Janus
// FINAL //
—¿ Qué buscas ? te pregunto de nuevo humano, dime la verdad, o la burbuja extraerá tu último aliento, señaló Janus, mientras el científico sentía como su vida era asimilada poco a poco.
— No! ¡Basta! Buscamos la estrella blanca, es nuestra misión. Localizarla, en cuanto lo hagamos la Federación enviará por ella, con el extractor de energía más poderoso del Universo.
Janus hizo desaparecer la burbuja.
Delanius aún pálido, trataba de respirar, como si el aire del laboratorio hubiese desaparecido.
Janus le miró retador, diciéndo:
— Tengo una lista de preguntas en mi mente, sé que serás lo más sincero posible, dijo mientras acariciaba su dije. Delanius asintió.
Janus inició el interrogatorio.
— Mi madre dice que ustedes son humanos primigenios, ¿Qué hacen aquí? ¿Son antiguos, cómo han logrado sobrevivir?
— Delanius lo contempló sorprendido, solamente los líderes más altos de la Federación sabían de aquello. Este ser alado poseía más información de lo que aparentaba. Decidió hablar, sabiendo de antemano que eso sería considerado como alta traición por sus jefes inmediatos, pero de repente nada importaba.
—Hace miles de años luz nuestro pueblo descubrió cómo atravesar la barrera del tiempo y del espacio, pero para ello era necesario cantidades incontables de energía, al principio creamos el acelerador de protones tratando de igualar la fuerza creadora del universo, la prueba fue exitosa, o al menos eso creímos, esa energía sería la necesaria para nuestra naves, cruzaría el espacio como un destello, nada estaría lejos de nuestro alcance, deseábamos encontrar rápidamente una nueva casa; la polución y el mal uso de nuestros recursos aniquilaba el planeta Tierra, luego creamos nuestro propio sol, sería dominado por nosotros, utilizaremos su energía para los viajes atemporales. Cada vez que efectuamos un viaje, utilizando la energía del pequeño sol y del gigante acelerador lineal jugábamos a la ruleta rusa, fuimos quince naves, juntas, rebasamos nuestros propios límites, la teoría del big-bang estalló frente a nosotros mientras nos dirigimos a universos lejanos, cuando quisimos volver, no había planeta al que regresar. Hemos sido apátridas por miles de años, evadiendo nuestra responsabilidad, tratando de encontrar la estrella blanca, para usar su energía, regresar a nuestro punto de quiebre, borrar aquel error, queremos de nuevo nuestro hogar, terminó diciendo Delanius, mirando tristemente a Janus.
— Y la Federación, ¿Qué ganaría con esto? Inquirió Janus de nuevo.
— Nosotros somos la Federación, dijo Delanius, hemos mutado en pueblos que lideran este gobierno. Axnar , Crantus, los Clin, descendientes humanos que buscan el mismo fin, poseer poder, y solo la estrella nos lo puede dar.
Janus guardó silencio, mirando al científico, dijo :
— Vine primero ante ti, porque tu esencia te describe como un buen ser, te daré dos opciones, sal de este hangar-base, dirige tus pasos al sur, puede que no encuentres la estrella, pero obtendrás un mundo de conocimiento infinito. O ve a contarle a tu compañero de misión sobre mi presencia, no deseo acabar con la vida de ninguno de los que se encuentra aquí, no quiero eliminarles, huye ahora, o tu vida se convertirá en moléculas de energía dentro de Prima Bella.
Delanius sintió dentro de sí una calma nunca antes vivida. Al contarle a Janus sus propósitos no pudo evadir la terrible verdad en todo aquello, era solo un cómplice dentro de una sociedad asesina. Sus ojos miraron al laboratorio, medicamentos, lectores de calor, nano-robots para cirugías, recicladores de agua. Tomó todo aquello que considerara útil, se despidió de Janus advirtiéndole sobre Pren y el resto de soldados.
— Ten cuidado, son peligrosos, han perdido lo que resta de conciencia humana. Si supieran que abandonó su nave, me eliminarían sin misericordia.
—No dejaré que eso suceda, dijo Janus, y apuntando hacia él la circunferencia de diamante lo envió lejos de la base IA. Estaba seguro que el pueblo Onim lo rescataría .Un adagio del pueblo de Cristal lo aseguraba: dar una mano a justos impedirá que el mal crezca.
Mientras, el coronel Pren evalua la posibilidad de hacer que Delanius tuviera un infortunado accidente en aquella misión, una piedra dentro de su zapato se había convertido en aquel doctor. Cuestionando procedimientos, elevando quejas ante la Federación, en verdad era un bicho molesto. Dentro de su habitación, caminó hasta una caja de metal, donde llevaba según sus palabras: sus juguetes favoritos, armas antiquísimas, prohibidas ya, estiletes, espadas, ballestas, a su decir las armas sangrientas estimulaban al guerrero. Muchas veces practicaba con prisioneros, incluso esclavos, un deporte oculto que solo sus allegados más cercanos conocían. Un acicate para su nivel de preparación consistía en adornar su cuerpo con dibujos realizados por sus cuchillos más afilados. Su rostro era el lienzo preferido. Sacó un alfanje de allí, lo acarició , cerró la caja con molestia. Las guerras deberían ser como las de la antigüedad, esas armas de tecnología avanzada eran cosa de pendejos, solía pensar. Su sentido de guerrero se activó, sintió la presencia de un enemigo. Guardo el alfanje dentro de su cinturón, ansioso por hacer alarde de sus habilidades con las atávicas armas buscaría al intruso.
Janus salió del laboratorio, los detectores fueron bloqueados por su energía, dos soldados custodiando el puente de mando fueron sorprendidos por su figura. Velozmente trataron de disparar sus armas , pero Janus se cubrió con una burbuja protectora, los haces de luz rebotan en las paredes de la base. Janus disparó una onda de poder con el cristal, que era parte de su mano, los hombres rebotaron contra la puerta que conducía al centro de mando. El Alado abrió la puerta, tratando de hallar el control de la antena sónica en el panel. Colocó su dije cerca del panel de control central. La antena se desconectó, dentro de la nave-.burbuja, los oídos de Kito dejaron de sangrar, Altea se levantó indicando que la señal había desaparecido, Esius gentilmente despertó a Irina, diciendo : Janus ha entrado a la base.
Tres soldados más se dirigían rápidamente al centro de control, pero Pren les ordenó esperar.
— Yo me haré cargo dijo con firmeza.
Entró en la habitación, Janus le esperaba.
— Vaya , vaya, dijo Pren,¿ Qué tenemos aquí? Un engendro, o la versión futurista de Batman, solo que tus alas son similares al metal , las puedes usar o son de utilería, dijo Pren riendo burlonamente.
— Ríe cuánto puedas, dijo Janus, sé que deseas luchar. Te daré ese placer, sé que no debes formar parte de este universo, eres un ser nocivo, tu esencia está dañada por el mal.
— Esto se pone cada vez mejor, lucharé con un creyente, sabes mi única fe reside aquí, dijo mientras sacaba el alfanje. Tú y yo, en el hangar, donde nada me estorbe para convertirte en harapos de carne, decía mientras mostraba su reluciente arma.
— Te esperaré dijo Janus mientras desaparecía
El coronel Pren caminó hacia el hangar, su paso era rápido a grandes zancadas, su excitación ante la idea de luchar contra aquel ser fuerte y extraño, lo embargaba. Al llegar al lugar, Janus esperaba pacientemente.
La lucha fue inmediata, Pren se lanzó hacia Janus, éste evadía con una sincronía espeluznante los ataques arteros de aquel humano. De pronto, Janus blandiendo su estilete, cortó la mano del hombre. Este dio un chillido mezcla de dolor y placer. Los subalternos llegaron y empezaron a rodear a los luchadores, incitando a Pren a acabar con aquel monstruoso ser, Janus se defendía con rápidos movimientos, una danza donde la defensa era un arte. Pren esperó que Janus esquivara el alfanje que le lanzaba, para sacar un arma de protones oculta en su cinturón y dispararle a traición, hiriendo a Janus en su hombro. Janus se volvió hacia su agresor, su rostro destellaba . Los soldados recurrieron a armas pesadas. Janus retó a Pren recordándoles que su pelea iba a ser un mano a mano, una lucha de habilidades, pero por lo visto, la única habilidad reconocida en Pren era la traición. Los hombres apuntaron sus armas hacia Janus.
Pren también.
— Alado, te subestime, esto que ha pasado aquí nunca se sabrá, cuando terminemos contigo serás un recuerdo, quizás guarde tus alas como trofeo.
Janus habló de manera que todos los hombres pudieran escuchar:
— Todavía están a tiempo, disparen si desean seguirle a él, de otra manera les invito a dar la vuelta y partir en una de sus naves. Advirtió Janus.
— Eres gracioso animalejo, somos doce hombres armados apuntando hacia ti, y te atreves a proponer rendiciones. Dijo el hombre despectivamente. Pren dió la orden: ¡Disparen!
Janus colocó en su mano el dije circular y apuntó hacia los enemigos. La estrella tomaba su botín. Lentamente los hombres parecieron desvanecerse. En el interior de la estrella eran asimilados, energía pura, oscura, transformada. Cientos de partículas de luz azul destellaron.
Janus salió cabizbajo del lugar, le costaba creer cuánta energía negativa podría ser parte de un humano. Pidió a Prima ocultar las naves, temía que enviaran nuevos cazadores. Disparó el cristal hacia la antena desapareciendo ante sus ojos inmediatamente.
Un sol amarillo comenzaba a pintar de azul el cielo de Omni, sus compañeros le esperaban ansiosos. Esius le abrazó efusivamente, para luego quejarse de que no les llamara para ayudar en la batalla. Los demás le saludaban efusivamente. Irina le miraba de lejos, recogió sus cosas, partiría para avisar a su tribu que podrían salir a la superficie. Janus corrió tras ella.
—Te vas sin despedirte, preguntó él.
Ella sonrió tímidamente.
— Eres un héroe ahora, tendrás mucho trabajo, debes cuidar a Prima Bella, no tendrás tiempo para compartir con una aldeana como yo, eres hijo de la estrella, un noble.
Janus rió con fuerza.
— Ven te llevaré a casa decía mientras la tomaba de la cintura y elevaba por los aires. Las alas resplandecen en colores metálicos opacando el cielo azul. Juntos se detuvieron en un claro. La joven preguntó si estarían seguros al salir a la superficie. Él acarició suavemente la mejilla de Irina.
—Claro que sí, Prima ha establecido un escudo que protegerá a nuestro pueblo de futuras invasiones. Y por si acaso, haré de este mi hogar, al fin y al cabo era el hogar de mi madre no es cierto?
Esa tarde el pueblo de Cristal celebraba una gran fiesta, los compañeros de Janus, junto al humano compartían la mesa, al fin tenían la tranquilidad deseada, Irina junto a Janus trataban, sin conseguirlo, de hacer callar a Kran mientras recitaba poesías arcaicas. Altea reía mirando como Kito trataba de entretener a los niños de la aldea, Gore trataba de explicarle a los más chicos los beneficios de las armas defensivas ; Escamas rojas colocaba sensores de protección alrededor de la nueva aldea, ayudado por Cíclope.
Esius recaba todo los hechos en un hermoso libro hecho de corteza. El mundo era un lugar agradable de nuevo.
Al menos por ahora…Prima Bella se prepara para dar a luz un próximo campeón que la protegerá, un ser cuya inteligencia sobrepasa los límites del universo, el sol se escondía abrazado por la oscuridad, la energía del universo se deslizaba en medio de destellos fantásticos de luz y energía.
FIN