La Madre de los Dragones
Parte 1
Pese a su corta edad sabia de antemano los pasos que su ambiciosos padres seguirían , no era una casualidad que la reencarnación como la hija de aquel malvado Duque del Bosque Negro le diese el conocimiento para seguir los pasos en la oscura trama. La muerte injusta y cruel de una Orochi en manos del Clan Montañas Rojas culminó con el envío de la pequeña Luz de Estrellas con el fin de vengar aquella desafortunada muerte de una de sus hermanas.
Su muerte se produjo al ser asesinada durante un viaje al Templo del Dragón Blanco con el fin de pedir bendiciones para el niño que llevaba en su vientre. Su esposo la amaba con devoción, eso suscitó celos y envidias junto a temores de que el futuro bebé pudiera ser un varón que impidiese que el hijo de la consorte principal fuera delegado como heredero. La trama de su muerte fue sumamente cruel , su siguiente reencarnación le daría el derecho de buscar justicia. Su selección no se produjo al azar, esta vez la reencarnación pertenecía a una bella mujer de nombre Yuki una de las esposas más amadas por el Rey Joer II fallecida durante el infame episodio en el cual su carruaje fue atacado por facciones enemigas al rey, su cuerpo quedó tan herido por las flechas que a duras penas pudo ser enviado de nuevo al palacio para ser cremado, el Rey nunca pudo olvidar a su reina , uno de los adivinos de su corte le aseguro que ella volvería para estar a su lado. Cuando fue invitado a la celebración de la coronación del Ducado del Bosque Negro donde un nuevo Lord sería regente de la ciudad de las Altas Nubes, Joer II participo junto a su hijo del evento, allí, entre la corte pudo observar a la joven que para su sorpresa era una réplica exacta de su fallecida mujer. Cuando indagó sobre ella le dijeron que su nombre era Luz de Estrellas, su nacimiento se dió durante el Festival del Dragón, sus nanas relataban que su cuerpo brillaba con fuerza y su calor corporal rebasa todo límite, incluso la ropa que protegía a la niña al nacer fue incendiada por aquel poder que manaba de ella, sin que el fuego afectase en lo más mínimo la piel de la niña, desde ese momento su vida se convirtió en un estigma de temor entre sus sirvientes, quienes la comenzaron a llamar la Niña Dragón, muchos aldeanos y guardias del palacio aseguraban entre corrillos, lejos de los oídos de la familia real que durante las noches de luna llena un gigantesco dragón de escamas plata sobrevolaba sobre las habitaciones de la niña. El rey Joer sonrió, una hermosura como la niña no podría traer tales desgracias sobre su familia, la superstición en la gente simple solía tener un poder sobrecogedor. El pacto fue hecho, Luz de Estrellas sería enviada a las Montañas Rojas para formar parte del harem de aquel señor de mirada triste.
Un joven de gran altura mostró un gesto de desagrado en su rostro, era el hijo mayor del rey Joer, el Príncipe Murat, realmente le molestó la idea de su padre, pero al ver a la joven su disgusto se incrementó , la joven era la réplica del enorme cuadro que su padre tenía dentro de las habitaciones reales, su progenitor era un hombre mayor que suspiraba por aquel amor perdido, ahora lo encontraba en aquella princesa de ojos luminosos¿ qué efecto podría tener aquella fijación por su esposa fallecida? Acaso influiría sobre la escala de poder que se había asentado en el reino. Cuando llegó al palacio corrió hacia las habitaciones de su madre para preguntar por la muerte de la mujer a la cual su padre adoraba.
La mujer no tuvo reparos en narrar la historia:
— Tu padre solo veía a través de sus ojos, ella estaba embarazada cuando murió, si hubiese tenido un varón el título real hubiese recaído sobre aquel hijo. Todas en el harem la odiabamos y realmente nos alegramos de su muerte, tu padre hizo a un lado su harén por aquella mujer, e incluso logró que el tío materno fuera desterrado por su supuesta colaboración en el golpe de estado que se orquestó contra tu padre. Muchos cayeron por su recomendación, su dulce voz susurraba a los oídos de tu padre, y al día siguiente un allegado a la corte o un familiar era decapitado, el poder que ella ejerció sobre tu padre fue enorme y siniestro, jamás se supo quien coordinó el plan, tenía demasiados enemigos a su haber. ¿ Por qué preguntas por ella?
— Al parecer la predicción del adivino se ha hecho realidad, padre encontró una joven similar a la reina asesinada, y la ha traído a su harem, desea convertirla en su esposa.
— No debes permitirlo hijo, hemos luchado tanto para que fueras su sucesor, si ella logra darle un hijo lo escogerá sobre ti, lo temo, el corazón de tu padre no ha dejado de pertenecer a esa mujer.
— No te preocupes madre, tengo un plan, él ofreció darme lo que deseara por mi triunfo sobre la fortaleza de la Ciudad de los Vientos, ahora estoy seguro de lo que pediré. No podrá quebrantar su palabra.
Por su parte Luz de Estrellas repasaba su corta vida, estaba segura que a partir de ese momento debía prestar atención extrema a todo lo que sucedía a su alrededor, se daría un baño y pensaría en evitar convertirse en esposa de Joer II, de lo contrario moriría cual alfiletero, repitiendo el destino de la Yokai anterior.
Su presentación ante la corte se daría al día siguiente, su mirada repasó su fisonomía, sus ojos reflejaban inteligencia, recorrió su cuerpo palmo a palmo, en verdad era una diosa, pero esto solo había traído desgracias y leyendas escalofriantes alrededor de su existencia, de niña solía escuchar como se decía que era la amante del dragón, que su mirada atraía a los demonios, que nadie osaría tomarla como mujer de lo contrario su cuerpo se convertiría en cenizas… nada bueno se escuchaba de ella, incluso su madre fue exiliada por haberse encontrado dentro de su habitación objetos de la hechicería de seducción, que según la reina fueron utilizados para atrapar a su esposo y conseguir que el espíritu de una yokai pudiera unirse a un mortal y traer una niña dragón.
Ahora parecía estar condenada de nuevo a caer en manos de aquel hombre mayor acosado por el delirio de encontrar de nuevo a su amada mujer.
Las cosas no parecían mejorar en su vida. Uno de los sirvientes llegó con la bandeja donde un precioso vestido y alhajas fueron enviadas por el rey para su presentación en palacio. Miró con desgano todo aquello, necesitaba huir para romper con el trágico destino que se repetía ante sus ojos.
—¿Qué podría ser peor? Pensó para sí.
Luego admitió a su pesar que retar al destino era algo demasiado riesgoso.
La celebración empezaría temprano, los sirvientes la reclamaron cerca de las dos de la tarde, se presentaría sola, su corazón latía con rapidez, lo mejor sería permanecer en calma, luego en el momento adecuado escaparía.
El rey la invitó a sentarse junto a él, la corte contempló con recelo aquella chica de aspecto infantil, pero cuyos rasgos eran idénticos a la mujer que por mucho tiempo fue la amante del rey y la enemiga de sus allegados. Ahora la tenían de nuevo frente a ellos, rememorando los tiempos pasados donde el rey era una simple marioneta en manos de la mujer que había acaparado su mente y corazón.
Murat la observó con detenimiento, no sería un sacrificio desagradable, ella era muy hermosa. Antes de que su padre intentara levantar su copa para dar la noticia de su futura unión con la joven procedente del Bosque Negro Murat levantó la suya y ante el silencio en la corte recordó a su padre su ofrecimiento.
— Recuerdas padre que ante el triunfo contra la Ciudad de los Vientos me ofreciste que lo que eligiese me sería otorgado, ahora estoy seguro de lo que deseo, la quiero a ella, dijo mientras señalaba a Luz de Estrellas.
Su padre desencajó su rostro, ¿cómo era posible que su propio hijo luchase contra él?, Murat sabía lo importante que era para él encontrar a la joven, se lo relató durante mucho tiempo, hizo énfasis en su deseo de encontrar la mujer que volvería a su lado. Le observó de forma interrogante, intuyó que se trataba de una lucha de poderes, acaso temían que sus decisiones fueran influenciadas por la hermosa joven. Suspiró con desánimo mientras los ojos de la corte se dirigieron a él. Siempre fue un hombre de palabra, no podía retirar su ofrecimiento.
Luz de Estrellas sintió su cuerpo temblar, la mirada de aquel Príncipe no tenía en ella la mínima aceptación, solo deseaba arrebatarla a su padre, era un objeto en la lucha de poder.
En cuanto el Rey Joer inclinó su cabeza aceptando la petición , su hijo cruzó el Gran Salón de la corte y tomó a Luz de Estrellas de la cintura, para llevarla a sus habitaciones. El Rey Joer se retiró cabizbajo, la joven luchaba porque aquel guerrero la colocase en el suelo, pero no fue así, en cuanto llegó a sus habitaciones Murat la lanzó sobre la cama y sin darle tiempo a nada le dijo al acercarse:
— Debo actuar rápido, de lo contrario mi padre se puede arrepentir. Afirmó para sí mismo.
Luz de Estrellas intentó luchar, al amanecer su rostro mostraba su tristeza, era un bárbaro, no soportaría una noche más junto a él, recorrió el pasadizo que daba a los jardines, las habitaciones del Principe Murat estaban cerca de los establos y el puesto de seguridad interno del castillo. Lentamente sin que nadie lo notase entró a los establos, en el suelo un ropaje de jinete había sido lanzado para que las sirvientas lo lavaran a pesar del mal olor lo utilizó, espero que un grupo de jinetes ingresaran y oyó la voz de uno de ellos ordenar:
— ¿Qué diablos haces allí, ve a sustituir a tu compañero, recuerda nadie debe entrar ni salir del palacio a menos que traiga el sello?.
Ella asintió y tomó el caballo, al llegar a las enormes puertas uno de los hombres le ordenó seguir al Príncipe, iría de caza y necesitaba un jinete más para completar la docena de ellos. Ella de nuevo asintió, colocándose al final del escuadrón de jinetes, observó llegar a Murat con uno de sus guerreros , recordó la noche anterior, si acaso fracasara sería mejor que la matasen a volver con aquel sujeto frío y despiadado. Cuando la cacería inició ella fue quedándose atrás, nadie pareció percibir su ausencia, al llegar a un camino secundario fustigó a su caballo, debía darse prisa, no sabría a dónde escapar, no conocía los alrededores, pese a ello no dudo en seguir cabalgando hasta el anochecer.
Durante las siguientes horas las sirvientas encargadas del cuido de la nueva mujer del Principe Murat se percataron de su ausencia, al llegar a los establos, un guardia reparó en la ausencia de uno de los jinetes.
En cuanto Murat fue informado se dio cuenta del engaño, esta vez sería implacable ante aquella esposa que huía de su redil. A la mañana siguiente, al amanecer el grupo de hombres y rastreadores seguía a la chica. Murat no dudaba de que la encontraría pronto, pese a ello Luz de Estrellas dejó el camino y la montura, para alejarse a pie por senderos y bosques, al anochecer encontró una cabaña, traía algo de dinero, compró a la dueña comida y unas ropas, dejando a un lado el apestoso uniforme militar que había robado. Las semanas siguientes fueron un reto para sobrevivir, vestida de campesino, comprando o robando comida, lo que fuese menos riesgoso, sin embargo su tercer semana no fue buena, algo sucedía con su cuerpo, se encontraba débil y enferma, tendría que buscar un médico, su suerte sonrió, en su camino se encontró con un monje sanador que amablemente tomó su pulso , la noticia no fue la esperada , supuso que el calor, o la falta de alimentos algunos días o el beber agua de riachuelos la había enfermado, nada la preparó para la noticia:
— Tu cuerpo me dice que estás embarazada, dijo el monje.
Ella no supo contestar, sacó unas monedas de su bulto y las entregó al sacerdote dando las gracias, ambos se despidieron.
Esa noche, durmiendo a la intemperie con las estrellas como cubierta, tomó una decisión, si eso era su reencarnación, no estaba dispuesta a aceptarla, se revelaría contra su destino, sin importar las consecuencias.
El camino la llevó ante un enorme acantilado, soltó su horquilla dejando caer el hermoso cabello sobre su espalda, soltó la capa de sus ropajes y miró fríamente hacia la profundidad retando su sino:
— Aquí estoy de nuevo, grito con fuerza, esta vez mi vida no ha sido mejor, y presiento que lo peor está por venir… he tomado mi propia decisión. Nos veremos en la próxima vida , en la que espero ser un poderoso guerrero y acabar de una vez por todas con todos los malditos que me han hecho daño. Cuando se disponía a lanzarse una voz fuerte se oyó tras ella.
—¡ Eh, qué sucede contigo chica, el mal de amores te ha vuelto demente, te diré que ningún hombre vale lo que piensas hacer¡
Ella volvió su bello rostro para ver quien le hablaba de esa manera. Se encontró con un hombre vestido como un guerrero de alto rango, junto a uno que sostenía el casco del hombre que hablaba.
— Por los dioses, eres la chica que fue concedida a Murat, yo estuve en la corte ese día, ¿qué haces intentando acabar con tu vida? Preguntó el imponente guerrero.
— No deseo volver al lado de ese hombre, además no deseo dar a luz a su hijo, puedes irte, debo hacer algo, dijo mientras se acercaba al precipicio.
— Oye, escúchame, tengo un pacto para ti, sabes ese día fui invitado por cortesía, el Príncipe Murat y yo no somos amigos, tenemos cuentas pendientes, por qué no me dejas usarte en su contra, por lo que sé en este momento te busca con ahínco…
— Gracias por decirlo, eso ayuda a mi determinación . Dijo ella con molestia.
— Espera, espera solo un momento, sabes que la casa de Joer está desesperada por un legítimo descendiente que pueda ocupar el trono, hasta ahora Joer solo ha tenido un hijo varón con sus concubinas, Murat ; si tu bebé fuese un niño te aseguro que Joer lo declarará de inmediato como su heredero, sé que está prendado de ti por tu apariencia como la esposa de la cual se enamoró por años, hazme caso, si deseas vengarte de ese maldito déjame ayudarte, lo haremos juntos.
Ella lo miró sin mirar, solo observó el fondo de aquel barranco, todo terminaría pronto, su cuerpo fue sacudido, mientras hablaba y el guerrero la distraía su compañero le tomó con fuerza de la cintura y la arrastró a un lado, fuera del peligro del acantilado, intentó luchar, pero su débil cuerpo perdió el sentido, cuando se despertó se hallaba en la mansión de aquel caballero. Una hermosa mujer de rasgos gentiles la miraba mientras le ordenaba tomar un poco de sopa.
— Vamos, le dijo con gentileza, en tu estado debes alimentarte, sé de lo que hablo.
— Quién eres, pregunto Luz de Estrellas.
— Soy la esposa del hombre que te puso a salvo, mi General se llama Adley, pero es conocido por los demás como Tronco, es un buen hombre, ya lo verás.
— Agradezco lo que hizo por mí, pero debo irme, me encontrarán si no lo hago. Replicó intentando levantarse.
— La mujer le tomó de los hombros diciendo: no te preocupes si Tronco ha decidido protegerte lo hará ante cualquiera, sobre todo si se trata del Principe Murat, son rivales, si ese hombre te persigue el General no permitirá que te tome. Descansa, te ves muy pálida.
Luz de Estrellas durmió, su sueño fue extraño, un dragón velaba por ella, su vientre crecía sin control, dando a luz un hermoso dragón blanco que la llamaba Madre, se despertó apresurada, mientras una de las sirvientas señalaba que su lecho se quemaba, ella se levantó rápidamente, las llamas fueron sofocadas, cuando el general llegó se mostró sorprendido al ver que el cuerpo de la princesa no mostraba ninguna quemadura. Tendrían que cambiar su cama. La orden fue simple.
— A partir de ahora dormirás en mi habitación , estarás más segura, quizás esto fue obra de hechicería.
— Ella se opuso con vehemencia. No, tu esposa es amable, no debes hacer ésto.
— Adley rió con ganas. ¿De qué hablas? Tomarás mi habitación, yo dormiré con mi esposa, no te hagas ilusiones, dijo mirándola con desparpajo.
Ella se ruborizó, quien en sus cabales querría una mujer embarazada, se sintió segura y por primera vez en mucho tiempo sonrió
Si las mentes se pudiesen leer la joven se hubiese sentido asustada al observar cómo la miraba aquel rudo general, era una chica tan bella, la sentía tan frágil, pero a la vez tan decidida a llevar a cabo sus planes, la contempló tomar sus pasos hacia el acantilado sin temor alguno, su odio hacia el Príncipe Murat era tan vehemente que preferiría morir a regresar junto a él.
A partir de ese momento Luz de Estrellas reconocía que aquel hombre tosco de modales sin refinar era una figura confiable, el afecto hacia su esposa era genuino, era un buen hombre, los médicos a cargo de su embarazo la retaban constantemente, ella cabalgaba junto al General cuando debía ir a revisar las tierras de cultivo, o sus hatos de ganado, vestida de jinete , su escultural cuerpo mostraba apenas visos de gestación, con sus modales educados y gentiles conquistaba a extraños y propios, algunos comenzaron a llamarla la Generala, el apodo no parecía disgustar a la hermosa joven. Los rumores de que se trataba de un hijo del General no tardaron en aparecer, ninguno de los dos daban importancia a ésto, el tiempo del nacimiento del bebé se acerca, el General le prohibió acompañarle, ella daba vueltas como un felino atrapado, hasta esa tarde de otoño, los sirvientes llegaron al Gran Salón, Luz de Estrellas estaba en parto, el Barón y la Baronesa corrieron de prisa hacia la habitación de la chica donde dos comadronas iniciaban con las labores de ayuda, los minutos fueron una eternidad, en cuanto se oyó un largo grito de batalla que provenía de la joven madre y el llanto de un niño, de inmediato una de las mujeres salió para darle la gran noticia al General. Era un varón.
— El rió a grandes carcajadas mientras se dirigía a su esposa diciendo: ¡ lo sabía, lo sabía, se llamará Ethan, será mi heredero, le enseñaré a luchar contra el clan de Joer II, se encargará de vengar todas las traiciones que ha recibido la Casa de Lobos, te lo prometí Padre, usaré una cuña de su propio árbol para vencerlos¡, decía mientras expresaba su deleite al tener al hermoso bebé en sus brazos. Su esposa le observó con tristeza, jamás le había visto tan exaltado, ni siquiera cuando su primer hijo nació, para luego morir a sus tres años, todos sus retoños, dos hasta ahora ,habían tenido un triste final. Observó al niño sano y fuerte y por primera vez en su vida sintió una sombra de oscuridad cubrir sus pensamientos.
Luz de Estrellas insistió en amamantar a su hijo, durante su tiempo libre el General se apersonó a la habitación de la pequeña madre y miraba cómo la boquita del niño se prendía de los suculentos pezones que dejaban fluir la blanca leche, se perdía en sus pensamientos planeando lograr que aquella dulce niña fuese suya y le llenara de hijos , acarició la cabeza del niño, sentía que era su hijo, sonrió y la besó en la frente, ella le contempló agradecida aceptando la muestra de afecto, en ese preciso momento su esposa entraba pudiendo observar la escena. Los celos comenzaron a llenar su mente. No dejaría que una extraña le robase a su amado esposo.
Uno de sus sirvientes se contactó con el oficial a cargo de la vigilancia cerca de Montaña Roja, la esposa del General tenía un mensaje para el Príncipe heredero Murat.
El Principe Murat leyó el mensaje, la curiosidad pudo más, cómo sabía acerca de la chica, esperó impaciente la cita, el carruaje de la mujer llegó a tiempo, el bajó de su caballo, solo su hombre de confianza le acompañaba.
— Seré breve, explicó la mujer, hace varios meses mi esposo encontró una joven frente a un acantilado, al parecer estaba decidida a quitarse la vida, el General la reconoció como la mujer que tu padre trajo del Ducado del Bosque Negro , e impidió que se quitara la vida, ella estaba embarazada, hace una semana dio a luz un varón sano y fuerte, supongo que tu hijo, empero mi esposo lo ha reclamado como suyo, incluso lo ha adscrito como heredero legítimo de su territorio, y lo ha llamado Ethan, Lord de la Casa de Lobos.
— ¿Por qué ha hecho eso? Si es mi hijo debía odiarle… preguntó el príncipe heredero.
— Su mente es aún más maquiavélica de lo que piensas Señor, él lo criara, se hará cargo de sus enseñanzas, será un descendiente de Casa de Lobos, se hará cargo de su entrenamiento en el arte de la guerra para convertirlo en tu enemigo, un miembro de su propia estirpe será la espada que empuñara en tu contra, al parecer también planea apoderarse de esa mujer, lo puedo notar en su mirada. Cuando el niño nació estuvo presente, jamás lo vi exaltarse de ese modo, ni siquiera con sus propios vástagos, ha elegido para él uno de los mejores potros, ha enviado a hacerle una pequeña armadura , espadas y arcos , al cumplir tres años iniciara su entrenamiento personalmente, Ethan era el nombre de su padre… para destruir sus planes debes reclamar a su hijo.
—¿ Qué ganas al decirme esto? Preguntó él.
— No solo quiero que reclames a tu hijo, debes hacer que ella vuelva a tu lado, sé que te odia, no me interesa si lo que deseas es acabar con ella, debes apartarla de mi camino, quiero a mi esposo de vuelta.
La reunión se dio por terminada. Murat cabalgó sin prisas, escapó de su lado para acabar con su existencia y la de su bebé. En manos del General su hijo se convertiría en su enemigo, probablemente algún día se viese obligado a luchar contra él, su propia sangre sería su más acérrimo enemigo. Se dirigió a las habitaciones de su padre, relatando la historia contada por la esposa de su rival.
— Soñé tantos años con un heredero al que pudiera entrenar para que nuestra casa tuviera la seguridad de su permanencia durante siglos como lo ha hecho hasta ahora y me dices que tu hijo, descendiente de una noble casa está en manos de un General reconocido por su falta de ética y que criará a un Señor de nuestro clan para convertirlo en enemigo… solo una mente fría y malévola pondría a padres contra hijos, debemos ser prudentes, jugaremos su propio juego, el Emperador ha decidido visitar nuestras tierras, prepararemos una gran recepción, necesitamos saber si lo dicho por la esposa de ese hombre es cierto. Dijo su padre con preocupación en su voz.
El General recibió la invitación, sonrió con malicia, era hora de mostrar sus cartas, confiaba en el odio que tenía la chica por Murat, envió por finas ropas para ambas mujeres, su esposa principal llevaría la corona del Ducado, Luz de estrellas llevaría la Tiara que la reconocería como la concubina principal de su clan, el carruaje estaba listo, el vistió su armadura militar llevando consigo la Espada de Fuego, reconocida desde la antigüedad como una pieza dada por el Emperador a su Casa de Lobos, la belleza de Luz de Estrellas era notoria, su cuerpo había cambiado desde el parto, era una mujer voluptuosa y segura, una de las nanas porta a su bebé. Su blanca piel parecía brillar ante la luz del salón, la diadema de diamantes resalta su tez, sus ojos brillaban y sus labios rojos enmarcan aquel divino rostro, el Emperador preguntó por la belleza que llamaba la atención en el Gran Salón, sobre todo porque la exquisita joya demostraba que era mujer perteneciente al clan Casa de Lobos, Joer II y Murat apenas dieron crédito cuando ella se dejó guiar por la cintura a un asiento cerca del guerrero, junto a su esposa, una a cada lado, mostrando la belleza de ambas mujeres, tras ella se sentó la nana, la joven madre tomó a su bebé en brazos, mientras besaba su cabeza, el General exclamó en voz alta, levantando su copa de vino:
— Les presentó a Ethan, futuro heredero de nuestro clan, es un chico hermoso, destinado a grandes cosas, sobre todo porque le acompaña una mágica marca en su espalda en forma de hoja de sauce , he aquí a mi hijo y futuro Lord. Tomando al pequeño en sus brazos lo mostró ante los invitados. Un murmullo dio inicio.
Los presentes miraron hacia los anfitriones, incluso el Emperador les observó duditativo, la mujer que sostenía la diadema en su cabeza no era acaso la hija de la familia del Ducado de Bosque Negro, quien fue solicitada por el Rey Joer II y luego entregada a su hijo Murat, cómo era posible que ahora perteneciera a Casa de Lobos, además se sabía que los miembros varones del clan Montañas Rojas nacían con una marca distintiva en su espalda similar a una hoja de árbol? ¿ Qué diantres sucedía?
El Emperador contempló con curiosidad a los miembros de Montaña Roja, estos desviaron su mirada con preocupación. Cuando la cena iba a ser servida el General decidió retirarse.
— Es hora de retirarnos, dijo el general, la pequeña madre y su bebé necesitan descansar, y haciendo una reverencia se despidió de los presentes.
Dentro del carruaje el bebé empezó a llorar, la pequeña madre solicitó al General desabrochar su ropa para poder alimentar a su niño, éste accedió, recorriendo con placer la espalda de la chica, quitando una a una las tiras del corset que sostenían sus blancos pechos, sin dudarlo, al estar su hombro desnudo la beso , su esposa le miro molesta, él solo sonrió diciendo:
— También te he ayudado cientos de veces. Es mi deber de caballero, dijo riendo de forma socarrona.
En el palacio del Clan Montaña Roja se reunían el Emperador, el rey Joel II y Murat.
— Qué diablos sucede, interrogó el Emperador. ¿Por qué el General de la Casa de Lobos tiene a tu preciada presa?
— Ella así lo decidió, contestó Murat de mala gana.
— Además muestra a un bebé, jactándose de que posee la marca que acompaña a los descendientes nobles de Casa de Montañas Rojas, este asunto es complicado, exijo explicaciones. Dijo con voz molesta el Emperador.
El rey Joer II lo explicó lentamente, el Emperador parecía no dar crédito a lo que escuchaba.
— Vaya, se la has servido en bandeja, ¿ crees que ella accederá a tu solicitud de reclamo? Lo dudo bastante, al parecer no está de modo alguno interesada en que su hijo sea declarado descendiente legítimo de tu casa . Veo por que Casa de Lobos es llamada de ese modo, su astucia es legendaria. Creo que debes esperar, en cuanto el niño crezca lo suficiente debes solicitar ante mi una prueba de su relación de parentesco contigo, este asunto no debe avanzar, me escalofrío por completo, las leyes filiales deben ser inquebrantables, esto deja de ser un simple asunto. Terminó de decir el emperador.