazadores  harían una verdadera carnicería.  Gilbert  presionaba a los  primigenios del clan  a reunirse y programar una  amnistía  para   las mezclas, proponiendo  ofrecerles derechos dentro del inframundo, pocos quisieron  aceptar la propuesta, sus miedos a los cambios  fueron  la negativa  principal. 
 
La lucha se aproximaba,  los ánimos  estaban  caldeados no solo por el temor, sino también por la preocupación a perder su  poder, poder que   les deparaba riquezas, y muchas por cierto.

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Parte 4

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