Parte 4

La Rueda de Ixnor

// Parte 4 //


Melius  alcanzó una caja de suministros, sentándose frente a ella..

Es una larga historia, primero me presentaré. Soy Melius, del planeta Ziptrón, conocí a Primus cuando salvó mi vida,  nuestra raza   es conocida por ser los  mejores armeros  de la galaxia, creamos armas  mortíferas, defensivas, solíamos decir, somos pequeños en un universo lleno de peligros, una excusa viable, valedera. Pero ambiciosos ziptrons vendieron los prototipos de estas  armas,  otras  fueron robadas, debimos crear armas aún  más destructivas que las anteriores , un círculo donde no cabía otra elección, hasta que llegamos a crear la más destructiva de  ellas , al utilizarla  contra nuestros enemigos, el efecto fue devastador, la energía que destruyó las naves enemigas rebotó en nuestra atmósfera,  el calor incineró ciudades enteras, yo trataba de llevar mi familia y un grupo de amigos a  un lugar donde resguardarnos. Meses después sólo quedaban algunos ziptron   agonizantes, entre ellos yo,  Primus aterrizó  con su nave exploradora.  Trató de salvar  la vida  de   los que logramos sobrevivir a la catástrofe; al final solo pudo salvar mi vida.  Me explicó  que   buscaba componentes para  construir un bunker, un lugar seguro donde podría según sus  palabras : poder prevenir un posible  desastre. Me salvó la vida, me enseño a sobrellevar la carga de ser un armero ziptrón  que colaboró en el genocidio de su propio mundo incluyendo mi familia; no volvería a cometer el mismo error, por lo que  modifique  las armas con un dispositivo seleccionador. Notaste como pude destruir el cuerpo del truaba,  el seleccionador incluye miles de especies altamente  peligrosas, pero solo tiene  ciento tres consideradas mortales, el arma  es   mortífera  si no tiene elección, en tanto tienes el zumbador,  que te deja con  náuseas  por unos cuantos días, o el dormilón, nunca sabrás qué pasó,  o el hueso flojo, donde tus huesos pierden su estructura para convertirse en goma, no podrás moverte o caminar, te recuperarás hasta dos meses lunares después. Ese era mi amigo, yo estuve presente cuando  diseñó  la computadora  con la inteligencia artificial más desarrollada del universo, Primus   quería  utilizar  la conexión Inix para beneficio de toda criatura, no solo  el pueblo axnar,  era un devoto creyente que  el conocimiento bien aplicado  era el arma más poderosa , no tendrías que depender de determinada estructura para  asimilar el  conocimiento de una  computadora, estaría dentro de ti, a tu servicio, una simbiosis máquina  y organismo viviente, como nunca antes se vió.  Un sueño hermoso, donde no existía la codicia, ni la ambición de poder.   Solo yo parecía intuir lo que sucedía a su alrededor, Arrias y Simus  fingiendo  ser sus amigos y colaboradores, Anatea  lo traía de cabeza, Anax era demasiado viejo e ingenuo, Anxir  solo era  un joven atolondrado. Este búnker fue su  último trabajo, antes de prepararse para la instalación del sensor, cuando acepté su oferta de cuidar su bunker y enseñar a su pupilo creo que él ya intuía la traición.

—¿Crees que sabía cuánto dolor  le esperaba? Preguntó la joven.

—En verdad no lo sé,  él poseía una fe indiscutible en su raza. Afirmó con tristeza  el  ziptrón. 

—Es increíble Melius, analiza los datos, tu pueblo casi exterminado por sus propias armas, los axnar a  punto de extinción huyendo de los anterius…

—¿Los anterius  ? Cuando Primus escuchó  dicha  idea la desechó al instante, crear seres vivientes para un fin bélico… Sabes niña, cuando descargamos  los suministros de nuestra base secreta, Primus me dio esta llave, trae pergaminos con libros e historias tan antiguas como el mismo universo, él me dijo que esta  estrella negra guardaba uno de los secretos más  grandes  de la galaxia, en su base, tiene  relieves, con un extraño lenguaje.

Primus me hizo memorizarlo, explicó que su sucesor encontraría  su  significado:

La fuerza yace dentro, quien la encuentre, será libre y hará libre a su pueblo.

Astrigod   se acercó al triángulo. Sentía una fuerza que  surgía  en  ella, pero en qué consistía esa fuerza, ¿cuál sería su fin ?

Miró a Melius quien arrastraba un pesado baúl hacia ella. Construido en hermosa madera, con relieves y crípticos en todo su alrededor, Astrigod  quedó extasiada, sus manos tocaron la fina madera, analizaron  los relieves, sintió el olor ancestral del bosque donde  el árbol   dio su fuerza y belleza para crear esta hermosa obra de arte.   Al  abrir la decorada tapa, un  suspiro de sorpresa inundó el bunker. Pergaminos tan antiguos como  el universo mismo, se apilaban junto a aparatos tan extraños, algunos guardaban una   música tan  exquisita, Astrigod  buscaba afanosamente con sus manos, una  tras otras las maravillas dentro del baúl, hasta que  descubrió un dispositivo  del que  escuchó  hablar a los viajeros, una  LLAVE MAYA,   utilizada siglos atrás por la raza   que dio origen a los axnar:  el hombre.

 La joven la   sujetó  entre  sus dedos con reverencia, luego la colocó en su sensor. Sus ojos se abrieron demostrando  la sorpresa, luego una leve sonrisa dio paso  a las palabras. Dirigiéndose hacia Melius le dijo:  es el programa Grillo , la conciencia perdida  de Inix.  Esto significa el fin del gobierno científico.

—Ten mucho cuidado Astrigod,  si ellos lo supieran,  trataran de eliminarte   como hicieron con los primeros anterius, le dijo Melius

—Lo sé amigo, he visto  su modus operandi , el individuo debe ser sacrificado por el bien común, sobre todo si el bien común significa  su poder, contestó Astrigod.

La tarde transcurrió demasiado aprisa para la joven, las sombras de los soles naranja se sucedían con frecuencia, los mantras empezaron a cerrar sus tentáculos, Astrigod aún seguía leyendo los pergaminos

Melius la retó:  —Astrigod, es tarde, te echarán de menos en la base.

Astrigod se  volvió lentamente hacia Melius, sus ojos miraron retadoramente  al maestro de  armas ziptrón diciéndole:

—Estoy en casa Melius. Sus bellos ojos brillaron con intensidad.





Capitulo 4 // La Desaparición Astrigod

En la base alfa , dentro del edificio  de los científicos, un hombre de cabello blanco camina hacia la habitación de su colega Anxir. Al llegar a esta, sus dedos se mueven nerviosamente,  una y otra vez recorren el sensorio colocado en su muñeca. Anxir se presenta frente a él

—Qué pasa señor, parece preocupado, pregunta Anxir

Anar se acerca a su oído para decirle que Astrigod no ha regresado y que Inix no la ha podido localizar.

—Temo por ella Anxir, es tan impetuosa, sus ojos claros y bondadosos expresaban sincera preocupación.

—Que Inix la localice por medio de su sensorio, la CI la encontrará, replicó Anxir

—No entiendes verdad Anxir, la única manera de que un axnar no sea encontrado por Inix es que haya desaparecido o extraído por los anterius, de otra manera es imposible, nadie puede bloquear adrede su conexión.

—Sé que los anterius están lejos, Anar, pero  Astrigod no es un axnar cualquiera,  pasó  algo extraño  con  esa chica, mira  Anar  voy a contarte  lo que sucedió  hace unos  días, en la base de los artesanos vi como moría Primus Alfa frente a Astrigod,  recuerdas cuando recuperamos  los cuerpos de los  extraídos por los anterius,  el deterioro y señales del cuerpo debido a la extracción de datos, pues  fue presenciar una  ,  me niego a  pensar  que  fue  propiciada por ella, ignoro lo  sucedido ,  desde ese entonces he notado cosas en nuestra Astrigod,  no lo dije antes porque sé  que Simus y Arrias no la dejarían en paz…

—¿Qué cosas has notado en ella?  preguntó Anar

—Cosas realmente extrañas, su capacidad cognoscitiva aumentó de manera impresionante, ha tenido sueños primigenios Anar, escuchaste, por la descripción se remontan al nacimiento del hombre como nuestro antepasado…

—¿Estás seguro de lo que dices Anxir? Preguntó Anar

—Claro que sí  amigo. Hace unos días se presentó a mi laboratorio con un diseño de nave nunca vista, me explicó que la había soñado, incluso trazó un mapa de agujeros de gusano  usados por el primer Viajero, su diseño contaba con una plataforma tiempo espacio como nunca  antes he visto, tuve que hacerla jurar que destruiría los diseños por miedo a que Simus o Arrias se enterasen… , creerás que me he  vuelto loco, pero cuando describe el diseño carraspea  nerviosamente, como lo hacía Primus  cuando estaba a punto de dar a luz una genial idea.   Y te contaré algo que me pareció espeluznante, Anatea llegó  a mi habitación hecha una fiera,  reclamando   el porqué  se había  enterado  Astrigod de  su romance con Primus,  cómo me atreví a decirle a la chica el sobrenombre  con que Primus  la llamaba…nunca lo hice, incluso lo había olvidado … Temo por Astrigod, igual que tú Anar,  creo que ha llegado el tiempo del cambio.  Anxir miró tristemente hacia su mesita de noche, una videofoto mostraba Astrigod abrazada a él.

—Debemos ser más rápidos que Simus y Arrias, trata de esclarecer con Inix el último lugar donde  localizó a  Astrigod.  Ambos se dirigieron rápidamente a una de las terminales de Inix, no deben utilizar  el sensor, eso daría acceso a los demás científicos a los datos de la desaparición de la joven, solo tenía  unas cuantas horas a su favor.
Al llegar Anxir  pidió a   Inix  la última posición  de Astrigod. 

Ambos se sorprendieron.  La antigua base, plataforma de construcción de la base alfa.

Dieron la orden a Inix  de bloquear  toda información referente a Inix

Lo intentaré replicó la computadora.

Una vez localizada la última posición de la axnar, los científicos caminaron hacia el hangar, tomaron  la pequeña escaladora, un robot  tipo araña, no levantaría polvo, dos asientos para exploradores, una cubierta  les protegería de   la lluvia radiactiva, partieron sin más, ambos absortos, preocupados…

Anatea  seguía  los pasos de ambos científicos, desde que  Astrigod  la llamó Señorita Daysi, esta no  dejó  de vigilar a la chica,  ahora al ponerse uno de los soles rojos confirmó que  Astrigod  no regresó, y ahora estos dos escabulléndose para salir de la base.  Velozmente corría hacia el edificio central, ahí puso en antecedentes a Arrias y Simus.

Este último la trató despectivamente, preguntándole si estaba segura de lo que decía. Esto enfureció a la mujer, quien bruscamente le dijo

—Puedes cerciorarte pregunta a Inix por el paradero de Astrigod
Simus así lo hizo.

Inix no consiguió bloquear los datos de la ubicación de la joven,el sensorio de Arrias  dio su posición  aproximada.

Simus   contempló  desconcertado a Arrias, la  primera  base  alfa, un lugar inhóspito, deteriorado,  algunas fieras de la zona  llegaban a cazar allí.  Pensó que sería una lástima perder un conejillo de indias como Astrigod, pero luego su mente dio paso a la influencia de Arrias considerándola una molestia, quizás solo tuvieron un poco de suerte. Sin embargo investigaría, Simus partió  en una nave de reconocimiento,  las alas achatadas de la nave   contenían  pequeñas celdas de plasma que le daban la energía necesaria,  su  forma almendrada, tres puestos para personal , no poseía  escotillas ni vistas exteriores, su blindaje era total, una potente cámara escanea , y  verifica,  enviando  datos e imágenes a un visor colocado  frente al  del piloto,  cuando el escudo se desactivo en el área de salida de las naves, esta se deslizó por el espacio, sin ruido, casi invisible al ojo , los destellos del metal  organium con que fue creada, se adaptan  al  entorno de la atmósfera donde  eran utilizados.

Si estaba muerta bien, pero si la chica planeaba alguna cosa, la nave le daría el factor sorpresa… al menos eso pensaba Simus.

Anar y Anxir  bajaron con premura del explorador araña ,  recorrieron   la estación, Anxir fue el primero que encontró  rastros del animal. Un sonido  chirriante  provenía del suelo, la cara de sorpresa de ambos   al aparecer  Astrigod  acompañada de Melius  se convirtió en regaño para Astrigod.

—¿Qué ha pasado Astrigod?  ¿Sabes lo que te espera si Simus y Arrias se enteran de tu desaparición? Ni siquiera Inix te podía encontrar,¿ A qué juegas chiquilla? ¿Quieres volvernos locos? Gruñó Anxir.

—Calmate Anxir, le ordenó gentilmente Anar, vimos restos de un truaba en la  entrada ,¿ te ha hecho daño?

¿Podrías explicarme qué pasa con su cuerpo?

En ese momento Melius hablo

—Un gelatinizador señor, trató de explicar Melius

Pero Anxir no pareció atender a la explicación del raro hombrecillo   que  estaba junto a Astrigod
Anar   observó  a Melius preguntándole quién era y qué  hacía  en ese lugar, la andanada de preguntas caía sobre Melius sin descanso.  

—¿Cómo has podido sobrevivir, a qué nación pertenecía, qué era un gelatinizador? Acercándose  trató de tocar una daga de hermosa empuñadura que colgaba del cinturón de Melius. Este agradecido al ver la atención de Anar hacia él le dijo

—Ven te llevaré  donde tengo mis armas, luego te explicare paso a paso quien soy, dijo Melius.

Anxir aún retaba a Astrigod por su comportamiento, ni siquiera el  ruido  que producía el ascensor del bunker lo distrajo.

Astrigod lo miro con cariño,  luego   sujetó su mano,  mientras le mira fijamente a los ojos dijo

—Padre, te llamo   de esa  manera porque siempre me has  demostrado  afecto,   eso es lo que  eres para mi , pero hoy te mostrare porque las cosas han cambiado ,colocando su sensor sobre el sensorio de Anxir.
Es hora de  que conozcas nuestra misión

El rostro de Anxir   se contrajo en una mueca de desconcierto, poco a poco  sus músculos empezaron a relajarse, un  suspiro de alivio brotó de su pecho en cuanto Astrigod separó su sensorio.

—Anxir, soy yo muchacho, recuerdas la primera vez que me conociste, tartamudeas  al preguntar, la voz de Primus salía de los labios de Astrigod.

Anxir miro a los negros ojos de Astrigod. Su rostro era el mismo, pero su  actitud, la posición atlética de su cuerpo, un aire de seguridad, que solo el dolor y los años parecían  otorgar emana de  aquel  cuerpo y pertenecían a Primus.

—¿Primus   en verdad eres tú?  Pregunta preocupado Anxir.   ¿Qué quieres de mi niña ? Temo por ella.

—Astrigod habló de nuevo. Una sonrisa se  esbozó en su rostro.  Tomándole de los hombros lo condujo hasta el ascensor. Es hora de que conozcas el búnker, mi as bajo la manga .

Anxir se deja guiar, todavía aturdido, pero tranquilo.   Confiaba  ciegamente en Primus..   ¿Quién era Astrigod ahora? ¿Cuanto de ella quedaba allí, en ese cuerpo adolescente?   ¿Lograría cambiar el destino del pueblo axnar? Las preguntas se sucedían una  tras otra, decidió no pensar más,   simplemente confiaría.

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