Ivett la Cortesana
// Parte 2 //
Capitulo 2 // Las Clases del Amo Serán su Propia Perdición
Noche a noche, Lucien se convierte en un maestro y ella en una simple alumna, Ivet ha puesto un verdadero escudo dentro de sus emociones, lo que hace con él es solo una parte fundamental de su trabajo como esposa, ningún pensamiento que no sea el aprender bien las lecciones es asimilado por su cuerpo y mente. Esa noche él está decidido a que ella aprenda la forma sutil en cómo desea ser acariciado, sus femeninas y suaves manos deben recorrer con lentitud y firmeza su espalda y glúteos, luego gira sobre ella, es el momento en que deba recorrer su pecho y besar con pequeños y cortos besos su garganta, despacio su esposo guía su mano hasta su virilidad, debe ser cuidadosa y tierna, mientras él da gemidos de placer ella piensa que los hombres suelen ser criaturas tan vulnerables en dicho momento, tanto que podría tomar una daga y partir su corazón, sonríe con malicia, Archer la levanta con facilidad y la coloca sobre él, mientras la penetra con inusitada fuerza la instruye con sus manos para que lo pueda complacer moviendo sus caderas al ritmo que le indique. Ella es una alumna avezada, reconoce los puntos débiles de aquel hombre, y cuando éste llega al punto máximo Lucien la vuelca sobre la cama terminando con un gruñido casi animal, lo que le indica a ella que su misión ha sido terminada. Archer nunca le permite vestirse, dormir desnuda es uno de sus requerimientos y ella lo cumple a cabalidad, dentro de su modo de vida el ser poseída por aquel hombre de apariencia tan poderosa es solo una pequeña parte, nunca permitirá que el frío conde pueda afectar su alma, es un simple intercambio, al que su esposo suele corresponder con regalos costosos, que ella guarda en el banco o intercambia por dinero en efectivo, sabe que está caminando cerca de un desfiladero, sus planes de fuga continúan. Ha investigado dónde podría ocultarse sin ser detectada,encontrar un modo de vida que le ofrezca una sencilla y cómoda existencia, presiente que su esposo solo será una pieza dentro del rompecabezas que formará su vida.
Los días y meses siguientes Archer ha convertido a su pequeña esposa en una amante que le complace de forma total y placentera, los viajes del Conde han sido mermados al país vecino, lo cual agrada al emperador, los rumores se han disipado, Ivet ha cambiado, su cuerpo de joven adolescente se ha transformado en el de una exuberante mujer que parece hacer que Archer nunca se halle satisfecho de su cuerpo. Alguien dentro de los nobles ha circulado con el libro hindú del Kamasutra, ha sido un escándalo a puerta cerrada al mirar en un dibujo todas las posiciones que puede encontrar una pareja dentro de la cama, cuando el grupo de mujeres le muestra el libro, ella lo mira de reojo, se sorprende un poco, Lucien parece haber tomado todas sus lecciones de aquel libro prohibido. Mujeres tontas , pensaron que se sentiría escandalizada al ser tan joven, logró simular algo de estupor y vergüenza. Cuando Lucien la llegó a recoger en el carruaje le observó de soslayo, cuántas de estas refinadas damas podían adivinar que tras ese aspecto serio y caballeroso había un hombre tan perverso que hacía que su joven esposa aprendiera cosas tan escandalosas como las de aquel texto erótico…
Esa noche de primavera habían transcurridos tres años desde su boda, tres largos años de ser entrenada en las artes amatorias, tres años años de preparar su fuga, cuándo podría presentarse la oportunidad de escapar de aquel hombre que la utiliza para satisfacer sus propias necesidades. Por primera vez desde que se casaron él prepara un viaje a Mont Blanc, Julia su sirviente ha escuchado rumores que hablan de que el rey de ese país, esposo de la princesa Ciel tiene una amante a la que quiere convertir en esposa, y ha repudiado a Ciel utilizando los viejos rumores de su antiguo amor por el poderoso conde como una excusa. Su instinto le advierte que ese podría ser su momento. Está convencida de que hoy dormirá sola, al fin podrá descansar de las demandas amorosas de Archer que siempre parece estar en celo, pero se equivoca, esa noche Archer la ama sin medida, la noche transcurre en medio de una cierta ansiedad que despide el conde, Ivet soporta el encuentro nocturno con estoicismo, cuando él se despide diciendo que pronto volverá, ella apenas le escucha, duda si debe decir algo como buen viaje o cuídate, pero sería hipócrita expresar algo que no siente . Durmió hasta tarde, un sueño premonitorio la hizo despertar sobresaltada, sueña que una enorme corriente de agua cae sobre ella, a lo lejos observa a Lucien y Ciel abrazarse, la observan a lo lejos a merced de las aguas sin que alguno de ellos intente hacer nada por salvarle. Desde niña ha tenido sueños de este tipo, solía no hablar de ellos, pues pueden considerarse emisarios de mala fortuna, pero ella aprendió a leer en ellos, el mensaje era simple, debía poner su plan en marcha, a partir de ese momento comienza a hilar su escape. Debe ir a alquilar un carruaje, trasladar sus riquezas debe ser su prioridad, un viejo conocido de su padre le habla acerca de Mont Blanc, un país hermoso que tiene un clima excelente para cultivos, la tierra alrededor de la capital es barata, su gente es amable, además se han solicitado maestros para las áreas rurales, intentará alquilar un sitio, luego decidirá comprar si el entorno le parece adecuado. Mientras va al sitio donde alquilará el carruaje se da cuenta de que la ciudad se halla revolucionada por rumores que hablan de que la princesa Ciel ha sido destronada como reina y el duque Archer se dirige a traerla a la capital de nuevo, al parecer la historia de amor entre el conde y la princesa puede terminar de forma feliz. Muchos comparten la lástima hacia la joven esposa que parece ignorar lo que va a suceder. Ella esbozó una amarga sonrisa, maldito tipo piensa, por qué no habla con sinceridad, tan simple como divorciarse, tan fácil como decir aquello de no eres tú, soy yo, era un cabrón , lo sabía desde el principio, por qué no ser sincero. Ese día se sintió un tanto enferma, náuseas y vómitos constantes aguaron su semana , iría al médico, no podría enfrentar lo que está por venir si se encuentra enferma, cuando el médico dió su diagnóstico ella no pudo hablar, la furia y el odio tomaron su alma. Tenía cerca de cinco semanas de embarazo, por qué Lucius no le comunicó la decisión de no tomar el medicamento, ella lo hubiese tomado por él, bajó del carruaje como un zombie, sin responder preguntas de sus sirvientes se dirige a su habitación, cae de rodillas y empieza a llorar como si hubiese tenido un taco de lágrimas atorado en su corazón desde que se unió a aquel maldito hombre, sus ahogados sollozos los cubrió con ambas manos, no permitiría que supiera que había logrado hundir su corazón dentro de las tinieblas, Se levantó trastabillando, se dirige a la cama y se recuesta, a partir de ese momento solo escucha a sus sirvientas llamarle preguntando si se encuentra bien, sus ojos se abren con dificultad, al parecer es el atardecer del día siguiente. Trata de recomponerse y abre la puerta, Julia se lanza llorando a sus brazos, pensamos lo peor, creímos que sabía lo del Amo y había tomado una mala decisión.
— Julia pareces no conocerme, jamás tomaría una decisión equivocada por un hombre, sobre todo si este no me ama, olvida esas cosas, me sentía cansada, eso es todo. Mira pronto tendré que dejar este lugar, puedes acompañarme o puedo dejar tu carta de libertad y una generosa dote, te aconsejo que tomes la segunda opción, sé que amas verdaderamente a ese chico que cuida las caballerizas, parece un buen tipo, formarás junto a él una gran familia.
— Pero Ama qué harás tú, irás a casa de tus padres?
Ella rió diciendo, eh, tan mal me he portado contigo que me deseas tal calamidad. Tengo un hermoso lugar en mente, no te preocupes, conocía las intenciones del Señor antes de casarme, ahora solo debo retomar mi camino, soy libre, a partir de ahora tomaré mis propias decisiones, hoy te pido me ayudes a preparar mi equipaje, no necesito demasiadas cosas, quiero que vayas donde la costurera y le pidas que me preparé unos cuantos vestidos ligeros, sin adornos, algo similar al que usan las campesinas, le dices que si no hace preguntas le pagaré el doble.
Mientras espera finiquitar algunos de los detalles para su traslado observa al mayordomo de los Archer vigilar varios trabajadores que se hacen cargo de renovar una preciosa mansión, cuando ella pregunta con curiosidad al cochero éste le explica que es la nueva mansión que el conde Lucius Archer ha comprado para su futura esposa, la princesa Ciel.
— Acaso no lo sabe señorita, toda la ciudad está al tanto, él se ha ido para traerla de nuevo, el Rey de Mont Blanc la ha repudiado, se dice que tiene tiempo pensando en hacerlo, por la relación de la princesa con el Conde Archer, otros comentan que el rey tiene una joven amante y desea darle el puesto de reina, la única en verdad que causa conmiseración es la joven esposa del conde, ignorando que pronto la dejaran. Su rostro no muestra ninguna emoción.
Los cofres con la pequeña fortuna que amasó fueron escondidos por ella en baúles de doble fondo, tres días después se despedía de Julia al amanecer, no quería que su partida echará más leña al fuego con los rumores ya existentes. El carruaje fue usado hasta Puerto Azul, de allí tomaría el barco que le llevaría a las costas de Mont Blanc, desde que supo de su embarazo y tomó los tés para las náuseas se siente mejor, de alguna manera aquel niño se muestra como su fuerza oculta para combatir un destino del cual ella no tiene voz ni voto. Hará cualquier cosa para asegurarse del bienestar de su hijo, se encargará de concederle los dones que todo niño requiere para su crecimiento: amor, aceptación y oportunidades .
Mientras el bote la deja y toma un carruaje a su nuevo hogar , observa la noche estrellada, y le parece tan diferente a la que veía desde su ventana, encerrada dentro de una cómoda jaula con un hombre que tenía su corazón preso de una princesa que tampoco pudo escapar de su destino, al menos ella no sufrirá por la separación, los años que transcurrieron al lado del maldito conde no minaron su entendimiento, ella tenía un arma secreta con la cual logra defenderse ante cualquier evento siniestro a su alrededor: saber el sitio dónde se encuentra parada, sin crear falsas expectativas, la realidad era una y poder entender el entorno ha sido su prioridad y eso le ha rendido frutos. Un hombre enamorado de un amor imposible desde su infancia no era un buen prospecto como marido. Ella lo sabe, cualquier persona con dos dedos de frente lo sabría, solo era cuestión de tiempo y ahora la vida se encarga de nuevo de unir a estas personas que se amaron desde un inicio, quien intente meterse en medio será triturado, no es un buen modo de vivir, mientras sus pensamientos se dirigen por última vez a ese mundo del cual acaba de dejar para siempre, el leve movimiento de su bebé vuelca su corazón hacia un remanso de plácidos y dulces sentimientos.
Al día siguiente el dueño le muestra la propiedad en todo su esplendor, la casa es pequeña pero confortable, a su izquierda un camino cuidado con prolijidad da a un huerto de árboles, algunos se encuentran floreciendo, otros ofrecen últimos frutos de primavera. No lejos un vallado protege los cultivos de cebolletas y coles, un pequeño hombre se presenta a ella como encargado de cuidar el lugar. Ivet sonríe y la felicita por el cuidado que ha dado al lugar, le pregunta si sabe donde se encuentra un almacén de víveres cercano, quiere pollo, cerdo y unos cuantos pescados salados.
El trabajador se ofrece a ir por ellos, hoy ella cocinará una deliciosa sopa, pollo al pomodoro y cerdo con vegetales. Cuando el hombre de mediana edad regresa con la encomienda, lleva una joven de unos trece años, afirmando que es su sobrina y necesita empleo.
Ivet la observa con detenimiento y le pregunta si sabe leer y escribir. El trabajador le responde que la escuela es cara y la madre de ella es viuda. La joven le ofrece un salario adecuado además le puede enseñar a leer y escribir. Ambos trabajadores parecen complacidos. Ella ha escogido un nuevo nombre, basado en la identidad de una tía abuela reconocida por su coraje y gentileza, a partir de ahora se hará llamar Laia Patch, proveniente de Montañas Azules, su esposo un comerciante, murió durante un viaje en altamar, tenía tres años de casada, ambos estaban muy felices de poder recibir a su primer hijo, pero ahora se encuentra sola. La triste historia se reparte entre los habitantes de la pequeña aldea, su empatía hacia la desgracia de la joven y hermosa viuda es evidente con el pasar de los días, Laia, con su nuevo nombre y gentileza característica disfruta de vivir en el retirado lugar. Sus tierras colindan con las del Barón Tarren, hombre cerca de cumplir sus 53 años, ha enviudado desde hace 9 años, su esposa e hijo murieron durante el parto. Hombre cabal y de grandes valores se presenta ante Ivet, se asombra al observar a la bella y delicada joven, cuyo vientre se deja apenas notar, le dice con una sonrisa que ha escuchado hablar de ella en el pueblo, que está enseñando a un grupo de niñas, entre ellas a su empleada a leer y escribir, lo que le hace notar lo encomiable de su actitud. Ella le agradeció, a partir de ese momento, el Gran Señor como es conocido en los alrededores visita con frecuencia a la futura madre, han jugado ajedrez, él le ha llevado algunos libros recientes, y té de sus sembradíos. Ivet se siente cómoda frente al caballero, no disimula los sentimientos de afinidad que empieza a sentir hacia él, Tarren la observa un tanto codicioso, incluso se ha atrevido a pensar que la muerte del esposo de la hermosa viuda ha sido una bendición para él. A sus cinco meses de embarazo el Barón le ofrece un pacto a la joven madre, él la cuidará y dará un apellido y linaje a su hijo, ella a cambio le dará lealtad y compañía. Sin siquiera pensarlo, la nueva Laia acepta, hay algo en ese hombre que le da una sensación de protección nunca antes vivida. Una deslumbrante tarde, antes de que el verano de inicio la discreta boda es llevada a cabo, Laia Patch acepta al Barón William Tarren como su nuevo Señor. A partir de ese momento la finca se convierte en una escuela para niñas y su hogar es el lujoso palacio donde es apreciada y valorada por aquel gentil caballero cuyas sienes son adornadas por hebras plata. La noche de bodas, su señoría decide retirarse, teme lastimar a Laia y su bebé, ésta le detiene, lo sujeta del brazo y le dice que le indicará cómo ser gentil para evitar lastimar a su bebé. Por primera vez ha decidido que desea amar a aquel caballero maduro y de modales perfectos, poco a poco le quita el saco de vestir, su camisa, lo observa despacio, su pecho amplio y fuerte es acariciado por las jóvenes manos de Ivet, luego acercando su cuerpo a él, sujeta su hombría con sumo cuidado, el Barón da un paso atrás, pero ella lo acerca a su cuerpo de nuevo, la secuencia de dulces besos da inicio, en el cuello de su Señor, en su pecho, hasta llegar a la cintura de su esposo , éste parece temblar, ella hace que las manos de él tomen sus senos, con su embarazo han crecido cual suculentas frutas, el Barón parece perder la cabeza, la desnuda en cuestión de segundos, admira aquel cuerpo que muestra sin culpabilidad el fruto que se gesta dentro de ella, con sumo cuidado la levanta en brazos y la coloca sobre la cama, ambos yacen desnudos, como si desearan que durante el preludio su piel pudiese reconocerse mutuamente, luego ella le da la espalda y le pide que baje un poco, él instintivamente reconoce la idea, con sumo cuidado ingresa a aquel lugar cálido que se halla listo para recibirle, sus manos sujetan la cintura de su joven esposa con fuerza, cada movimiento es llevado a cabo con lentitud, disfrutando el paisaje y la piel que acaricia de la preciosa mujer, continuamente le musita al oído que nunca ha sentido tal sensación de placer, ella se acopla a la secuencia de su señor, poco después él lanza un sonoro quejido de placer, su corazón parece estallar en su pecho. Ivet espera a que él recupere el ritmo normal de sus latidos y se vuelve con lentitud hacia William mientras le ofrece un apasionado beso.
— No estuvo tan mal verdad mi señor, pese a mi barriga, dijo riendo.
El hombre la contempla absorto, y acaricia su rostro, luego besa su cuello y prosigue hasta llegar a sus pechos, cual niño pequeño intenta recoger los frutos de su amada, para decirle que hay un dulce sabor en ellos, luego acaricia su vientre, que se mueve por un instante.
— Perdona pequeño por molestarte dice con cierta timidez.
— Ella ríe diciendo, pronto se va a acostumbrar a ello y pensará que es su padre meciendo su cuna.
— Eres un diablillo, con rostro de ángel, se levanta y trae un batón de dormir para ella.
—¿ No deseas que duerma desnuda? pregunta sin inhibiciones.
— Quieres acaso terminar con mi vida, aún siento que mi corazón apenas ha recobrado su latido, solamente usa tu bata, quiero poder seguir acariciando tu bello cuerpo. Y en efecto, su abrazo continuo hasta que cerca del amanecer Ivet sintió los requerimientos de su marido y volvió su cuerpo hacia él, colocando su pierna sobre la cintura del Barón y elevandola hasta donde fuera posible, su Señor se deslizó un poco y coloco su bastión en el lugar adecuado mientras ella le suplica en voz baja que es el momento de poseerla. A partir de esa noche los dulces momentos se repiten constantemente entre la pareja. Ivet disfruta de su sexualidad, el Barón parece ser poseído por una vitalidad sorprendente, la vida continúa, Ivet agradece haber encontrado alguien con quien compartir su dulce espera. Durante el frío invierno nace el pequeño Ryan, cuyo nombre fue elegido por Tarren en honor a su abuelo, por lo que el recién nacido ostenta el título de Ryan Von Tarren, heredero del Barón William Tarren. Los años parecen deslizarse con inusitada velocidad, el pequeño Ryan cumple sus tres años, el Emperador de Mont Blanc ha llamado al Barón Tarren, su embajador ante ese país ha sido destituido, por lo que necesita que alguien con los conocimientos y recta actitud pueda llevar a cabo las funciones requeridas. Ivet reconoce que su esposo no puede evadir dicha responsabilidad, se siente segura, esta vez no debe temer a ser encerrada en una jaula, sonríe en tanto que conforta a su esposo. Ella deberá encontrar una sustituta para que la supla en la escuela de niñas, a partir de ese momento reconoce que deberá enfrentar un pasado que ha querido descartar, sonríe mientras Ryan corre tras el Barón llamándole padre. Su vida parece estar completa, y lo sabe. Una noche, mientras el Baron William descansa en la cama ella sube y con movimientos felinos se acerca al hombre, este admira su belleza, la joven avanza sin reparos hasta llegar al cuello de su Señor y saca su lengua cual serpiente y lentamente lame su cuello y manzana de Adán, el Barón respira con fuerza en tanto ella se sube sobre su cuerpo, las manos del hombre bajan con fuerza sus pantalones y coloca a Ive en la posición deseada, la noche escucha la agitada respiración y murmullos de los amantes, cuando todo acaba ella se deja caer sobre el cuerpo de su Señor, éste acaricia su cabello diciendo:
— Eres solo una niña, cómo puedes saber tanto sobre cómo complacer a un hombre, fuiste acaso una cortesana?
La chica ríe con desparpajo, luego lo besa y le dice que por primera vez contara lo sucedido en su vida anterior:
Solo tenía 16 años cuando fui obligada a casarme con un hombre ocho años mayor y con una gran posición social y económica, sabía de antemano que este hombre amaba profundamente a otra mujer que fue obligada a contraer matrimonio con un rey, nunca fui engañada, ni siquiera por mí misma, sabía que no podía escapar de mi destino, pero trataría de controlarlo. El me dijo que sería su juguete, que me enseñaría muchas cosas para poder complacerlo, que su padre le solicito hijos para seguir con su linaje, yo sería una especie de exclusiva cortesana, cuando murió pude huir, de otra manera si se sabía que llevaba un hijo de él su familia podría encerrarme de nuevo. Y no deseaba seguir siendo parte de ese mundo.
— Durante todo ese tiempo sentiste algo hacia él? preguntó su Señor.
— Qué pregunta es esa, puedes perder tu tiempo y energía tratando de ganar un corazón que nunca te podrá pertenecer: ante ese hombre ni siquiera existes como persona, solo eres una cosa que puede utilizar, crees en verdad que perdería mi tiempo intentando que me quisiera, de nuevo rió con sarcasmo, era un hombre muy rico explicó, y cuando llevaba a cabo mi lección con notas perfectas me obsequiaba con oro y joyas que oculté para poder escapar.
—¿Sientes algo por mí? preguntó William con seriedad.
— Por supuesto que me gustas mi Señor , y mucho, me complaces, me haces sentir amada y eso lo agradezco con todo mi corazón, por lo que utilizaré todas las enseñanzas recibidas para hacerte feliz, dijo mientras besa y mordisquea los labios del hombre suavemente.
El Barón suspiro, cómo era posible que un hombre no pudiera sentir nada hacia aquella hermosa e inteligente mujer, por su propia experiencia sabía lo que era sentirse totalmente abducido por aquel magnífico cuerpo, por aquel carácter gentil y cristalino. Por lo pronto seguía dando gracias al Creador por su suerte.