
Enemigos Ancestrales
// FINAL //
Anne nunca se sintió preocupada por su seguridad, pero ahora temía por sus mochuelos, algunos eran jóvenes y su potencial no había sido desarrollado en su totalidad. Añoro esa parte de su estrategia, cuando luchaba sabía de antemano que la muerte era parte del riesgo a tomar, esta vez era diferente, enviar a sus chicos al ruedo sabiendo que podían ser eliminados era su talón de Aquiles, el clan usaría endriagos y homínculos sin misericordia, al igual que los engendros, no se detendrían para lograr su objetivo de esclavizarlos o eliminarlos. Morir a dentelladas o destripados por aquellos sirvientes del inframundo no era una visión adorable, tendría que solicitar ayuda. Dentro del Libro de los Secretos podía hallar la llave para ganar, sin embargo sabía que tendría que entregar a cambio sus esencias, una manera de dejar de existir cómoda y silenciosa, Bichito la observó divagar por horas, eso le preocupó profundamente, de alguna manera se daba cuenta que su ama era una Diosa de la Oscuridad con un principio activo dentro del universo, su poder la consumiría, y él no podrá hacer nada para evitarlo.
La luna llena caía sobre el viejo edificio, ella escogió un lugar apartado, era hora de acudir al mayor poder que imperturbable sostenía los delgados hilos del destino, El Alma Universal se abría paso entre portales hasta llegar a ella.
Su apariencia era la de una exquisita mujer en edad madura, rodeada de cientos de gusanos de luz, larvas fantasmales formaban una corona sobre sus blancos cabellos, la brillantez que despedía la figura lastimó los ojos de la mestiza.
— Me has llamado, ¿ tú sabes lo que significa un pacto conmigo? Declaró fríamente.
— Lo sé respondió ella, estoy dispuesta a ceder lo que pides.
— Conceder tus deseos será simple, tu destino ahora es mío, tomaré lo que considere valioso y sólo dejaré un cascarón hueco para ti.
Que así sea dijo ella mientras se hinca ante la deidad.
La luna tomó un color rojo sangre, el inframundo dio la alerta, el Alma Universal se involucraría. La guerra llegaba a las puertas del cielo, esta vez no habría prisioneros, la decisión del clan y los engendros estaba tomada.
Joseph, Liam y el guardián Gilbert tenían poco tiempo para evitar aquella catástrofe, la casta sacerdotal estaría a cargo de detener el brío de aquel pacto repleto de desventura. La mestiza abría el portal más temido, todos los que cayeran dentro de él serán liquidados.
Joseph apenas pudo dormir, ella era una poderosa enemiga y debía ser eliminada por completo, sintió que su corazón dolía, por primera vez en su vida cuestionó pertenecer a aquel cruel mundo, la bella nunca escogió su destino, pretendía salvarla, aunque eso costase su posición de alfa primigenio, era difícil mostrar sus sentimientos, realmente desde que la vio por primera vez toda su alma se volcó a ella, su intención genuina era salvarla de aquella herencia maldita que sus padres le otorgaron, era un deseo engañoso, el poder de su linaje la convertía en una bomba de tiempo para aquellas castas poderosas que harían cualquier cosa para mantener su poder y riquezas…se negaba a ser testigo del final de aquella niña condenada desde su nacimiento a ser la fuerza que cambiaría la malignidad que se filtró dentro del inframundo, destruyendo el equilibrio de las razas a su cargo.
El sello del pacto con el Alma Universal transformó a la joven mestiza, la magnitud de su belleza era sorprendente, sus ojos brillaban con destellos iridiscentes, sus manos parecieron dar paso a las garras metálicas de tamaño formidable, sus colmillos relucían, su piel tomaba una textura diamantina, los chicos retrocedieron ante la majestuosa imagen. Su voz repitió con dulzura sus nombres, esa noche tomarían posiciones, sus enemigos se acercaban dispuestos a todo. La noche sería larga, su anillo refulgía con fuerza, su padre estaría junto a ella en la batalla. Ni siquiera osó pensar qué pasaría con su madre, no haría mella en su corazón, las decisiones de ambas fueron tomadas hace mucho tiempo atrás.
Capitulo 12 // La Gran Batalla por el Equilibrio del Inframundo
El lugar fue sitiado rápidamente, brujos, engendros, homúnculos y endriagos formaban un bizarro ejército dispuesto a acabar con el poder de la nueva reina.
Los siete tomaron posiciones defensivas, era la orden de su majestad, el Alma Universal compartía el monumental poder con aquella bella joven dispuesta al sacrificio para defender a sus chicos. Joseph y Gilbert lideraban el ataque, rodeando la antigua fábrica trataban de encontrar un sitio seguro para el ingreso, la manada de cazadores encontraba un ducto que les permitiría el ingreso al lugar. Bichito detectó el ataque, bloquearía la posible entrada, los endriagos y homúnculos atacan con intensidad los portones de ingreso, eran demasiados, ella dudó por un momento de su estrategia, terminarían sus enemigos de lastimar a sus chicos, el sonoro estallido de la entrada principal motivo que los siete dieran inicio a la defensa de manera acérrima, era un plan simple, ellos defenderán a la híbrido hasta su muerte y ella daría a cambio la suya para poder protegerles.
Las barreras colocadas estratégicamente para impedir el fácil ingreso a su cuartel general apenas logran impedir el ingreso, los poderosos alfa de la madriguera fueron los primeros en abrir las puertas del cuartel, ella contempló con desánimo cómo los chicos eran acorralados cerca del patio interior, uno de los endriagos hiena hirió a la pequeña Bere en su hombro; ella respiró con fuerza, ordenando a Bichito enviar a las dimensiones alternas al grupo de los siete. No podrían resistir más, sus ojos miraron con cierta tristeza a sus enemigos, no deseaba acabar con todos para detener una guerra que solo buscaba la equidad en sus miembros. Sabía de antemano que tenía el poder suficiente para acabar con ellos, pero su esencia no deseaba traspasar los límites de la oscuridad, si ella desaparecía, sus chicos estarían a salvo, dejó instrucciones precisas a Bichito para que después de su sacrificio ellos pudieran crecer sanos y salvos bajo la protección del Alma Universal.
Frente a la avanzada de sus poderosos enemigos elevó sus brazos, su figura resplandeció mientras su voz se esparcía por el lugar:
— Es hora de que dejen sus armas, no defenderé más este sitio, deben irse en paz, o destruiré hasta los cimientos su linaje, depongan sus armas.
Uno de los cazadores llegó al lugar, una flecha envenenada daba en el hombro de la reina. Joseph trató de llegar hasta ella, la Reina de la Oscuridad lo tomó como un artero ataque.
— Lo advertí, dijo mientras bajaba sus brazos y lanzaba un poderoso conjuro, todos los que intentaban llegar hasta ella cayeron al suelo, sus cuerpos convulsionan sobre el suelo adoquinado, sus almas fueron tomadas prisioneras, y contenidas en el cuerpo de la guerrera.
— Serán colocados en el plano humano, todos sus poderes han sido depurados, tienen veinticuatro horas para aceptar el pacto, no más guerras, no más persecución, no más jerarquías, ese será el tiempo que mi alma y cuerpo soportará sus esencias, de lo contrario me iré llevándome sus poderes. Y haciendo un gesto con su mano desapareció frente a ellos.
La Reina Oscura se trasladó a un sitio encantado, frente al Lago de las Almas, dos monolitos brillaron con fuerza, los símbolos druidas y celtas en ellos giraban constantemente, ella se colocó en posición de loto, su lucha encarnizada se llevaba a cabo en sus adentros, con toda la energía de la malignidad en su cuerpo, era un contenedor que mostraba signos de ruptura, su piel oscureció, sus cabellos mostraban el poder de la inmensa oscuridad avanzando con denuedo para consumir su interior. Veinticuatro horas en las que tenía que mostrar su capacidad para resistirse a cualquier tentación y simplemente omitir aquel deseo culposo de terminar con todo esencial que existiese en el mundo de los mortales, No sintió temor, sabría que de alguna manera podía ser defraudada por los ambiciosos seres en que se habían convertido sus congéneres. Declinó dichos pensamientos, el abatimiento era un abono para las almas pesarosas, la oscuridad rondaba el sitio.
Esa noche la luna iluminó la figura majestuosa de aquella diosa que perdía la batalla en sus adentros. Horas antes de sellar el pacto de la nueva integración de los clanes y madrigueras , unos cazadores localizaron la reina, prepararon su fin, ella lo intuyó, las piedras místicas formaron una barrera donde las flechas cayeron frente a ella. Algunos engendros y brujas colaboraron con el plan, el veredicto estaba dado. Anne llamó al Alma Universal, era tiempo de que tomara lo prometido.
Un ligero temblor sacudió las aguas del Lago de las almas, una brillantez cubrió sus aguas, la híbrido camino hacia el lago, sus enemigos miraron absortos como su cuerpo se diluía entre aquellas aguas purificadoras. Los clanes y las madrigueras sucumbieron al hechizo, intentaron probar sus dones místicos, ya no existían, los cazadores perdieron su rumbo y olfato, perdidos en aquel tenebroso bosque temían por sus vidas. Los endriagos y homúnculos no podrían volver jamás a convertir sus cuerpos, solo una de sus dualidades permanecerá con ellos.
En Galia la biblioteca repleta de magia ancestral desapareció dejando paredes agrietadas y vacías. El inframundo colapsaba, al parecer nada detendría la hecatombe creada por ellos mismos.
Dentro del lago, en el contenedor de almas una Gran Maestra del Clan solicitaba piedad ante el Alma Universal.
— Deja a mi hija, te lo suplico yo seré tu sacrificio, déjala vivir, es una niña apenas, mi alma es fuerte soportará la purificación de esas esencias y repararé mis pecados. Seré tu esclava protegiendo tu amado lago. Déjala ya por piedad, restablece tu dominio sobre el inframundo, solo tú puedes hacerlo su alma se verá desintegrada si no me ayudas. Te lo suplico. ¡ Es mi pequeña. Ten piedad¡ Suplicaba la Gran Bruja entre sollozos.
La figura poderosa del Alma Universal señaló el enorme monolito que se hallaba en el centro de aquel lago místico. La deidad aceptó el convenio, Anne fue devuelta al santuario, su madre tomaba su lugar. El llanto de Anne era incontrolable, su madre, la que juzgó y condenó tomaba el bando de su hija dándole otra oportunidad con su propia existencia.
Dentro del lago místico su cuerpo y esencia sanaron rápidamente, Anne sentía que el mundo era un lugar acogedor.
Su madre la contempló orgullosa, a partir de ese momento sería la Gran Guardiana del Lago, sus sentimientos de culpa, convertidas en dolorosas heridas fueron sellados para siempre, por fin pudo demostrarle a su hija cuanto la amaba, su lejanía frente a ella era un escudo hasta que su niña fuese lo suficientemente fuerte para enfrentarse a sus enemigos. Ahora Anne lo sabía, quizás y solo quizás el amor con el que fue concebida había logrado la unión de aquellas esencias completamente contrarias, un catalizador que la convirtió en aquel paradigma de su especie.
Los siete se reunieron con ella, era hora de buscar un nuevo hogar, lejos de clanes y madrigueras, lejos de todo aquello que dañó su corazón. Dentro de las oscuras montañas de Crek, un edificio resguarda la nueva sede de la híbrido y su manada. El celaje en el cielo fue un buen augurio para los chicos, algunas áreas del terreno fueron tomadas como invernadero, el trabajo duro aleja los malos pensamientos, solía decirle a sus pupilos Dejaría que el destino se hiciese cargo a partir de ese momento. Los días pasaban dejando una estela invisible, era feliz a su manera.
Capitulo 13 // La Nueva Raza
Joseph no la olvidaba, intentaba seguir cualquier rastro posible, recorrió de nuevo la colina de los Reyes, recorría los lugares donde se hablaba de una hermosa chica con el tatuaje del símbolo de la Gran Madre, todo era inútil, los días para él resultaron angustiantes, dónde pudo camuflarse para pasar inadvertida, esa tarde cansado asistió a un antiguo pub, allí unos cazadores hablaban de sus colegas en norteamérica, en un bosque encontraron a siete chicos y una guerrera en sesiones de entrenamiento. Había un efluvio en ella muy diferente, el sitio era vigilado por cierzas que volaban continuamente y lanzan graznidos de alarma entre el grupo cuando presienten el peligro. Cuatro chicos, tres chicas y la magnífica mujer.
Joseph tuvo esperanzas, necesitaba encontrarla, realmente necesitaba hacerlo. ¿Su denodado esfuerzo valdría la pena? No menguará su búsqueda, era importante hallarla, no tenía estrategias, solo frente a ella diría lo que anhelaba decir. Dejaría que el destino se haga cargo del resto. Simplemente reconocía que ella se había convertido en su obsesión , día y noche sus recuerdos le acechaban, el olor de su magnífico cuerpo, sus rojos labios, los sueños ya no eran suficientes. De antemano sabía que Gilbert merodeaba, el clan pretendía el inicio de una nueva raza basándose en el poder de Anne, suspiró, tomaría un boleto a su hogar, luego se dirigiría a Montana, donde el grupo de cazadores locales detectaron al sorprendente grupo.
En cuanto llegó Liam se unió a la búsqueda, su madre observó a Joseph un tanto preocupada, el hechizo de la híbrido se notaba en su amado hijo, había perdido peso, se notaba cansado, algo retraído, agradeció desde el fondo de su corazón que su hermano le acompañará en aquella búsqueda, y rogó que la añoranza por Anne terminase pronto.
Un baño, aprovisionamiento y la poderosa camioneta ronroneó con fuerza, sería un largo camino, necesitaba el viaje.
En su interior oraba por encontrar una equidad entre aquel amor desesperado, esa necesidad de ella, creía ser un hombre ecuánime, centrado, capaz de manejar sus emociones…. Esa noche, en el campamento improvisado, bajo las estrellas, pensó en el padre de la híbrida y reconoció humildemente que cuando la fiebre del enamoramiento te infecta no había nada que hacer, ese poderoso engendro alfa, Señor por derecho de un extraordinario linaje se transformó en un esclavo que solo vivía para ser seducido por aquella poderosa bruja , la madre de Anne. Sintió misericordia por él, por el fuego que debía quemar sus entrañas, por su mente perdida que solamente lo llevaba una y otra vez al sendero de sus deseos. Porque realmente se sentía igual.
El sortilegio de la magia ancestral daba sus frutos, necesitaba la cercanía de ella para paliar el dolor que lo devoraba. Su prepotente actitud ante la vida se desvaneció, era un mochuelo enamorado de un sueño. Su anhelo era tan fuerte que al pensar en ella le costaba respirar, no se rendiría, no podría hacerlo, era presa de la magia más poderosa y antigua del universo.
Al llegar al sitio indicado , notó con sorpresa a los miembros del clan, Gilbert se encontraba entre ellos, era su cabecilla. Ambos se miraron retadoramente, el llamado de la alerta de las aves dio la alerta, dentro del campamento la mestiza tomó sus armas. Defendería su hogar y el de sus chicos, nadie la sacaría de allí.
Bichito le advirtió:
— Es un reto entre ellos, tú solo debes estar presente.
—¿ De qué hablas? ¿ No vienen contra mí?Manifestó ella con cierta curiosidad.
— No, machos alfa pelearán por conseguir tus favores, el guardián y el engendro alfa tendrán un duelo, el que triunfe se convertirá en tu esposo.
— Que bien, los dos intentaron matarme, y ahora buscan ser mis esposos, una mala analogía quizás. Quién dice que debo obedecer y ante quién. ¿ Acaso yo mencioné el casarme ? Olvídalo!
El Alma Universal lo dispuso, es tu destino ser la madre de la nueva raza de elementales poderosos y sin contaminar por la desmedida ambición, quienes serán los encargados de poblar el inframundo. De la madre obtendrán un corazón limpio y del padre una fuerza descomunal, no habrán clanes ni madrigueras, la raza de híbridos predominará, será tu nueva misión.
— ¿Misión? Creo que las larvas en su corona de su Majestad le han afectado¿ Porqué escogería alguno de ellos? Los dos me traicionaron.
— Son los indicados, además no debes quejarte le dijo Bichito con sarcasmo, recuerdo un viejo adagio que dice es mejor malo conocido que bueno por conocer sabrás de lo que son capaces con solo mirarlos, y relativamente nunca confiarás plenamente en ellos.
Ella le miró con el ceño fruncido, luego relajó su rostro, él tenía razón, el poder deductivo de su encantador era innegable .
El sitio del duelo fue preparado, ella vistió con el traje enviado por la Diosa Madre, preparada por las hadas de la isla. Arrebatando la respiración de los chicos antes de salir a un trono que espera frente al sitio de la batalla. Su piel aterciopelada brillaba, su boca era tan roja como el rubí que brillaba en su mano, los espíritus de sus padres fueron permitidos en aquella mística boda, su cabello caía en cascada por su espléndido cuerpo, los retadores la miraron embobados, al igual que los del clan, el hermano de Joseph, algunos cazadores que rondaban el lugar se hicieron presentes, antes de ello un naga, guardián del bosque leyó las reglas a seguir, el ganador sería el futuro esposo, la fidelidad mutua sería sellada con la sangre de ambos, no habría muertes de los rivales ambos eran demasiado valiosos para que alguno perdiese la vida, el quedar inconscientes sería suficiente, el perdedor esperaría por la primer hembra que la hibrido diese a luz, desde aquel momento la imprimacion sería llevada a cabo. Al terminar la batalla se daría por realizada la boda.
La batalla inició, ambos contrincantes eran poderosos, los sonidos de la pelea semejaban truenos dentro de aquel oscuro bosque, Joseph parecía llevar la peor parte cuando un golpe de Gilbert lo hizo caer pesadamente al suelo, la sangre fluía por su rostro, Gilbert se acercó a rematar, Anne mordió sin querer sus labios, el olor despertó toda la necesidad de ella en el engendro, y poniéndose de pie golpeó con tal fuerza a su retador que lo dejó en el suelo sin poder levantarse, aún herido se dirigió al trono donde se hallaba Anne, la levantó con fuerza y la besó apasionadamente.
Ellos desaparecieron frente a todos, era el regalo del Alma Universal, una cabaña hermosa les esperaba en un sitio desconocido, la noche fue corta, ella mordió cuidadosamente al engendro para no lastimarle aún más después de la batalla, él reaccionó como la primera vez que intentó capturarla, pero esta vez no se detendría. Los murmullos de la noche se llenaron de dulces quejas de placer.
Semanas después Gilbert recibía una esperada noticia, la Reina Anne se encuentra preñada, lo sabía, los endriagos eran sumamente efectivos en esa área. Esperaría con anhelo a su futura consorte, se sabía que las crías de mestizos crecían de forma acelerada. Su prometida estaba en camino.
Era un buen día, Gilbert salió a correr, un tibio sol y un cielo sin nubes auguraban un mejor destino, el mundo prometía un hogar sin madrigueras, simplemente híbridos tomando lo mejor de cada especie, la selección de especies era un acertado plan de la Gran Alma Universal. La nueva especie se abría paso en aquel nuevo mundo.
FIN
