
Lilith la Reina de los Vampiros
// Parte 5 //
Lilith escuchó el ulular característico de Rire, este había penetrado a las aguas del lago, hasta llegar a ellos, con sus alas aún mojadas, lanzó el instrumento a las manos de Lilith, la voz de su madre emergió de Rire, ordenando
Sopla por el canutillo; hazlo ya hija mía.
Lilith obedeció, el sonido detuvo a los demonios. Una luz plata inunda el lugar. Era la Gran Madre, quien mirando a Damon dijo:
Ni siquiera tú puedes quebrantar las reglas de los dioses, ella ha ganado. El reto ha sido cumplido.
Damon contempló al jefe de los narris con furia:
—¡Cómo te has atrevido a traer a la misma hija de Gaia a mis dominios; tú, decía, me has condenado.¡ No recibirás mi reconocimiento ni el del inframundo. Serán solo unos parias. Luego, mirando hacia Lilith, hizo una reverencia diciendo:
Tienes mi sangre, te has hecho merecedora de un lugar entre los dioses del inframundo. Si necesitas ayuda la tendrás.El pasadizo se abrió. Lilith repitió el gesto de respeto ante el demonio diciendo:
—Si no fueras un traidor quizás hubiera sido una esposa sumisa, dijo riendo, pero dudo que seamos el uno para el otro, soy un poco quisquillosa en cuanto a mis parejas.
Damos la miró desafiante.
—Es cierto dijo, tienes costumbres que en verdad no me agradan, dijo cubriendo las heridas de los colmillos de la vampiresa en su cuello, eres tan apetecible pequeña, quizás algún día te dignes a tenerme como amante, según dicen mis esposas, soy brillante como tal.
Al salir de aquel mundo, Lilith respiro con fuerza. Prisio la miraba con detenimiento. El ataque a Damos estaba presente en la mente de aquel naga. La vampiro había asimilado sin ningún resquemor la sangre de aquel demonio… la esencia oscura dominaba su ser. Un verdadero enigma era aquella hermosa mujer o semidiosa o demonio… dudaba un poco acerca de la verdadera Lilith, su carácter dual le daba cierta libertad en cuanto a resquemores morales o sentimientos de culpabilidad. Era la futura reina destinada a gobernar en el inframundo. Para el naga, esa dualidad era altamente peligrosa; reconoce por su propia experiencia que muchos guerreros oscuros habían sucumbido, no ante las armas del enemigo, sino ante su propia maldad y ambición desmedidas. Pese a ser una semidiosa el Karma cósmico no dejaba nada al azar. Miro la hermosa chica con devoción; empezaba a sentir una pasión irrefrenable, una lucha se llevaba a cabo dentro de él. Deria lo contempla inquisidoramente, él baja la vista, conocedor de que el hada percibe sus estados de ánimo como un receptor de largo alcance. Bloqueo sus pensamientos agresivamente, mientras Lilith se le acerca coquetamente esperando recibir de Prisio algún halago.
—¿Qué te pareció Naga? ¿Lo hice bien? dijo mientras pasaba su tersa mano por el rostro del apuesto joven. La sangre de la chica bullía con deseo, era el efecto de haber bebido la sangre de Damos.
El la observa fríamente diciendo:
—Es el principio de una guerra, solo has ganado una batalla, las próximas no serán tan fáciles.
—¡Fáciles ¡ grita la chica. Estuve a punto de morir en manos de ese maldito demonio.
—Creo que disfrutaste demasiado del sabor de su sangre. Dijo el naga con preocupación en su voz.
—Ah, vaya, el hombre árbol está celoso? Dijo ella acercando sus turgentes senos al pecho del naga. Este se retiró instintivamente. Dando la espalda a la chica dijo:
—No juegues con tus aliados, princesa, aún no eres tan fuerte. Le advierte con frialdad en su voz.
Deria no lejos de allí, se acerca a Lilith:
—¡Qué fue todo eso? Parecía que querías devorar al chico de un solo bocado.
—Tu no entiendes… deja de decir tonterías exclamó Lilith algo molesta.
—Ah, que dices, soy un hada, no una tonta, estás tan cachonda que si te dejó sola con él lo harás tuyo por diversión, anda, será mejor que te des un buen baño… la sangre de ese demonio te recorre el cuerpo; en unas cuantas horas te sentiras mejor, debes descansar. No puedes perder tu sentido común, Prisio es un aliado poderoso, no intentes juegos peligrosos, podrías salir lastimada.
—Tú no sabes de lo que hablas, iré a darme una ducha porque deseo quitarme el hedor de ese demonio! Cachonda, cachonda tu madre, hada! Termino de decir en medio de un teatral aspaviento.
El hada miró a Rire, este metió su cuello entre las plumas.
Deria se dirigió a su habitación mientras musitaba: tendremos problemas… de tal palo, tal astilla. Gaia tu hija es una tigresa testaruda…
La mañana transcurrió con lentitud, cerca del medio día Lilith baja al salón comedor. Solo Rire estaba en el lugar, vigilante desde lo alto de aquellas vigas monumentales. La joven lucia un jeans azul, un cinturón rojo oscuro rodeaba su pequeña cintura, había recogido su precioso cabello pelirrojo, una camiseta con el logo de un pequeño barco lucia en el centro de la misma, el sol de la mañana hacia resaltar aquellos ojos que cambiaban de color según el ángulo de luz que los iluminase. Descalza, recorría con desgano la cocina, abrió el refrigerador tomando un poco de jugo de arándanos, le gustaba de manera febril; tomaba al día cerca de tres a cuatro litros de la bebida. Lo hizo sin reparos, tomando la garrafa plástica y llevándola a su boca , un hilillo del jugo bajaba por su garganta llegando hasta la unión entre sus senos. Prisio la miraba a distancia. Carraspeó fuertemente al entrar al lugar, ella lo observa un tanto turbada, recordando la escena de la noche anterior.
— Debes seguir estudiando los hechizos, es hora de que conozcas a Ludvia; dependerá de ti convertirla en tu aliada o tu más acérrima enemiga.
Capitulo 5 // Reina en la Noche de los Humanos
—¿Quien es Ludvia, y porque debo ganarme su confianza? Preguntó Lilith con un aire de pretencioso en su voz.
—Ella es la primera humana convertida en un espíritu del inframundo por el Gran Padre.
—¿Se negó ella también a sus requerimientos amorosos? Preguntó con rabia contenida
—Oh no, por supuesto que no, Ludvia es hija del Gran Padre y una mortal. Tiene un apetito similar al tuyo por la sangre…
—Es una vampira, una colega diría. Pregunta interesada.
—Un tanto diferente, digamos que ella prefiere la sangre de los dioses y espíritus divinos, por ello fue exiliada al mundo mortal.
—¿Y porque debo conocerla? Pregunta con cierto recelo
—Ella conoce muchos pasajes secretos que conectan ambos mundos, necesitamos saber el sitio del cual pueden llegar nuestros enemigos; al igual que tener una posible vía de escape …
—¿Vaya, escapar? Dijo con presunción en su voz… creo que no estás muy seguro de las habilidades que poseo…
—No dudo de ellas, dudo de tu actitud. Contesta con firmeza.
Mi actitud…¿ Qué hay de malo en ella?
—Mira , has salido avante en varias ocasiones, pero Gaia ha interferido en ellas… tenlo en cuenta
—¿Quieres decir que mis triunfos en batalla dependen de la ayuda de mi madre? Dijo enfadada
— Tómalo como quieras, aun te falta mucho por aprender, puedes llevar el título de guerrera, ganártelo es otra cosa.
Los ojos de Lilith chispearon ; se acercó al naga, éste no retrocedió. Siguió firme en su lugar, ella se aproxima como un depredador a su presa. El no se inmuta , ella tiene la intención de atormentar al esquivo Naga, seduciéndolo con sus encantos, Prisio le sigue el juego y con fuerza la toma de la cintura apretando tan fuerte que ella da un respingo de dolor: el naga busca los labios de Lilith como un animal sediento; la besa con locura, con pasión desmedida; ella siente que sus piernas se debilitan , su respiración se hace más corta, luego lentamente se desvaneció entre los brazos del poderoso naga.
Cuando despertó, Deria se hallaba junto a ella.
—¿Qué sucedió ? pregunto aun débil
— Hiciste que Prisio te diera una buena lección, te lo dije, no juegues con él niña, es un elemental muy poderoso. Hubiese extraído tu esencia sin que siquiera lo notases… agradece que solamente se divirtió un poco. Es hora de que tomes las cosas en serio; debes ocupar tu lugar en este universo; conocer sus propiedades, dominar el entorno en que debes sobrevivir, es un mundo enorme; pero Raur puede encontrarte pronto. Concéntrate pequeña, serás una reina guerrera, necesitarás el respeto y cariño de tus súdbitos; al igual que la fidelidad en tus aliados. Hoy conoceras a Ludvia; muestra un poco de respeto cuando te presentes ante ella, recuerdas cuanto odiabas la actitud del Gran Padre? No la copies en ti.
Lilith asintió con su cabeza, intento levantarse, aun se sentía algo débil. Miro a Rire vigilar desde lo alto; le llamó a su brazo. Luego acaricia las plumas de su pecho diciendo:
Me siento algo extraña amigo, cuando Prisio me besó sentí mi corazón detenerse. No me gusta esto, siento que en cuanto una mujer empieza a amar, se convierte en una esclava de su propia pasión, Deria tiene razón, debo concentrarme en acumular conocimiento y fuerza para la gran batalla. Ra Ur nunca se detendrá hasta cumplir las órdenes del Gran Padre. Con lentitud volvió su cuerpo hacia el otro lado de la cama, apretando con fuerza la almohada. Sueños donde Prisio la poseía con pasión desenfrenada llenaron su noche, el amanecer fue un alivio.
En su habitación , el naga despertó sobresaltado, había invadido el sueño de Lilith para dar rienda a la pasión que sentía por ella, sudoroso y cansado se levanto, toma un baño y se prepara para lo que sería su batalla más descomunal: dejar de amar a aquella joven vampiro, él conoce que el destino de Lilith era el de ocupar su lugar como reina del inframundo, un naga no podría aspirar a ser su compañero. Su cuerpo musculoso se recostó con tristeza en la pared; ignoraba cuánto tiempo el destino le permitiría estar junto a ella. Se vistió sin prisa. Esa noche Lilith se enfrentaría a un peligroso reto, convertirse en aliada o en férrea enemiga de aquella reina que dominaba el paso entre los mundos oscuros.
El auto llega al lugar, era una lujosa discoteca. Lilith observa con aprehensión las estatuas que adornan el lugar, algunas parecieron volver su cabeza siguiendo al grupo que entraba al concurrido lugar. Un hombre negro, y ojos rojizos los guio por un laberinto de paredes hasta llegar a un gran salón donde un grupo de personas parecían degustar sendas copas de vino rojo. Ellos quedaron en el centro de la habitación, el sonido de una puerta metálica resuena , de ella sale una mujer alta y delgada, su piel era translúcida, su rostro apenas se dibujaba embadurnado de una especie de bálsamo. Sus ojos eran quizás lo único hermoso en ella, enormes y negros, con cientos de destellos plata que refulgen en ellos, como si uno estuviese viendo el firmamento y el titilar de las estrellas.
—¿Tú eres Prisio? Preguntó con una voz ronca y definitivamente masculina.
Si, mi señora, hemos venido a traerte un obsequio, dijo sacando de sus ropas una pequeña caja conteniendo un rubí tan rojo como la sangre.
—Oh, es muy hermoso dijo ella llevándolo a su boca, mientras lo devora, pequeños hilos de sangre salen de las comisuras de sus labios.
—Gracias naga, estaba delicioso, los rubíes son mis favoritos, pero también amo los diamantes blancos. Dijo limpiando la sangre en su boca.
— Veo que has venido acompañado, dijo mirando a Deria y Lilith. ¿ Con que tú eres la hija de Gaia?; parece que mi padre quiere tu cabeza¿ Quieres decirme el motivo?
Lilith baja su mirada contestando: me quería como su amante.
— Oh vaya , sabes, el viejo es un tanto promiscuo, mi madre fue una mortal… en fin, qué desean de mí y qué puedo obtener a cambio?
— Queremos un mapa de los pasajes; sabemos que tu padre te lo obsequió . Respondió Prisio
— Eso es un poco peligroso, si mi padre sabe que se los entregue a ustedes podría tener problemas…
Lilith intervino: ¿ Más de los que ya tienes al ser exiliada del supramundo?
Ludvia miro a la joven con una sonrisa maliciosa.
— Sabes, dijo mirando al naga creo que tengo la solución perfecta; ella luchara contra mi, si puedo vencer, te entregaré a mi padre a cambio de un lugar en el supramundo, si no lo hago, tendrás los mapas.
Prisio la observó preocupado, Ludvia era muy poderosa, Lilith apenas había terminado su entrenamiento. Se retiraría sin el trato, conseguiría de otro modo los mapas. Hablo con Lilith por un momento, esta se negó.
— Debes confiar en mi naga, estoy preparada. Incluso si llego a perder, será mi destino. No puedo huir de cada batalla que se presente.
