Parte 6

Lilith la Reina de los Vampiros

// FINAL //

 Deria  que escuchaba cerca,  hizo un  gesto  señalando que se encontraba  de acuerdo.

— Es cierto Lilith, te dire algo, Ludvia tiene un punto débil,  su rostro, ves  como parece brillar, es un bálsamo que utiliza , la piel  de  su rostro es sumamente sensitiva en este mundo lo cual le causa gran dolor.  Toma, dijo dándole a Lilith un poco del polvo  que  desprendía su cuerpo.  Te servirá .

La joven aceptó.  Ludvia miraba a la chica con  cierto odio en su mirada.  Era tan bella, tan diferente a ella;  sabía que su  rostro  no inspiraba más que temor en quienes la conocían.Incluso en el supramundo siempre fue una  especie de paria. Trato  de   absorber las  esencias de las bellas diosas que se mofaban de ella, en un intento por obtener su  hermosura. Su padre terminó por expulsarla . Ahora  podría volver si logra vencer  a Lilith.

La zona fue despejada, Ludvia llamó  a sus sirvientes quienes le quitaron la capa que colgaba bajo sus hombros;  unas alas negras surgieron de aquel cuerpo blancuzco,  una especie de mariposa mutante.  Lilith se prepaó.  La lucha daría inicio en cuanto el gong  que   pendía de una de las paredes se hiciera escuchar, pero eso no sucedió.  Ludvia se anticipa lanzando un rayo de energía sobre Lilith, una luz rojiza golpea a la  vampiro en el pecho, un dolor indescriptible recorre  su cuerpo, parecía ser un fuego que quemaba su corazón y pulmones al mismo tiempo. La reina de la noche intenta lanzar un segundo rayo, pero Lilith   lo esquiva volando en el aire con una sorprendente  habilidad, las alas poderosas de Lilith   pueden  replegarse y  maniobrar en espacios pequeños.  Ludvia  pretendía   hacer lo mismo, pero sus enormes y torpes   alas chocan  contra las paredes. Lilith aprovecha aquella ventaja, su enemiga intenta alcanzarla de nuevo con sus rayos, Lilith  se sostiene   en el aire  a la espera de  que Ludvia dispare, en cuando su enemiga envía  su ataque,  Lilith  da forma a un espectacular  torbellino con su cuerpo ;  el rayo fue asimilado  por éste y enviado a todos los rincones del lugar; varios de los  súdbitos de Ludvia  mueren  al ser impactados; el naga y Deria  escapan del certero ataque  ocultando  sus cuerpos  bajo las mesas del  banquete.  La  reina  se encuentra furiosa, enviando todo su poder contra la joven; Lilith apenas puede  reaccionar : algunos de  los  aliados de Ludvia,  la atacan  por la espalda;  Prisio   no debe intervenir,  ese fue el  pacto. Ludvia se prepara para rematar a la chica, pero ésta  lanza  hacia su rostro el polvo  dorado de la pequeña hada. El grito  de la reina no se hace  esperar.  Su rostro parece  quemarse ante el efecto de aquel ataque.  Su desesperación  por tratar de que su piel volviera a respirar era frenética.  Lilith se apiadó de ella.

—Déjame ayudarte, dijo con  gentileza.

Ludvia  de rodillas, en el suelo le decía:

—No es suficiente lo que has hecho, toma , le dijo tirándole un cartucho de metal.  Allí están los mapas de los pasajes.¡ He cumplido mi promesa, vete!

— No, antes te ayudaré, dijo inclinándose  ante aquella  desdichada reina,   mordió su muñeca dejando que su sangre manara de  la herida, rociando el rostro de Ludvia, recitando   frases dotadas de magia  curativa. Esta sintió  un gran alivio   Lilith observó  sorprendida. La piel de su  infortunada  enemiga  recobra un tono lozano,   sus labios dejaron el aspecto agrietado y tosco para convertirse en hermosos y sensuales.  Los  ojos asombrados de  los que la miraban no daban crédito al cambio en ella.  

Ludvia  acaricia  suavemente su rostro ;  algo  había cambiado, con vehemencia solicitó un espejo a uno de sus  sirvientes.  La exclamación en su voz  era de alegría y  sorpresa.

—¿Qué ha pasado?  ¡Soy hermosa!  Mira, mira decía a Lilith; ¡ No siento dolor en mi piel!  ¿Cómo lo has  logrado?
—Es una  vieja magia utilizada por las diosas. Responde Lilith.

—¿Quieres decir que fui  estigmatizada por mi  fealdad habiendo una cura para ello?  Tanto dolor … si las diosas lo hubieran querido   me habrían ayudado. ¿ Por qué tal comportamiento? Son  espíritus poderosos…

—A pesar de ser dioses no están exentos de mezquindad, aun no han alcanzado la perfección, por lo que  suelen regodearse  con  el dolor de los demás… dijo Lilith  convencida  de sus propias palabras.

—-Disculpa, fui una  necia, dijo Ludvia estrechando la mano de Lilith, me queje  del comportamiento de los dioses y  termine  actuando de  manera  similar. Toma, dijo mientras ponía en sus manos un pequeño dije azul.  Te dará  aviso  cuando Ra Ur se acerque.  Espero que tengas suerte, luego,  uniendo sus manos dijo  en  voz  alta :  no temas pedir mi ayuda, princesa del inframundo, seré tu aliada. Inclinó  su cabeza en señal  de respeto,  dando por terminada  la reunión.  

Al salir, Rire emitió su característico saludo. Fuera del lugar esperaba pacientemente a su ama.  Esta vez Gaia no había intervenido. Prisio miró a Deria con satisfacción;  pronto Lilith  estaría lista para la gran batalla.

No lejos de allí, un gigante de apariencia  andrógina, observaba  con sumo  detalle  los signos de la atmósfera, volaría hacia el sur,  último   sitio donde los sensores del supramundo detectaron la esencia de Lilith. Respiró  hondo,  alcanzó  de su  cintura  una de las bolsas de viajes atada a un cinto de metal;  de allí sacó  unos cuantos espíritus duales,   y los devora  rápidamente.  Debía seguir su viaje. Una gigantesca sombra se  dibujaba sobre el suelo, pequeños animales se escondían bajo tierra, RaUr  estaba en el mundo humano. La muerte recorría el paisaje lentamente, mientras el  verdugo se regodeaba con el  hermoso paisaje. Pronto encontraría a su víctima, sería  cuestión de minutos acabar con ella;  luego podría regresar a su mundo…

La mañana transcurrió  con  su vida cotidiana dentro de la enorme vivienda. Rire  , atento,  miró  hacia el cielo.  Levantando el vuelo se  dirige  al sur, su instinto de protección le indica  que algo se aproxima … una brisa fría recorrió sus plumas.  Prisio  lo observa  alejarse.  Deria se acerca  un tanto  preocupada.  

—He sentido  el llanto de  diminutos  espíritus al ser devorados.

La tierra me ha advertido también  amiga,  la muerte se acerca;  es hora de preparar a Lilith.

Lilith  sube  hasta  la azotea del edificio;  ambos amigos la esperaban.  Deria la toma de la mano advirtiéndole mientras le señalaba al sur:

— Ra Ur viene hacia acá, no sé cuántos días tardará en llegar, debemos prepararnos

¿Como lo sabes? Preguntó  Lilith con rostro serio.

Prisio intervino: 

— La tierra  lo ha sentido pasar, debes  estar lista;  practicar con ahínco la magia de los mil espejos   será  necesario…

—No quiero tener que huir naga;  practicaré con mi espada también. Es hora de  la verdad, debo encontrar toda la fuerza  que sea posible, no huiré  de nuevo repitió  ante ellos, mi destino se cierra aquí.  Si  huyó , RaUr me perseguirá por el resto de mi vida, si pierdo,  podré descansar en paz.  

Sus amigos la miraron con respeto, inclinando su  frente  ante la figura de aquella guerrera.  Los días siguientes estuvieron repletos de  acción, luchas por la mañana, práctica de  magia por las tardes;  estrategia durante las noches.    Rire  inició  con  un extraño ulular… ella  contempló  el dije azul que Ludvia le había obsequiado y que ahora  pendía  del brazalete en su mano. El cristal destellaba.  Deria y Prisio se presentaron   de prisa en la enorme cocina.

—Ha llegado, dijo  Lilith  con voz confiada.

— Bien, exclama Prisio;   debes utilizar tus dones para llegar hasta la dimensión donde la lucha será llevada a cabo, no podrá ser en este plano, no debe haber testigos humanos de la batalla.

— ¿Quienes estarán  allí?  Pregunta   Lilith

La voz de Gaia retumba en el sitio:  él  te  espera hija, junto con  algunos esbirros de la corte y el Gran Padre.  Lucha con honor pequeña, desciendes de un humano poderoso y  la diosa madre. Ten coraje. Utiliza  tu inteligencia y tenacidad, Raur es poderoso sin embargo su anhelo de terminar pronto con el enemigo, le resta prudencia.  ¡Tienes  mi bendición amada hija!

Lilith  se preparaba para la gran batalla,  su traje de guerrera deja ver un cuerpo escultural, su largo cabello cae   por su espalda como una cascada de fuego… las hermosas alas similares a las de un ángel, lucen espléndidas;  antes de partir al plano del  inframundo donde se hallaba la  arena de lucha, toma  a Rire en su mano, restregando su cara amorosamente contra las plumas del búho.  Luego se dirigió a  Deria, tomándola en la palma de la mano  le dijo:  ha sido un honor luchar a tu lado  hada. Por último se dirige a Prisio quien la  contempla  con devoción,  se acerca a él;  este estira su mano con la palma abierta con la intención de  despedirse;  ella  sujeta la mano y con fuerza atrajo al distraído naga hacia ella, dándole un furioso beso, al que Prisio respondió con la misma pasión.  Luego acercándose a su oído le dijo:  sabes  naga he aprendido una gran lección, el amor es el único bálsamo en este mundo maldito que te hace sentir vivo y bien.  Cuidate, tengo la intención de volver a tus brazos. Lentamente se coloco en el centro  de la habitación, levanta sus brazos  haciendo la mágica  invocación:

¡A las arenas de guerra! Grita con  fuerza.

Ella desapareció en medio de un remolino.  Prisio  observa  a Deria diciendo:

— Deseo con todo mi corazón estar en ese sitio.

— Lo sé, dijo ella, yo también y creo que Rire   igual. Y bien, qué esperamos dijo, lanzando el tubo de metal con el mapa de los pasajes al piso.  El naga la mira  con  complicidad.  No tardarían en llegar al sitio.

Las arenas  constituían  un sitio extraño, rodeado  por una niebla de color  rojizo;  cerca de ella, en el lado norte, un atrio en forma de gradería  resguardaba  el Gran Padre y algunos de sus más fieles súdbitos.  Frente a  Lilith , un enorme gigante blanco, con alas  transparentes que dejan  ver todas las articulaciones  oscuras, unidas  a  una  delgada membrana;  se mostraba ansioso de terminar con aquella  vampiro insignificante. Su rostro  tenia dos orificios por nariz, sus enormes ojos  en color negro, parecían absorber toda la luz; una leyenda relataba que quien miraba directamente a sus ojos podía observar su propia muerte. Una boca repleta de  afilados dientes en forma de v invertidas le daba un aspecto verdaderamente terrorífico.  Una larga espada, pendía de su cinto.  Su vestimenta la formaba una camisola con un pantalón   hecho de  un tejido entrelazado en forma de  telaraña. Un   chaleco cubría su corazón,  cada   capa de  aquel metal estaba  formado  con los hilos de plata de las vidas arrancadas por  aquel  demonio  de devastación.

Es el primero en lanzarse al ataque.  Lilith evade  los primeros golpes dados con aquella poderosa espada.  Su estrategia consistía en estudiar los movimientos de aquel gigantesco guerrero.  Mientras  huía  de un golpe certero con la espada; RaUr  utiliza  una cadena formada  de eslabones con los huesos de sus enemigos  para golpear a Lilith en una de sus alas.  Esta dio un quejido, cayendo al suelo;  el guerrero se  prepara para dar la estocada final; Lilith  espero que se acercara lo suficiente;  cuando  RaUr estuvo lo bastante cerca, ésta utiliza la daga para clavar  el  pie  izquierdo del gigante  sobre la arena.   Ra Ur dio un  aullido de  dolor ; en ese momento sus amigos llegaban a la arena, logrando  ver  a Lilith  herida.  Prisio   intenta   ingresar  ,  una barrera invisible le detiene.

—Recuerda, dijo Deria, la arena no permitirá que ningún aliado intervenga, será una lucha justa.

Lilith recibió un certero golpe  sobre su  brazo derecho, la  daga cayó al  suelo ;  RaUr intentaba desesperadamente acabar con ella.  Lilith recordó las palabras de su madre.  Mira   a su  contrincante volar hacia ella con la espada en alto para rematarla;  ella  coloca   un puñado de tierra en sus manos lanzándola con fuerza a los ojos de su  contrincante;  este pierde  contacto visual con  ella; hasta que  un murmullo proveniente del atrio acalla el fragor de la batalla; Lilith se  posiciona  en la espalda del gigante, sus colmillos relucen  como  dagas de metal,   en un segundo las logra clavar con furia  sobre el cuello de su enemigo; la sangre  fluye  por  el pecho del luchador;  Lilith frenéticamente toma su parte  de aquel líquido con  un intenso y pesado sabor a magia oscura. RaUr  cae  pesadamente de rodillas, intentaba en vano tomar a su enemiga  para lanzarla lejos de él. La voz del Gran Padre se escucha:

—¡Déjalo  vivir Lilith, no te atrevas a matarle!   Ella se detuvo por un momento, volviendo su rostro ante el  imponente  Dios del submundo  que le ordena detenerse, y sosteniendo el cuello de RaUr en la misma posición   continúa succionando la vida  del  temible monstruo.

Luego lo  suelta, como si dijera que ha perdido el interés; la cabeza del gigante tocó  con estruendo el suelo.

—Has quebrantado tu propia ley, dijo Lilith al Gran Padre, te has inmiscuido en la batalla, por lo que yo soy la ganadora. La sangre del  arcángel de la muerte recorría sus cuerpo de forma  siniestra.  Su voz se enronqueció;  su cabello rojo   se convirtió en un negro azabache;  sus ojos resplandecían con furia.

— Es cierto, confirmo Gran Padre, reconozco tu  victoria. Pero tú  también has perdido…  la sangre del gran RaUr recorre tus venas;  te convertirá en la guerrera más poderosa que se ha conocido, o  se  transformará  en un ácido que  corroerá   tus venas hasta destruirte.

Lilith no  pudo terminar de escuchar las palabras del dios;  su mente se nublaba con terribles imágenes de muerte y desolación.  La comitiva  de espectadores desaparece, llevando consigo a RaUr mal herido. Prisio, Deria  y Rire  corren rápidamente a las arenas intentando auxiliar a  la guerrera que se debate en medio   de  dolorosos espasmos… Gaia llega  hasta ellos.

Mirando a su hija retorcerse con violencia  se inclina  y  sujeta   la  cabeza  de Lilith con sumo  afecto. 

—¿Puedes salvarla? Pregunta  Prisio con  desesperación en su voz.

—No, dijo ella,  Lilith debe luchar contra la sangre del ángel de la muerte.  La llevaremos a casa, dijo con tristeza. Por ahora es todo lo que podemos hacer.

La  guerrera  lucha con  tenacidad, esa mañana, pese a los cuidados amorosos de sus amigos,  la piel de Lilith tomoaun matiz  pálido, sus ojos  perdieron el  brillo, su cabellera  se torna aún más negra, su respiración era irregular. Prisio la  contempla  con  sumo dolor, la besa con fervor y luego se reclina sobre su oído  murmurando:

—Recuerdas lo que dijiste;  el amor es la única y maldita cosa que vale la pena en este mundo!  Es cierto, no te vayas,  nos esperan muchas aventuras.  Por favor no me abandones. 

Ella parece  agitarse un poco y luego  da un enorme suspiro. Prisio sale rápidamente  en busca de Gaia y Deria, espera que ellas le corroboren  la fatal noticia; al regresar, Lilith se hallaba sentada en su cama, sosteniendo a Rire y acariciando el plumaje   de  la cabeza del búho.  

—Vaya, lo lograste, dijo su orgullosa madre. ¡ Tu sangre  logró dominar  a la de RaUr, mira!  Le dijo   en tanto pone un espejo en sus manos.

Lilith da un respingo de sorpresa,  su cabellera  rojiza se  mezclaba junto con mechones negros como la noche.  Su belleza  ha   aumentado;  sus ojos  cambian  de color como en un caleidoscopio.  Pero lo que más  seduce  su atención eran aquellos finos colmillos  de plata que refulgen   dentro de su boca. Se sentía más fuerte, más segura.  Una tenue calma emanaba de su ser.

Prisio la  contempla  con admiración.  Deria  trata de  buscar en su cuerpo marcas  que le  asocien  con el ángel de la muerte.  Pero  era todo.  Lilith seguía siendo ella.  La  noche transcurre    en medio de una amistosa velada.  Gaia se despidió de su hija, se verían pronto.  Deria estaba cansada, Rire  alcanza con su vuelo  una de los   inmensas  vigas que cubrían el techo, intenta descansar;  Prisio no dejaba de  observar  con ojos absortos  a Lilith,  ésta se acerca al naga,  le sonriendo  maliciosamente mientras dice :

—Sabes naga, tú debes cumplir  la promesa que hiciste…

—¿Promesa?  Dijo él con una mirada de interrogación.

—Si, dijo ella,  soltando los tirantes que sostenían su bata de gasa roja, dejando caer su  ropa al suelo… cierto  naga   estuvo de acuerdo conmigo en que lo único que hace  este universo aceptable era el amor… quiero que  lo pruebes…

—  Se aproxima  a Prisio , besándole lentamente,  el naga responde  sin  inhibiciones;  ese amanecer  ruidos de placer provenientes de la habitación de Lilith llenaban  el aire. Ambos disfrutaban de su amor. 

FIN

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