Lilith la Reina de los Vampiros
// Parte 1 //
La enorme montaña cerca del Mar Rojo oculta el pasadizo de entrada al submundo a humanos y dioses. Allí mora Lilith; su piel de porcelana, largos cabellos rojos, senos turgentes , pequeña cintura, piernas largas y contorneadas hacen de aquella dual una belleza espléndida. Un rostro perfecto donde ojos negros de mirada profunda, nariz respingada y boca carnosa son el complemento de aquella beldad.
Muchos habían caído en las redes de su hermosura, pero ella solo amo a Arcade. Su belleza se convirtió en una maldición, elegida por el Gran Padre para poblar la tierra junto al primer humano, después de que ella despreciara sus insinuaciones amorosas; la excusa para tal sacrificio fue lograr la unión entre los mortales y los dioses del inframundo. El mundo terrenal se poblará con seres semidivinos, capaces de lograr el equilibrio perfecto entre la dimensión terrena y el mundo celestial. Obligada a ser la esposa del primer hombre sobre la tierra, dejó en el submundo a su alma gemela; aquel elemental hijo de Djin, señor del fuego. El paraíso terrenal se convirtió para ella en un sitio infernal, obligada a convivir con un humano , en espera de traer hijos al mundo mortal. La pasión que sentía por la vida, su exquisitez, su carácter independiente la hizo presa fácil de los deseos de dioses y hombres. Mirando el atardecer en aquella prisión a la que había sido enviada, decidió escapar. No importaba si era condenada o no por aquellos injustos dioses, era Lilith, y solo ella tendría el control de su propio destino. Amparada en la noche, huye para encontrarse frente a un mundo que teme a lo diferente, y ella lo era. Caminó durante días hasta llegar a una pequeña aldea de pastores. Una mujer anciana le dio de beber, invitándole a su pobre hogar, era una viuda, nunca había tenido hijo alguno, pese a ello logró sobrevivir por sus propios medios hasta la ancianidad. Lilith se refugió en la tienda de la noble mujer.
— Ara me llamó, le dijo mientras le sirve un trozo de queso sobre una rebanada de pan. Puedes quedarte aquí, en tanto decides qué camino tomar.
Lilith contempló hacia unas enormes montañas que se veían a lo lejos…
— Veo que admiras esas montañas, debes tener cuidado, muchos aldeanos dicen que es la entrada al abismo. Un lugar donde demonios de gran belleza seducen a hombres y mujeres para que entren a sus dominios y devorarlos…
—¿Crees en eso Ara? preguntó Lilith.
— No lo sé hija, muchas veces los rumores tienen un poco de verdad… He llevado a pastar mis ovejas a ese sitio y nunca he visto nada . Pero qué se yo, soy solo una vieja a la que le cuesta mirar a dos pies de distancia.
La joven mujer ayudaba a la anciana a hilar cuando un hombre de aspecto altivo se apareció en la tienda:
— ¿Ara, quién es esta joven? ¿ Por qué no la has presentado al consejo? Dijo mientras miraba a Lilith .
— Es una viajera, familiar de mi difunto esposo. Se quedará por solo unos días.
El hombre entró a la tienda y contempló a Lilith con lascivia . Intenta acercarse a ella, la anciana se interpuso, por lo que le dio un empellón que la hizo caer. Lilith lo observa con odio, sus ojos echaron chispas, su cabello cobraba el color del fuego. Llevo despacio la mano izquierda tras su espalda donde se hallaba su daga. El aldeano llevaba un enorme collar con la figura de un ave sobre el pecho; debe ser el jefe pensó la joven. Este trato de tomar a Lilith por la cintura mientras decía
— Soy el jefe en este lugar, suelo tomar lo que me gusta. Trató de buscar el rostro de la chica para besarle; Ara trataba de disuadir al hombre.
—No lo hagas, por favor, no es como el resto de las mujeres, hay algo en ella, un poder sobrenatural…
— Cállate vieja, dijo el hombre mientras la pateaba, sin dejar de sujetar a Lilith. Esta no soporto más; sacó la daga clavándola con furia sobre el estómago del jefe. Un calor inundó su mano, para llenarse de algo espeso y pegajoso. El hombre apenas pudo lanzar una queja, cayendo sobre sus rodillas. La anciana lo mira sorprendida diciendo
— Te lo advertí, ella es una dual. No debiste ofenderla.
El cabello de Lilith dejó de refulgir. Observó al hombre revolcarse en su último estertor de muerte.
— Ven, le dijo la mujer tomándola de la mano, debemos huir, iremos a las montañas . Si descubren la muerte de Satre, te perseguirán sin piedad. Vamos, le ordena, mientras tomaba una tela colocando dentro de ella unas hogazas de pan y queso, hizo un atado, lo colocó sobre su espalda y arrastró a Lilith fuera de la tienda. Lilith apenas tuvo tiempo de sacar el puñal del vientre de Satre, lo limpio en las ropas del hombre, mientras observaba con atención como la sangre salía a raudales del cadáver.
Una desconcertante sensación se apoderó de su cuerpo, el color rubí de la sangre le pareció tan hermoso… corrieron antes de que los aldeanos se dieran cuenta de lo que había sucedido en el hogar de Ara, tiempo después un murmullo lejano previno a ambas ; los aldeanos les daban alcance, Ara miro a Lilith con desesperación diciendo:
— Debes huir, eres una dual! Usa tus poderes!
La joven la mira desconcertada, su instinto de sobrevivencia pareció transformar su cuerpo, sintió como su espalda ardía, un dolor punzante salió de ella; alcanzó con sus manos sus hombros lanzando un chillido de horror. Un par de alas salían de su espalda. Ara le ordena escapar, los hombres empezaron a lanzar flechas a su alrededor… Lilith no partiría sin la anciana. Pero esta la detuvo .
— Es tarde para mi, debo regresar, mi tiempo en esta tierra se ha cumplido ¡ vete, hazlo! Una de las flechas dio a la anciana en su pecho, ésta posó su mirada en la joven mientras se convertía en fino polvo.
Lilith contempló a los hombres tan cerca, apenas logra levantar el vuelo con sus alas, éstos aterrados retrocedieron disparando sin cesar. Los negros ojos de la dual se encendieron, su cabello empezó de nuevo a lanzar destellos rojizos, luego sopla con furia sobre sus atacantes. Estos gritan de dolor, el calor provoca ampollas sobre su piel, era como si un dragón escupiese fuego sobre ellos. Huyeron lanzando terribles maldiciones. Lilith miro las montañas, dirigiéndose hacia ellas. Su mente se preguntaba quién era en realidad la anciana que le había ofrecido ayuda. Cerca del anochecer descendió sobre su nuevo refugio. Un leve brillo mortecino le indico la entrada a una oquedad de tamaño impresionante.
Cerró sus alas, cansada se deja caer en la esquina de la cueva, durmió profundamente. El amanecer trajo ruidos que la alertaron, los hombres seguían en su búsqueda. Se internó aún más en la caverna, sus ojos empezaron a acostumbrarse a la oscuridad. Una roca en forma de disco repleta de símbolos enmarca una entrada. Era el idioma de los dioses y decía:
HOGAR DE LA MADRE
Capitulo 2 // Oscuros Secretos
La joven toca la roca, esta dio paso a un sitio iluminado por un extraño moho adherido a las paredes . Antorchas colocadas estratégicamente en el sitio, parecen ser la fuente de luz. Lilith sopla suavemente una de ellas, encendiéndose; hace lo mismo con el resto. El lugar se ilumina dejando ver en su totalidad el espacio, su mirada apenas logra abarcar parte de él, uno de los recintos tiene los muebles y la biblioteca, más allá, varias ramificaciones parecen llevar hacia diversas recámaras. Llenos de polvo y telarañas, muebles que en la oscuridad lucían tétricos dejan ver sus finos acabados ; junto a ellos, una amplia biblioteca con cientos de libros apilados en un orden perfecto terminan por dar un aspecto magnífico al lugar. Con decisión se dirige hacia los estantes tomando uno de los libros, el cual hace referencia a los habitantes del inframundo : dioses, elementales y seres místicos .
Sigue lentamente, recorriendo con curiosidad los interminables anaqueles; uno de los escritos, lujosamente encuadernado con piel y detalles en oro, se refiere a la genealogía de los dioses; una nota al pie de la primer página; llama su atención, en letras rojas está escrito su nombre: Lilith, hija de Gaia y un humano llamado Salgar . Despacio empezó a leer:
La Reina Gaia ha descendido al mundo mortal, la belleza de la tierra la ha hecho olvidar la ley estipulada por los reyes de la creación que impide so pena de castigos ejemplares la interacción entre dioses y mortales, Gaia no solo ha sido seducida por las majestuosas montañas, reflejadas en los cristalinos lagos a sus pies; su corazón ha seguido de cerca a un guerrero de gran garbo, su belleza varonil la ha hechizado, por lo que decide transformarse en una hermosa doncella y seducirle. Sus planes dan resultado, un inconveniente surge ; Gaia es descubierta por el Gran Padre, su esposo. La ira de éste no se hace esperar, la reina debe regresar a su lado, ella no acepta, no desea separarse de su amado, del que espera un hijo. El Gran Padre monta en cólera; y envía a Ra Arus para que lleve a cabo el castigo. Esta mira con horror como el enviado asesina a su amante . El dolor de la Gran Reina es indescriptible, se acerca mientras la sangre del joven se esparce sobre la hierba. Luego mira su vientre, sus manos se introducen con fuerza en él, extrayendo el fruto de su amor por Salgar. Gaia mira con infinito afecto a su nueva hija, la coloca junto a su padre. Antes de regresar al inframundo pide al Gran Padre respetar la vida de su hija. Este acepta. La Gran Madre coloca a Lilith sobre la sangre aún fresca de su padre asesinado, toma un poco de ésta colocándola sobre los labios de la pequeña y murmura: ésta será tu venganza, podrás tomar la sangre y esencia, de dioses y hombres por igual . Tus poderes serán infinitos en ambos mundos…
Cierra el libro pensando en lo que acaba de leer; continúa recorriendo el espacio descubierto, las voces se alejan, la anciana Ara tenía razón, los aldeanos temen a ese lugar. Implementos de belleza femenina parecen dar pistas acerca del dueño . Toma un espejo hecho con coral rosa, un nombre aparece en él: Ara. Su corazón da un vuelco. Una pregunta ronda su mente: ¿Porqué Ara decide vivir en un poblado humano, en una choza que apenas la protege de las inclemencias del tiempo y no aquí?
Un leve burbujeo llama su atención, quizás sea un manantial. Se dirige al sitio de donde proviene el sonido, queda sorprendida , doseles dóricos enmarcan un espejo de agua que bulle con fuerza; cerca, un diván cubierto con pieles, muestra el carácter sibarita de su dueña. Eso la confunde todavía más. Abandonar este sitio principesco , su mirada se cubre con un velo de tristeza y estupor:
¿Porque su madre había abandonado al rey, su palacio, su séquito? ¿ Lo habría hecho Ara por el mismo motivo? La respuesta al dolor de su especie estaba frente a ella. El amor era la cadena que las ataba al infortunio. Recordar a su amado Arcade la hizo sentir de nuevo el frío de la soledad. Se dirige al tocador de la habitación, desliza su mano por el polvoriento espejo hasta lograr mirar su rostro, ante aquel espejo como si fuese un altar, juró por su sangre nunca amar.
El juramento será una brida que detendra el avance hacia dicha maldición. Se encamina de nuevo a la biblioteca; no perdería tiempo, necesitaba saber todo lo referente a sus enemigos, dioses y hombres por igual… , su fuerza… sus debilidades; debe convertirse en una guerrera formidable para llegar a sobrevivir . Desempolva cada uno de los libros, junto al resto del lugar. Mientras lo hace, una pequeña libreta cae a sus pies escrita de manera exquisita resume la misión de Ara en el mundo humano: Anotar todo acontecimiento humano o celestial llevado a cabo . Ara, miembro del Grupo de vigilantes del plano celestial. Hada unseliee. Hija de Bear y Prune, sirvientes del rey Djin
Hoy he visitado por primera vez mi nuevo hogar, la caverna dentro de las Montañas Rojas es enorme, me siento en casa; mi padre ha dispuesto traer toda la biblioteca de los dioses, documentos que datan del inicio de la creación, los Arquitectos Cósmicos han otorgado a las unseliee la tarea de salvaguardar estos registros.
Poco a poco recorro el campo alrededor de aquellas montañas; el inmenso lago a sus pies refleja las nubes y las montañas como una gigantesca y exquisita pintura. El mundo reverdece, las flores se mezclan entre la hierba, los pastores vigilan sus ovejas. Es un lugar idílico; una especie de paraíso agreste; hoy he visto al joven pastor. El también me ha mirado; sus ojos son tan expresivos, parecen hablar y decir cientos de cosas . Solo puedo estar un año en el plano terrenal, luego debo volver por cien años al hogar de mis padres; nos hemos visto a escondidas, sus besos y caricias nublan mi entendimiento. Me ha pedido que sea su esposa, he aceptado. Solicito la bendición del Gran Padre , se me ha negado, mi conducta merece un ejemplar castigo, han dicho los dioses, mi cuerpo se ha secado, nunca podré darle hijos a mi amado.
He sido tan feliz en estos años, pero hoy mi esposo ha llegado enfermo, algo le ha picado en su pierna, mientras intentaba salvar una de las ovejas que había ingresado a la caverna; un trisi, una araña pequeña cubierta de pelo rojizo, proveniente del inframundo La fiebre lo consume, pese a mis conocimientos, miro con dolor como mi amado muere…
Mis padres quieren que pida perdón a los Elementales y vuelva a su mundo. Me niego con vehemencia, ellos han arrebatado mi dicha. Me quedaré aquí, a velar su tumba… a esperar que algún día estemos juntos de nuevo.
Lilith recuerda a la anciana con tristeza ; ella será la encargada de redimir la muerte de su padre… el dolor de la unseliee. Sabe que el poderoso Ra Arus está tras ella, su vida dependerá de que consiga dominar los poderes heredados de su madre Gaia . Por lo pronto, se ocultará en este lugar, será su hogar al menos por un tiempo. Suspira, recordando con apetito el trozo de pan y queso que la noble Ara compartió con ella. Debe alimentarse, salir a cazar . La noche es fría, despejada, el canto de los grillos inunda el campo ; sale de su escondite, sus ojos acostumbrados a la oscuridad notan una enorme ave dirigirse a ella. Su corazón palpita con fuerza. ¿La atacaría? ¿Los elementales la habían encontrado tan pronto? Un hermoso búho blanco se coloca en una roca frente a ella. Del ave sale una dulce voz :
—Soy Gaia tu madre, él será tu guardián, su nombre es Rire. Un naga y una henside serán tus aliados … sé fuerte hija, te esperan duras batallas.