Esquinero marca de agua

La Niña que Desea Matar

// Parte 1 //

Poco recuerda  acerca de su madre,  sabe que fue retirada de sus brazos  cuando era apenas una bebé,  el Harem del Conde Lobo   lleva a las crías  hasta un edificio cercano del palacete donde todos  sus descendientes son entrenados en técnicas de guerra. A partir de los tres años Gilda  es colocada dentro de la guardería,  allí suelen ser aceptados o  descartados  según sus  particularidades físicas y carácter,  los pequeños son sometidos  a noches de insomnio y hambre, aquellos  que  no  emiten llanto  son de inmediato trasladados a un área más  iluminada y tibia,  el resto se quedará en el primer  nivel para convertirse en sirvientes o caballerangos según necesite el  castillo. La pequeña niña  de ojos   verdes y rasgados  supera la primer etapa, a partir de ese momento  todo  lo que  observa a su alrededor parece salir de un sueño nihilista y  perverso,   el tiempo  avanza  rápidamente, los infantes  son alimentados  con una mezcla líquida de extraño origen creada  por los  brujos  alrededor  del  oscuro  Amo , algunos rumores hablan de  carne y  sangre   de  los más férreos enemigos del Conde Lobo,   lo que  logra aumentar su crecimiento de forma exponencial , su fin es crear guerreros fuertes e implacables    de los que dispondrá  sin  pérdida de tiempo.

  El  Conde Lobo  pasa revista   durante los entrenamientos de sus hijos,  ese día  observa  a Gilda  con  atención,  tenía los ojos chispeantes y fieros de la  vestal   que   secuestró  del Templo  de la Verdad  ,  desgraciadamente después del nacimiento de la niña tuvo que prescindir de ella pues  intentó escapar con un numeroso grupo de esclavas de su harem.  Todo un desperdicio, pensó para sí mismo.  Toca  el suave rostro de la niña y da una orden a uno de sus generales.

— Será del grupo alfa,   el entrenamiento debe comenzar de inmediato,  de esa manera  tendrán menos tiempo de cuestionar  su  futuro . Replicó con  frialdad.

Esa noche el  instinto  de Gilda le advierte  sobre las palabras de aquel hombre alto y de gesto malencarado,  sus botas estaban cubiertas de sangre y lodo,  sabía que tenía que  temerle,  era el  Dios del infierno en aquel lugar.  A la mañana siguiente una de las mujeres vestidas de guerrera  con una impresionante cicatriz que cubre su rostro la  observa  y empuja sin  delicadeza.

— Irás a las cloacas, nadarás un rato, debes acostumbrarte al olor de la sangre, dijo con una sarcástica sonrisa en el rostro, debió haber sido una hermosa mujer , pensó la niña.  Levantó la tapa de hierro  del alcantarillado y la lanzó.  Gilda apenas pudo dar un respingo de sorpresa,  el canal contenía  sangre roja y espesa que  fluye  hacia  el cercano  arroyo  que atraviesa el palacete,  el olor es nauseabundo,  intenta no vomitar, de nada servirá,  la luz  no es visible por lo que el alcantarillado debe abarcar varios kilómetros, cuando sus ojos se  acostumbran  a la oscuridad   algo  choca contra su pierna,  la cabeza  cercenada de un hombre  parece mirarla desde las cuencas vacías de sus ojos,  tapa su boca con fuerza, sabe que si grita el sonido llegará al piso superior, esta es una de las pruebas y debe  cumplirla.  Intenta avanzar con rapidez  para  hallar pronto la salida,  al principio el olor de la sangre y trozos de cuerpos la enferman, pero de a poco  su   cuerpo  parece ignorar todo aquello, para  dar cabida a una sola pregunta: ¿  De dónde proviene todo ese horror?

Apenas con  cuatro años parece adivinar que la torre  negra  donde suele pasar tiempo el Conde Lobo   puede ser el sitio que  reúna  todo ese  dantesco material humano, al fin logra divisar una luz, unas escalerillas conducen a una tapa  del alcantarillado,  allí sube  para recibir la luz del día, sus ojos  se entrecierran para lograr  ubicar el sitio donde se encuentra, los sirvientes del jardín dan un grito de horror,  los encargados del entrenamiento  llegan hasta ella, la cubren con una manta ,   un guerrero  de tamaño extraordinario la coloca sobre sus hombros como si fuera un fardo.  Minutos después llegan hasta los baños comunes y la lanza a una de las albercas:

— Limpia esa sangre le ordenó  Ark,   te veré en el  patio de arqueros.

  Ella se desnudó  y lavó con fuerza toda la suciedad  que encontró  en su  cuerpo y cabello,  aún percibe  el desagradable olor a  herrumbre en su cuerpo  proveniente de la sangre  del escalofriante sitio,  alguien  se  acerca y le lanza  un uniforme demasiado  grande para su pequeña figura,  lo colocó y ató  con  un  cordel  que halló  cerca de la entrada.  Su  patética figura  con los ruedos del pantalón doblados casi hasta sus rodillas y la camisa que le llega hasta las  pantorrillas  produce un estallido de  risas entre sus compañeros,  el cordón   que utiliza como cintillo apenas  puede  sostener los pesados pantalones.  La pequeña  les contempla con enojo. Un  recluta  alto y de hermosas  facciones la mira con  afecto, es la hermana más pequeña aclara.  La única hija  de aquel fiero Conde Lobo.

— Es la primera vez que veo que una niña de cuatro años sea lanzada al caño rojo,  y al parecer  no  se muestra afectada, yo dure tres días vomitando, y  aún cuando lo recuerdo  las náuseas  me atacan de nuevo.  Me llamo Dionisio,  vamos,  entrenaremos con el arco,  luego rió divertido diciendo:

— No sé si habrá algún arco a  tu medida,  eres solo  una  cría.

Gilda no  responde , apenas  se repone  de la horrenda visión del alcantarillado,  cuando  entra por las gigantescas puertas y  observa  a un grupo de adolescentes sostener el arco frente a uno de los  guerreros más viejos.
— Soy Dagar , todos ustedes deben ser mis sobrinos dijo riendo, luego contempló la pequeña figura de Gilda ,  ¿ alguno de ustedes  trajo su biberón? preguntó con sarcasmo.
Los demás rieron sonoramente,   Dionisio intervinó:

— Acaba de salir de los baños, pasó cerca de cinco   horas dentro de la cloaca  de sangre, creo que se merece un poco de respeto.

El hombre la  contempló   y en voz  baja  preguntó  si su hermano se había vuelto loco.   Lanzó groseramente  uno de los arcos más pequeños  a la niña, luego el carcaj de flechas, dando la orden de  tomarle y disparar a los blancos.  
Parecía imposible que una niña de esa edad  sujetara el arco, sin embargo ella tomó posición  y  utilizó su pie derecho para afirmar el arma , la flecha  fue dirigida y  utilizando sus pequeños brazos   con toda su fuerza  pudo   alcanzar   el  blanco.

— Bien hecho mocosa, te falta cuerpo pero te sobra actitud,  continuemos,  ordenó de nuevo. A mediodía fueron llamados al comedor, allí   experimentados  guerreros comparten con  estudiantes  avanzados,  Gilda se ocultó un poco tras la figura de Dionisio que a pesar de ser un adolescente maneja la altura de su padre.  Todos contemplan la  delicada y frágil criatura tras él.

— Mira, tenemos una hermanita nueva,  qué haces en este sitio,   debes estar en la guardería tomando tu plato de papilla.  Todos rieron.   Dagar intervinó:

—Un poco más de respeto, la nena ha pasado la prueba de  sangre con honores, cinco horas en el sitio y ni una sola lágrima, tampoco  tuvo arcadas, como  muchos de nosotros al inicio.
 Un  guerrero muy similar al  conde Lobo se acercó y colocándose a  la altura de la niña  le preguntó:

—¿Sólo notaste  la sangre o había algo más?

Ella le miró con frialdad  respondiendo: 

— Había cabezas y trozos de personas,  solo me pregunté de dónde  provienen. Dijo con firmeza en su voz.

— Vaya con la criaturita,  debes  ser nuestra hermana, solo padre tiene   un  alma tan oscura como para impregnar de maldad a alguien a tan tierna edad.  

De pronto todos callaron, el Conde Lobo hacía una visita al edificio  destinado al comedor,  caminó hacia el  sitio  donde  se  halla Gilda  junto a los otros guerreros y estando allí  acarició  la cabeza de la niña  mientras le pregunta:

—¿ Qué  te parecieron las cloacas  rojas ?

— Apestosas , responde  ella  sin paños tibios,¿ Eres tú   quien  produce tal cantidad de desperdicio?  preguntó con la desfachatez de un niño.

— ¿Qué crees  tú?  devolvió  la pregunta  el Señor  del Infierno  como también se le conocía.

— Creo que  sí,  no estoy totalmente segura,  debes trabajar muy duro para lograr tal cantidad de muertes o tener demasiados enemigos.  Dijo Gilda.

Aquella figura sombría  río con  estruendo:  — Eres mi digna hija.   Dagar  hazla   que  practique  con ahínco,  si veo avances en ella te daré un cofre de oro.  Los demás continuen su cena,  mañana  deben preparar una excursión a la ciudadela de los  comerciantes, necesito   tomar algunas de sus riquezas,  mantener un reino   es difícil, dijo   en tono burlón.

El guerrero   observó a Gilda  con detenimiento, le ordenó tomar sus alimentos.  

— Te llevaré al   compost , dijo con voz firme, el  comedor   se   cubrió  de  silbidos reprobatorios.

— Es apenas una nena,  reclamó Dionisio,  cómo resistirá las  dos  noches en ese sitio.

— Si  sobrevive bien, si muere  le indicará al  Conde Lobo que no es quien busca. Dijo  Dagar.

La respuesta sembró   dudas  entre el  contingente,  todos sabían que  dos días  de prueba en el tétrico lugar  eran ciertamente difíciles,  incluso para los más fuertes. Reconocer el mundo  al que habían sido destinados por ser hijos de aquel malvado ser no  era tan fácil de asimilar,  pero su padre dió la orden de avanzar con el entrenamiento,  y  ciertamente  la niña  sería sometida  al escabroso  aprendizaje.  El compost  era el sitio donde   los cadáveres provenientes de las diversas  batallas  se acumulan hasta  ser consumidos por la tierra, los  blancos huesos permanecen al aire  hasta  forjar una estructura donde los siguientes cadáveres caen,  una especie de  foso  con dos  niveles  que  permite que las carnes en descomposición caigan  al  suelo mientras los blancos huesos hacen de soporte.  El infierno de Dante sería un sitio  ideal comparado  a lo que se encuentra en  ese campo.  
Su instructor  la encamina hasta una especie de fosa  que  se encuentra  alejada  del palacete y sus alrededores,  aves carroñeras sobrevuelan la zona,  pero no  logran ingresar, pues una malla metálica  cubre el siniestro sitio;   un orificio redondo con una  tapa de madera  cubre la entrada  aledaña,    Dagar empuja a un lado la tapa repleta de jeroglíficos y lanza  la niña  dentro del   sitio.  El penetrante olor a muerte apenas la deja respirar, pasara los últimos dos días en aquel cementerio  a cielo abierto.  Al ingresar observa  hombres con uniformes, supone que son soldados enemigos,  avanza con dificultad esperando no  pisar un cadáver pues  se   desintegran ante  cualquier movimiento,  el sonido  silbante de cuerpos al explotar y la pestilencia que sale de ellos hace que  utilice  su camisola como un pañuelo que cubre su nariz.  Poco a poco  recorre el campo  cubierto  de cadáveres en descomposición,  al anochecer observa como la entrada se abre y deja caer cinco hombres, algunos todavía parecen respirar.  El amanecer la encuentra  en una esquina,  allí descubre con cierto horror el cadáver de una mujer,    una descomunal herida cruza  su pecho, ha sido  un golpe certero, parece despiadado  sin embargo  ha sido limpio, las víctimas no   tardarán    en morir;  todo aquello  sólo logra confundir  su mente ,  el Conde Lobo es un  ser sediento de sangre y muerte,   quizás ella  ha sido  elegida para morir en este  lugar, aunque  para qué tomarse tal molestia,  la hubiese podido asesinar en cualquier sitio  a una orden suya.   Ha pasado  un día y una noche más en  el  espantoso  contenedor,  allí  intenta enumerar las víctimas y se pregunta  cuál sería el motivo de su condena,  cuánta gente podía odiar a su padre.  El leve llanto de un niño se hace escuchar ,  la mujer  intentó  salvar a su hijo hasta su  último aliento.  Es un infante,  no    permanecerá demasiado tiempo en el lugar,  los roedores se ocuparán de él,  Gilda   luce  en sus brazos los mordiscos de las ratas que intentan alimentarse  de los cadáveres,  ella ha logrado espantar  a las malditas   con su daga,   el siguiente bocado será el   bebé,  no podrá ayudarle por mucho tiempo, solo faltan unas cuantas  horas para cumplir   su prueba. Contempla  al niño,  es lindo,  pero  un golpe cerca de su frente le ha condenado a muerte ,   lo coloca  sobre  la  madre y     con ambas   manos  cubre  el rostro del bebé  que   no tarda  en apagar su respiración, la muerte  suele ser bondadosa con los que sienten dolor, esta  era una de esas ocasiones.  Gilda suspiró con fastidio,  solo esperaría que alguien  le concediera una rápida y limpia muerte  si ella cayese herida  en batalla.   Por un momento  pensó en la crueldad de su progenitor,   aquel niño  era una criatura inocente, poco importa, al parecer la  cruel realidad se regodea   dentro de este   perverso  lugar.  

Cuando  Ark  la sacó por la  escotilla   solo pensó en darse un baño,  la muerte  era  una especie de marca,  a partir de ese momento supo  que al  convivir con ella le  ofrecería  todo su respeto,  quizás era  la única con el  poder   de  otorgar  la paz deseada .Después de los baños  su rostro mostró sorpresa  cuando  Ark  le lanzó a la cara un uniforme a su medida.

 — Tus hermanos lo enviaron a hacer,   No puedes practicar desnuda, no queremos  ver tus nalgas de bebé.  Le dijo  burlonamente.

 Al parecer  sus hermanos la admitieron  como  guerrera, no era para menos,  su  cuerpo se  desarrolla de forma  impresionante,  su altura casi es similar a la de  sus hermanos  mayores,  pese a ello su rostro guarda todas sus facciones infantiles  y sus senos  aun no se desarrollan, si  alguien la mirase a la distancia  podría jurar que se trata   de  un hermoso adolescente de ojos verdes y cabello  negro   atado a una  abundante cola de caballo. Pese  a ello   una parte de su comportamiento  es el de una niña de pocos años , por lo que sus hermanos  suelen protegerla cuanto pueden  durante  los duros   días de formación.

Los años pasan   en un abrir y cerrar de ojos, el  siguiente paso  del entrenamiento  no deja de ser macabro,    dentro del aula un enorme dibujo  de la anatomía humana  luce  con impresionante veracidad,   uno de los médicos oscuros de su padre  les guía  por el intrincado paisaje de venas y arterias   donde   un  certero  golpe  acabará con el enemigo; señalando   cuáles son los puntos estratégicos   al  cortar arterias limpiamente para liquidar de un solo golpe, dónde y cómo  debe  ser utilizado el mazo para golpear cabezas traspasando los cascos  con eficiencia para   producir la muerte de forma instantánea,   el lugar donde debían ser dirigidas las flechas para causar un daño máximo,  los mortales y criaturas del inframundo poseen  habilidades extraordinarias para acabar  con la vida a su alrededor. Más tarde   vendrían las  cacerías   donde pondrían sus habilidades  a prueba ,  su  alma y mente parecen desconectarse ante las súplicas y miradas  de las victimas que intentan  lograr compasión frente a la niña de cabellos negros y ojos  de lobo  que les ataca.  Su padre se muestra complacido de las habilidades oscuras de su pequeña. Con apenas  nueve años completará  su primera  misión,  Dalgar   era el encargado  de aquella tropa de esbirros malvados,   la orden  es  atacar un reducto que se  rebela ante los impuestos del  Conde Lobo.  Deben acabar con la vida  del alcalde  e intentar  convencer al resto de  combatientes de  rendirse.   Desconocen que la orden no permite que ninguna figura de autoridad  quede con vida, la  noche de luna llena  su espada prueba  su propia sangre como  tributo al Dios de la Muerte,  su brazo  muestra la  herida,  la ha cubierto con una  extensa muñequera  que llega hasta su hombro donde un   discreto bolsillo guarda  un afilado estilete, regalo de su padre, pequeños rubíes rojos  destellan en su empuñadura.  Poco a poco,  ocultos por la oscuridad de la noche  se acercan al pueblo.  La casa del alcalde y  los soldados que resguardan la aldea han sido  marcadas,  aún resuena la orden  del  Conde Lobo,  mujeres y niños  serán valiosos para venderles  en el mercado de esclavos,  el resto debe ser aniquilado.

— Estarás por tu cuenta ,niña,  si  te hieren no perderé mi valioso  tiempo en rescatarte, quedará más oro para ser repartido. Le advierte Dagar.

Poco a poco  los  hombres  toman sus posiciones, a una orden de su líder ingresan sin miramientos a las casas  de sus  víctimas,  el alcalde es aniquilado por Dagar y Dionisio,  el resto prueba sobre sus cuellos la filosa espada  de los guerreros malditos,  el olor a sangre invade el lugar,  las mujeres y los niños  son resguardados para que  una carreta los lleve hasta el  patio interior del castillo preparado de antemano para dichos menesteres.  Los llantos y las súplicas  son rechazadas por los verdugos,   Gilda observa la  sangrienta escena,  niños  y mujeres  son arrastrados a la carreta, los viejos y heridos son abandonados,  es una niña, pero  ni un solo   ápice de su corazón  se siente conmovido,  incluso al pasar por la casa del alcalde logra distinguir un soldado  que intenta levantarse bastante malherido,  toma sin dudarlo el  precioso estilete y lo hunde con fuerza dentro  del pecho del hombre, ella lo concibe como una obra de misericordia, de otra forma el tipo  sufrirá una larga agonía .  Dionisio la contempla desde lejos, al igual que el resto del  grupo,  un escalofrío recorre las espaldas  de los  guerreros ,  es apenas una mocosa  con  un alma  tan  oscura como la de su propio padre. 

 Las  mujeres y niños son  empujados hacia las carretas, luego conducidas  hacia el patio de los esclavos, donde serán vendidos,   pese a su fama de malvados  rufianes  los  soldados del conde  nunca han abusado  de una mujer  cautiva  ,  están conscientes de que su herencia maldita no debe ser transmitida  a  mujeres que estén fuera de su propio harén, su hombría y poder  son  exhibidos  por la cantidad de cicatrices y el oro que acumulan al ser compensados  tras  su  desempeño durante las batallas.  Gilda  recibe su primer  cofre de oro y plata,  se encuentra feliz,  duerme  profundamente, el cansancio le gana, se ha enfrentado a hombres tres veces más fuertes que ella y les ha vencido.   No duda de volverse aún más poderosa que su padre… Por ahora  disfruta de los beneficios de ser tratada como una igual,  sabe que  si  demuestra  todo su  poder  será un riesgo para  su progenitor, intuye que él  no dudaría en  asesinarle si  ella   le representase  un riesgo.  Sus ojos cambian de color levemente,  sería bueno destronar al viejo conde, sacude  con fuerza  su cabeza,  impidiendo que el pensamiento se adhiera a su cerebro y su padre pueda leer sus intenciones.

Capitulo 2 // Alyssa le relata una Leyenda

La  mujer que le lanzó a las cloacas de  sangre  cuyo  rostro está cubierto por una descomunal cicatriz  la esperó cerca de las escaleras que daban a los dormitorios, allí le  sujetó del brazo  diciendo, soy  Alyssa,  tengo una historia interesante para ti,  el horror en ella será tanto que dudo te deje dormir, termino diciendo con una  gran sonrisa.

— ¿ Quieres contarme  que eres  mi madre ?  dijo Gilda con tono burlón en su voz,  dudo que al Conde le agrade tu rostro.

— Los ojos de la mujer brillaron con intensidad,  y tomando del cuello a la chica apenas le dejó respirar.

—  Fui un alfa, no lo olvides y  esta cicatriz  fue hecha salvando a tu padre, lástima que la prueba de mi devoto amor le causará  disgusto más tarde.  Pero no vengo a hablar de esas tonterías, camina junto a mi,    la  historia se remonta  a un lugar lejano, allí  dentro de esa dimensión  se encuentran dos enormes torres,  los dioses  blancos habitan en una de ellas, los dioses oscuros en la otra,  nunca han  peleado entre sí, es demasiado riesgoso,  ellos lo reconocen.  El nacimiento de un pequeño  trae  la semilla de las  futuras desavenencias entre ambas tribus.  Si, dijo, creo que puedes adivinarlo, el chico es tu padre.  Un niño soberbio, sin miedo a ser descalificado por los  mayores ,  siendo adolescente roba una de las diosas, esposa  del Señor Mayor,  nadie está seguro si ella  lo permitió o simplemente  él actuó por su cuenta.  La caja de Pandora está  abierta y las rencillas dan comienzo, los Dioses Blancos exigen  la muerte del  pecador,  los Dioses Oscuros  se niegan, de cierta forma esa  paz  solo  germina  la animosidad,  el caldo de cultivo para una  guerra deseada por los oscuros.  Sin  aviso  los   temibles guerreros  arremeten contra la  Torre Blanca,  incluso la amante del futuro Conde Lobo es asesinada  por  sus propias manos,    al no haber  perdonado que  la Diosa  afirmará    que  fue de manera violenta  que el chico  se impuso a ella.  A partir de ese momento  las escaramuzas aumentan  de intensidad,  y  los Dioses  Oscuros   efectúan  un pacto con un poderoso ser demoníaco a cambio de vencer.  El alma de aquel chico  sería tomada por el ente  para poder  obtener  su reino  dentro de la dimensión mortal.  No fuiste elegida   por casualidad,  tu madre  fue una vestal, una servidora del  Templo de la Verdad,  y tu padre  no fue  el Conde,   él prestó su cuerpo para que la  entidad  pudiese servirse de tu madre para concebir un engendro del mal,  una extensión de su propio poder dentro del mundo  mortal. Por eso eres su niña mimada.

— ¿Bromeas acaso, su niña mimada?  Tenía cuatro años cuando  comenzaron mis pruebas y tengo nueve años , sé  lo que es pasar mi espada por el cuello de   nuestros  enemigos,  una infancia adorable¿ Lo crees? ¿cómo te atreves a burlarte de mi?  Si lo que me cuentas es verdad,  soy  un demonio,  y qué.  Cuáles serán mis beneficios  en este   olvidado sitio,  oro,  palacios, poder  inconmensurable,  solo quiero dejar de recibir órdenes, matar cuando me plazca, dejar de hacerlo cuando lo desee, si lo que me relatas es verdad  posiblemente Padre intente acabar pronto conmigo, en cuanto  advierta     que puede  perder  el control sobre mi.

— Eres  un demonio astuto, lo ves,  simple matemática ,  dos  menos uno, igual tú en el poder. Dijo la guerrera.

—¿ Por qué me cuentas ésto,   sabes  que  puede costarte la vida?

— Mi vida la perdí en el momento en que mis ojos  vieron esta horrible cicatriz y el Conde  me alejó de su lado,  no hubo  el menor resquicio de agradecimiento,  supongo que de haberlo habido ya no sería el Conde Lobo. Ahora quiero sentir el placer de una retorcida venganza y tú serás  quien  complazca   mi petición.

— Has perdido la razón,  si esta conversación fuese  escuchada por uno de sus espías moriremos  en un segundo.

— No temas, él cree  que  aún lo amo de la misma manera que antes y  por estar a su lado seré capaz de ser una sirviente  ante sus ojos, y tú, tú eres la niña mimada que le arrancará de cuajo el poder que ostenta,  yo te diré como hacerlo.  Antes  debemos  partir  a la Montaña  del Ciervo,  allí te espera otra sorpresa,  no te arrepentirás de tu decisión.  

Gilda se aleja a  su dormitorio,   durante la noche apenas puede dormir, la curiosidad cubre su mente,  la mujer parece saber de lo que habla,  ha decidido acompañarle a la montaña,  desea  saber  qué sucede  en realidad, cuál historia sobre ella es verdad y cuál una mentira.  Ese día   descansan  del ataque anterior,  toma de la cocina unos cuantos bollos de arroz y  varias manzanas,  Dionisio  la observa  con curiosidad  y pregunta   el por  qué  alista provisiones.  


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