Parte 3

La Niña que Desea Matar

// Parte 3 //

Capitulo 2 // La Maldad Como Fuente de Vida

Alyssa observa como la  niña parece cambiar de forma,  un enorme  leopardo tan negro como la noche  ocupa el cuerpo de la chiquilla,  sus mandíbulas  parecen arrancar trozos de la materia oscura que forman las  sombras,  se regodea mientras las devora  y hace jirones con sus garras, el resto de enemigos  huye  de nuevo dentro del torbellino,  en ese momento Gilda  recobra su legado  mortal y   de nuevo es una chiquilla  que muestra un rostro extasiado después de devorar esas almas pérdidas.  De un manazo limpia su boca y  da un  gran eructo, al parecer su esencia se ha alimentado opíparamente. La guerrera  piensa para sí que dominar esa malévola  esencia no será nada fácil,  preocupada nota como  los ojos de  Gilda  parecen más inyectados  de sangre que en ocasiones anteriores, era notorio que cuando  su  dual  perverso  se apropia de ella, el placer  de destruir sus  enemigos le concede más fuerza.

—Ah disculpa ,  dijo riendo ante su  falta de  modales,  podría comer un poco más de ellos, pero no creo  que insistan en seguirnos.  De cierta manera no es lo mismo  devorar que ser devorado. Su broma macabra la hizo   reír durante buena parte del  camino,  ahora una verde meseta con unas montañas lejanas se presentan ante ellas.

— La Montaña  de las  Diosas Blancas,  necesitamos llegar hasta su templo.

— Creí que habían desaparecido  hace cientos de años.  Dijo  con curiosidad.

— Recuerda que la energía que precede de una esencia nunca suele desaparecer, simplemente se transforma,  aire,  plantas, pequeños seres vivos  que forman parte de un todo.

—Solo hice un  simple  comentario, deja de dar lecciones  todo el tiempo, tu actitud  apesta, crees que será fácil para mí lograr  creer en montañas encantadas y mágicos unicornios,  los chicos dicen que el Conde Lobo acabó con mi madre  cuando intentó escapar del harem junto a otro grupo de esclavas, sabes que  a partir de un  año  pude  discernir  quién soy en realidad,  mi cuerpo es de  una   mocosa de la cual nadie esperaría un ataque,  pese a ello  estoy  segura que  soy un poderoso demonio listo para engullir todo aquello que se interponga en mi camino.

— Nunca creí que sintieras ese enorme peso  dentro de ti. Observó Alyssa a la  jovencita.

—Deja de  mirarme de ese modo,  ¿sabes por qué puedo ser más poderosa que mi padre? Te daré la respuesta,  no  poseo ni una brizna de culpabilidad,  esa sensación que  atormenta y hace que caigamos dentro del vacío del arrepentimiento, ignoro cual   sea mi destino, y tampoco me importa,  piensas acaso que poseo un botón de Reset  dentro de mi maléfico  cuerpo,  siento defraudarte. 

—No  deseo deliberar con un niño, dijo sonriendo  a manera de mofa.   Tú debes saberlo todo.
La niña guardó silencio,  su instinto  le advertía de una forma de vida desconocida para ella,  un enorme dragón de las praderas  surgió  mostrando su lengua  ante las  guerreras.  Un siseo  acompañado de un gruñido surgió de la enorme bocaza  de aquel ser monstruoso.  Gilda se preparó,  sacando su espada  y   mostrando las boleadoras  que ató a su muñeca para ser utilizadas en cualquier momento.

— Detente mi señora,  puedo  servirte a ti y a tu acompañante, soy Silgo,  conozco todo atajo y sendero oculto dentro de este mundo, solo tengo una petición.

— Ahí vamos de nuevo,  todos al parecer deseamos algo a cambio,  al menos tú has puesto precio a tu ayuda y no tratas de engañarme haciéndome  creer  que lo haces para y por mi beneficio. Aclaró Gilda  observando de reojo a Alyssa.

El enorme reptil rió  con sinceridad.

— ¿Crees que soy la reencarnación del Alma Universal? lo que te  pediré  es simple.  Necesito que rescates a mi pareja del Palacio de Freder.

— Oh, dijo en tono de mofa,  era  simplemente  eso,  debo ingresar a un sitio desconocido  y rescatar a una  prisionera .  ¿A qué hora te parece mejor  que  deba traer  a tu nena, antes o después del atardecer?  ¿Por qué los demás creen que estas facciones de niña corresponden a mi ser real?  Olvídalo,  ni siquiera sé  dónde  queda ese palacio del cual hablas,  mucho menos he oído hablar de un rey llamado Freder.

— No puedes negarte, aclaró Alyssa,  de todas maneras tendremos que cruzar ese sitio para  hallar la Joya  de la Estabilidad,   debemos  tomar el amuleto  antes de la conjunción de los Cúmulos de Orus… de lo contrario  tendremos  que  esperar  por cincuenta años más.

— Mierda, dijo  Gilda  mientras masculla  con  furia la palabra en su boca,  en serio, me tratan como a una niña,  me  adviertes antes  de que el puente acabe,  en verdad eso me hace sentir  enojada,  ¿qué sucederá  cuando lleguemos a nuestro destino? Me dirás que debo efectuar otra  misión,  y luego otra… ¿Cuántas  más,  juegas acaso conmigo?

 El dragón  observó a Alyssa preguntando:   
— ¿Se comporta de esa manera siempre  o  es una casualidad  el día de hoy?

— Tiene nueve años, qué esperas?  respondió la guerrera mientras camina junto a Silgo.

— Nueve años?  Acaso  Impius se volvió loco,  cómo ha podido  dar parte de sus  tinieblas a esta joven cosita.

— Oigan, más respeto,  estoy junto a ustedes, dejen de hablar de esa manera de mi.

— Acabo de  escuchar el llanto de un bebé, crees que es la pequeña.  Dijo bromeando  Silgo.

— Gilda no  pudo más,  la ira que cubre  su cuerpo  se proyecta en forma de  niebla negra que la rodea mientras sus ojos de lobo  parecen ser inyectados de maldad,  sin pensarlo dirige su mano hacia  sus acompañantes  con la intención de disparar su  macabra energía y eliminarles  allí mismo, de pronto  un profundo dolor  proviene de su brazo, el que Alma Universal mordió la hace reconectar  con su conciencia,  cae de rodillas mientras sujeta  su brazo,  el dolor es inexplicable, como si alguna fuerza devorase su carne y huesos, grita de dolor,  observa con terror en su mirada que algo bajo su piel parece hacer túneles mientras le devora.  Por un momento recuerda lo dicho por Alyssa, cuando  la maldad  creciese de manera exponencial poniendo la vida en peligro de  sus compañeros de viaje, la  larva celestial  cumpliría su papel.  Sujeta su  brazo  mientras el dolor cede,  sonríe con malicia,  ese maldito anciano  sabe lo que hace, y eso le molesta  profundamente,  la hace sentir  una impúber  que a duras penas  reconoce lo que  sucede en su vida,  camina  a pasos de ciego,  desconoce  lo que le espera y la incertidumbre es una sensación bastante molesta. Maldice con furia una y otra vez, hasta lograr   control sobre sus  perversas   emociones.

Alyssa  le hace una señal  a Silgo para continuar,  está segura  de que  los  deseos  de la pequeña de acabar con ellos  solo serán eso, simples deseos.  Al llegar la noche  preparan el campamento,  las estrellas   refulgen  cual  diamantes en una noche que parece tomar  su lugar frente a la fogata,  Gilda  admira aquel  espectáculo,  algunas veces su alma parece reconfortarse frente a   un paisaje  tan  inusual,  donde cientos de pequeños destellos  le hacen recordar que  la luz refulge  ante la  oscuridad.  Como si el universo  hubiese creado  una contraparte para cada elemento,  una simbiosis existencial poblada de  eventos misteriosos, plagados de magia y realidad,  suspiró,  por un momento  su cuerpo ancestral  recordó  que  su origen era el mismo del universo,  nada era  certero ni infalible, la verdad era relativa, la mentira  también. 


  Esa noche  su sueño se vió  perturbado  por  una inusual imagen,  se encuentra en un  salón enorme,  perteneciente a un  ancestral castillo,  una descomunal  chimenea  calienta el lugar,  un sillon de alto respaldar luce  imponente frente a  ella,   Gilda  sabe que  algo está sentado  allí, mientras  crepita el fuego y  danza  entre colores  rojos y amarillos  ella se acerca lentamente, tiene  temor, su cuerpo  reconoce que lo que  se oculta en el  sofá  es una fuerza  tenebrosa.  Sus pasos la  hacen recortar distancias,  reconoce  a ciencia cierta  que se trata  de  un demonio poderoso,  sus ojos   temen ver  directamente al ser, por lo que  su  vista  sólo  logra percibir los ladrillos que conforman  el  piso del salón,  frente a aquel  ente levanta su mirada con temor,   su cuerpo tiembla, es él,   la malignidad  se percibe con más intensidad, la observa con detenimiento, una voz  gutural  le dice:
— Ya estás  aquí mi pequeña.  Mostrando una mandíbula  repleta de filosos dientes,  Gilda le  observa a los ojos, su temor se ha ido,  es solo él.

— Gusto en conocerte padre, le dice  con un tono   amable.

Al despertar  la niña esboza una extraña sonrisa,  es cierto lo dicho por Alyssa, su padre es Impius,  puede deshacerse   del Conde Lobo cuando desee.

El sol de la mañana   trae un cielo brillante, la luna aún se logra observar,  Gilda se levanta y estira su cuerpo,  luego  observa  el canasto que conserva algunos bollos de arroz,  se lanza hacia ellos, Alyssa le detiene con su mano diciendo,  falta un largo camino,  debemos racionar los alimentos.

— ¿Por qué? pregunta  con un mohín de molestia en su rostro, puedo conseguir más en  cuanto  acampemos.   Aclara  con seguridad…

— Nos acercamos a la tierra del  rey Frere,  sentirá tu fuerza si la usas de ese modo,  la sorpresa será una estrategia que no debemos perder,  su  ejército cuenta con  endriagos lobo,  si cortas su cuerpo su sangre  contiene una pestilencia que te hará  enloquecer, luego vendrán sus  gigantes de piedra,  después de eso tendremos mucha suerte  si no morimos  todos.

— Buena  chica,  has dado una  charla motivacional  bastante buena, replicó Silgo,  ¿tienes que ser tan sincera?  por qué no solo engañas a la niña y le dices que todo irá bien, que venceremos, rescataremos a mi esposa  y   escaparemos hasta llegar a la pradera de las hadas donde cientos de flores y  garrafas de agua miel  estarán esperando por nosotros.

—Soy  sincera,  será difícil  de hacer si no cuentas con un buen plan,  las huestes de este esbirro  han sido  condicionadas a no dejar prisioneros,  debemos ser conscientes  de los peligros por venir.Aclara  Alyssa.

— Gilda parecía no escuchar, hasta que les hizo una señal  de silencio ,  algo se acerca dijo  con seriedad,  parecen  jinetes,  será mejor ocultarnos,  quiero  ver qué nos trae  ese  camino,  por la cantidad de polvo  que levantan sus animales  deber ser al menos unos cinco o seis jinetes. 
 
Los tres subieron por una pared rocosa y  se ocultaron,  el polvo se asentó  al llegar un grupo de  aves gigantescas sobre las cuales  unos  guerreros con apariencia   feroz  cargaban  arcos y carcaj  de flechas   adornadas con plumas de las mismas aves que montan. Los endriago lobo muestran algunas características humanas , su  rostro, su  posición erguida similar a los hombres,   sus manos terminan en  garras y  sus  pies guardan similitud  con los lobos.  Sus uniformes negros y una  mascara   oculta   parte de su  cara les otorgan una apariencia intimidante,  el resto de su cuerpo  se halla cubierto de un grueso pelaje gris.

—He olfateado  varios intrusos, se encuentran cerca. No dejen sobrevivientes.   Afirma el que parece comandar la tropa.
Gilda  suspira con cierto fastidio,  son seis jinetes,   con su mano derecha  toca el estilete en su hombro, saca lentamente su espada,  Silgo  emite un ligero silbido, un repugnante olor  surge  de su cuerpo.

—¡Diantrés¡ musita Gilda,  eso de cagarse de miedo es un hecho contigo,  afirma mientras tapa su nariz.

—No lo subestimes,  dice Alyssa , mientras cubre también su nariz,  debemos alejarnos  de ese  olor proviene de sus glándulas venenosas,  y señala a Silgo  mientras corre  hacia los guerreros.

Estos  dan la alerta al resto y se colocan en posición,  al observar al diminuto  dragón zigzagueando  hacia  ellos   lanzan  sonoras carcajadas,  diciendo:
— Vaya, si es  el pequeño Silgo,  te haremos picadillo y te llevaremos en un odre de piel como regalo a tu bella  esposa.

Gilda y  Alyssa aparecen junto a él,  el gas emitido por Silgo comienza a hacer efecto, las náuseas  hacen que los movimientos de los endriagos se  vean afectados, a partir de ese momento  las hermosas  mujeres  no dejan rastro del escuadrón de  vigilantes.

El camino al palacio del Rey Frere  continua sin  tropiezos la chica se asombra al  observar lo que parece ser un enorme acantilado  frente a ellas,  lo extraordinario es observar  la piedra blanca caliza  labrada exquisitamente cubriendo  las paredes rocosas del sitio,  la niña mira con curiosidad a Alyssa.

— Es el palacio de Frere, cómo verás es una fortaleza inexpugnable.

Cientos de escaleras  hacia diversas oquedades le dan un aspecto   insólito al  lugar,  banderolas de color blanco  con un escudo heráldico representando una quimera  ondean  dando la  bienvenida.  Una multitud de  personas  en las afueras  del palacio   rodean la plaza,  esperan la bendición de su rey,  celebran las  buenas nuevas de su boda con la Princesa Lía.

—Eso nunca ocurrirá, afirma Silgo  emitiendo un bufido.

—¿ Por donde ingresamos ? no creo que estemos invitados a  la  boda. Advirtió Alyssa.

— No se preocupen,  existe  una entrada, está  sobre el acantilado, es una claraboya natural,  vamos,  debemos  darnos prisa, después de la boda mi esposa  será el sacrificio para  la Quimera.

—Bien,   nos tomará  días  llegar a la cima de ese acantilado,  y después como bajaremos,  ¿cuerdas, parapente? Alyssa la observó con una mueca de reprobación en su cara.

—¿ Recuerdas acaso que  posees dones  debido a tu  casta?

 Gilda  sonrió de manera torpe,  en algunas ocasiones  olvida  su  legendario linaje.Su brazo apunta hacia la cima de la enorme montaña,  en segundos  se encuentran  observando  desde su posición  el espléndido paisaje.

Acercando sus cuerpos   al enorme respiradero notan unas  escaleras,  por allí descenderán, Silgo les ha informado que la prisión se encuentra  en uno de los niveles superiores. El descenso les lleva  a una serie de  callejuelas,  el dragón les guía con seguridad entre la intrincada red  de  cavernas, algunas naturales, otras hechas  adrede por el hombre. Un ligero llanto  les  hace descubrir que una enorme puerta de metal con una mirilla contiene a Lía, la amada esposa de Silgo.   La niña se asoma  buscando  en el suelo a la pequeña dragón,  su rostro  refleja una mueca de sorpresa al  notar una belleza  atada a una enorme cadena,  hace un movimiento de su mano  haciendo que se asome a la mirilla  en tanto ella se hace a un lado.

— Mierda, exclama la guerrera, oye Silgo,¿ estás seguro que esta es la celda?

Cual si fuera una salamandra  sube hasta  la mirilla y  susurra:
—¿Amor, te encuentras bien?
— Si amado,  responde una dulce voz,  temí que  algo te hubiese sucedido,  dijo en medio de un sollozo.
Gilda y Alyssa se  observan con  ojos  interrogantes.  Ella es una  hada hermosa… y él un  dragón enano,  una pareja  inusual.  

— Gilda   arrastra a Alyssa  unos pasos diciendo

—He visto cosas locas en esta dimensión, pero esta se lleva el premio, luego con una mirada perversa dice con  sonrisas turbias,  ¿cómo  estarán juntos? ¿Lo imaginas?

Alyssa la golpea con sus nudillos en la frente.

— Eres una maldita pervertida,  ¿cómo  una niña de nueve años puede tu mente  ser tan asquerosa?

—Eh,   soy una niña, no una boba. Mirando de nuevo a Silgo   recitar  suaves palabras de amor a su esposa. Se rió entredientes.

— Siempre lo he dicho, murmuró, el amor es una  maldición.  

Se acercó a la puerta, indicando al   pequeño saurio que se alejara,  invocó su  magia , la puerta cayó de inmediato,  soltaron a la   bella hada,  en  verdad era una preciosidad, sus  larga cabellera rosa, su  piel trigueña,  su rostro  era delicado  y su cantarina voz terminaba de darle un plus  a aquella  divina criatura.  Silgo subió  hasta su rostro y  se restriega con fuerza  contra la belleza,  silba delicadamente  y coloca su cabeza en el cuello  de su esposa.

— Es hora de irnos, hemos cumplido con nuestra misión, añade con voz firme Alyssa.

— Te equivocas, afirma continuando  por el pasadizo, este  rey  volverá una y otra vez a intentarlo de nuevo, ¿o me equivoco Silgo? Pregunta Gilda

— No, no te equivocas,  después de ser desposada  Lía debe ser ofrecida como tributo a la Quimera o de lo contrario el  monstruo no protegerá el palacio de  Frere.

— Lo sabía, replica ,   no existen las misiones simples… esto es una maldita trampa diseñada por el viejo astuto.Es hora de dar un paseo por  la gruta de la Quimera,  le daremos un digno regalo de bodas al rey.
Silgo  indica el camino que les lleva a una enorme caverna, allí tras unas  rejas de gran altura y atado por enormes cadenas se halla el terrorífico híbrido, la cabeza de león ruge con fuerza, la cabeza de cabra les pregunta   cómo se han atrevido a llegar hasta él.  La cola de dragón golpea con fuerza el suelo.

— Deben tener cuidado, afirma la cristalina voz de Lía , puede lanzar llamas en contra nuestra.

— La cabeza de león   olfatea el aire:
—Ahh,  eres un Maligno, tu padre es poderoso,  quizás podemos llegar a un acuerdo adecuado para ambos.  Si puedes  quitar estas cadenas  de encantamiento puedo dejarte ir a ti y tus amigos.

— Oh,  mírate,  pretendes  que te libere de tu prisión, ¿ acaso seremos amigos ?  Saldremos todos juntos cantando  cumbaya,  será un  evento memorable,  luego  da un inmenso suspiro.  ¿Crees que el rey Frere estará complacido?  Tenía otros planes para tí,  quería llevar tu cabeza como  regalo de bodas.

La Quimera ruge con molestia.

—¿ Me amenazas?  si deseas luchar lo haremos, te enseñaré algo de modales mocosa presuntuosa.  Exclamó   la criatura con ira.

— Sabes, creo que tienes razón, podría liberarte, pero tú y yo sabemos que nuestra base de mutua confianza está en cero.  ¿Cómo saber si tú me traicionarás al liberarte,  o peor,  cómo sabrás tú que cumpliré con mi palabra?
— Si eres verdaderamente hija  de Impius, harás lo correcto,  los aliados infernales somos  importantes,  es un ligamen  que ofrece beneficios a ambos.

— Me has convencido, exclamó la niña con voz   segura,  te liberaré,  antes debes prometer que te harás cargo de ese reyezuelo,  no deseo  ensuciar mis manos ni perder tiempo,  debo hallar un maldito libro que al parecer me daré la clave para  disfrutar de mi oscura existencia.

Al momento de dirigir su brazo  a la prisión del ser, Alyssa le advierte preocupada.

— Ten cuidado,  aún no puedo confiar  en él.

—  ¡Vaya forma de subestimar mis capacidades, crees que confío en él, vamos, la única persona en quien  puedo confiar es en mi misma,  y nunca lo haré totalmente!

La Quimera  emite un fuerte rugido al verse libre,  de pronto  saca sus enormes alas de  murciélago y se despide del grupo. 

— Nos veremos, dijo en  voz alta,  iré a agradecer al rey Frere por  esclavizarme durante una década,  debo  resarcir su amabilidad, afirma mientras  enormes llamas salen de su hocico.

Gilda lleva al grupo a salvo,  al observar de lejos  pueden ver cómo  el palacio es atacado por la criatura infernal y sus  soldados son  arrasados por las enormes llamas.

—Bien,  afirma Gilda con una sonrisa,  una misión y contando.  Es hora de continuar, advierte a Alyssa.  Mientras se despiden de Silgo y su esposa,  les mira con curiosidad, Alyssa le  recuerda que debe ser más discreta.

— Ah, vaya  no puedo quitarme la imagen de esos dos haciendo sus¨ cositas¨  no logro hallar la respuesta. Y  sigue caminando pensativa.  Al anochecer mientras descansa  da un  grito de alegría: ¡Eureka¡ Lo tengo, él debe ser el Príncipe Dragón Encantado  y al anochecer adecuadamente toma su forma humana.

— Alyssa  aletargada  exclama:  ¿todavía piensas en ello?  Vaya forma de perder  tu sueño. ¿Puedes dejar de pensar?  ¡Sólo duérmete, o te asfixiare  con mis propias manos!


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