Parte 1

Una Historia Navideña

// Parte 1 //

Santa  convocó  a una reunión urgente del Comando  Alegria,  al parecer  un robo en la bóveda de las  mágicas esferas ponía en entredicho la seguridad  de la futura navidad. En la base del comando una alerta  era escuchada con fuerza,  el  suceso  merecía toda su atención.   

Bunnie  uno de los  guardias especiales  pertenecientes al grupo se desperezó  con un enorme bostezo  en su  cama, hace  mucho tiempo la alarma no se  activaba,  eran un Comando de Fuerzas navideñas Especial,  conformado por soldados leales  al  reino navideño,  habían estado en batallas legendarias,  contra la rebelión de los Señores de la Nieve,  contra  el  Kringuel,  versión oscura de  Santa,  incluso contra  las  Diosas  Heladas,  los  Señores de la niebla y los Lobos  Devoradores de  Espíritus  Gentiles,  ahora todo parecía  estar en calma, hasta ese momento,  donde el jefe del grupo  especial  de  combatientes se presento  en  la oficina central, requiriendo con un altavoz la presencia de su equipo, lo conocían,  de modo que rápidamente  respondieron a su llamada.

Una    enorme taza de chocolate  les acompañaba  a los    cuatro   durante la reunión de urgencia. Santa  se presento por videollamada, lucía algo cansado.

— Chicos tenemos problemas, la bóveda  de esferas  mágicas  ha sido asaltada,  y se han llevado el Báculo  de la Eterna Esperanza…

— Cómo diablos  sucedió,  se supone que esa bóveda era inexpugnable,  dijo con molestia Aran,  jefe del equipo.
— Tú lo has dicho…  fue, era, tiempo pretérito, pasado  antiguo,  han robado el poderoso bastión cerca de la navidad,  creo que   debemos investigar  si es posible la participación de un gato casero…  replicó Bunnie, por lo que  sin lugar  a dudas no existirán nuestras vacaciones navideñas…  hurra!

— Vamos, replicó   Harper,  hace  tiempo  no tenemos misiones  con un rango  de peligro y urgencia  como este,   quieres  dejar de quejarte,  quizás   ni siquiera nos lleve una semana  dar con el paradero  del  Báculo de la Eterna Esperanza.

— Ah…  allí vas de nuevo,  sabes que tu optimismo  es demasiado para mi,  porqué todo lo  tienes que ver de ese modo,  acaso no puedes pensar que el   Báculo  por su valía puede estar   fuera de nuestro alcance,  incluso dentro de una subasta  con compradores del inframundo, que harían cualquier cosa por desaparecer  el espíritu  de la navidad.  Dijo  Bunnie  con  mala cara.

— Vamos chicos, intervino  Carpenter,  el experto en armas  y tecnología defensiva del grupo, debemos concentrarnos en la misión, falta poco para el día  especial,  por favor debemos  enfocarnos, creo que debemos ir  a la bóveda, intentaremos  recabar   pistas.

— Gracias, replicó   Santa,  no he de   recordarles  lo importante  que  es ese Báculo para  la villa navideña y el resto del mundo,  sin   nuestro preciado  grial  perderemos la batalla contra las Sombras. Confió plenamente en que lograran dar con él.  Dijo despidiéndose  del grupo.

Terminaron su desayuno,  una  ducha y sus uniformes militares  les distinguieron como el grupo   que   ingreso  al complejo de seguridad,  era difícil de creer para Aran que  fuese tan fácil robar la valiosa La   pieza que fue resguardada  por el    sistema  de alarmas,  cámaras de  vigilancia modernas,  alarmas láser,  dispositivos que  Carpenter  consiguió   dentro del mundo moderno,  no  era para nada viable que  un simple sujeto  traspasara   un sistema de seguridad tan refinado  como aquel.  La inspección fue llevada a cabo minuciosamente,  nada parecía fuera del lugar,  excepto que el  Báculo no se hallaba dentro de su esfera protectora,  el instinto  de Aran  se disparó,  mirando hacia las repisas que contenían las esferas mágicas,  cerca  del domo  protector del Báculo ,  allí  algunos cabellos blancos  que parecían ser  de algún animal   salían de una de las  esferas,  al tomarla  Aran se dio cuenta que  era un portal de viajes,  alguien había  introducido   la burbuja a la bóveda,  el  pasaje permitiría al ladrón entrar y salir sin ser notado. Bunnie tenía razón al decir que   la participación interna era requerida para lograr el robo.

Dentro de la base,  en el laboratorio Carpenter  analizó  los cabellos hallados en el sitio del robo,  pertenecían   a los endriagos blancos,  mitad humanos, mitad  lobos blancos,  lo   que    incrementaba  su curiosidad,  los  Llanar   eran pacíficos, nunca  dieron algún problema dentro del  Mundo de  las  Nieves Perpetuas,  reconocidos como hábiles artesanos y  cazadores  no deberían estar implicados en   estos  peligrosos menesteres.

A razón de qué, o porque ?  Era la pregunta que comenzó  a rondar la  cabeza del grupo élite de seguridad. 

El primer  paso sería  encaminarse a la aldea de los Llanar,  recabar información y verificar sus sospechas.  El vehiculo  de la misión   fue    preparado por  Waiti  el oso de peluche a cargo del dispositivo de  planificación.  Tomó  varias cajas de melcochas proteinicas,  alimentos preparados,  en los que incluía  jamón, tiras de carne seca,  enlatados  con  vegetales,  en fin  todas las raciones militares  necesarias para algunas semanas de expedición.  Era un soldado   meticuloso   y organizado.  Su   aspecto  antiguo, de oso  de colección ingles le daba cierto aire   de pertenecer a la realeza,  un monóculo que utilizaba  como adorno   le  daba el toque final  a su  noble apariencia. Gentil  por   naturaleza  era  un  amigo confiable y  de   carácter ameno  podía convertir  una reunión aburrida en un emocionante  encuentro  de amigos.  Su uniforme militar escondía  bajo su chaqueta a la oveja  de la suerte,  talismán que le acompañaba desde que un grupo  de   alebrijes  mexicanos   visitara a Santa  para recorrer su famosa fábrica de juguetes  y se la obsequiara. Para escapar de  las burlas del agrio capitán Bunnie  escondía a Be  bajo  su  chaqueta militar.   

 Bunnie  era  un chico   nacido de  madre elfa y un  padre  ogro,  la madre le aporto belleza,  en tanto que   su padre le otorgó su agrio  e hiriente carácter.  Era  el tipo  al que nadie  quería invitar a una fiesta,  sarcástico  y malhumorado solía hacer pasar un mal rato a sus conocidos y a pocos  amigos con los que  contaba.  Su lema  ante las criticas hacia su    desafiante  personalidad  era el de   Si ya saben como soy, para que invitarme.   Pese  a ello  el grupo de combatientes élite sabia que  la lealtad y sacrificio eran su baluarte.  Amaba  los cigarrillos de chocolate,  por lo que bien podía descontar media docena de  paquetes  en tan solo  un día. 

Bunnie  se presento ante su comandante Aran para indicarle que el equipo para la expedición estaba listo.  Este miro  al gigantesco mapa que se hallaban  en la pantalla,   para llegar a la aldea Llanar  debían cruzar  por el Lago de Hielo, evitar a como diera lugar la aldea de las Brujas  de la Nieve,  llevar algunos tributos  para los Yetti,  y prepararse para   encontrar a los   Espectros Blancos,  una especie  de espíritus errantes que robaban el alma  de los  caminantes  perdidos.  Suspiro con  fastidio,  hace tiempo que  su trabajo se había  enfatizado en la vigilancia y protección  de la aldea de   duendes y la fábrica, un trabajo aburrido y rutinario,  lejos de las  batallas por  vencer al Señor de las Nieves y la Diosa de la Niebla  que se confabulaban para  acabar con la entrega de juguetes,  eran otros tiempos,  ahora incluso su  espíritu  navideño rondaba los límites  ante una sociedad   convulsa, repleta de guerras y sufrimiento que  a su pesar incluía victimas inocentes  como mujeres, niños,   y ancianos.  El mundo no era un lugar fácil  para  convivir,  pese a ello  el espíritu   de solidaridad  navideño proveía una  cuna pródiga  que invitaba  a un futuro mejor,  esta vez  dudaba que  el árbol  de fe humano rindiese frutos,  estaba preocupado  de que sus raíces estuviesen demasiado putrefactas   para lograr  vencer  el desánimo que  cubría al mundo.  Era un   elfo  de gran altura,  su cuerpo  atlético, un hermoso  rostro y sus ojos grises  terminaban  por conferirle  un aire misterioso.  Su carácter  de estratega  le confirió  el éxito en las más duras  batallas,  protector de sus  soldados, de amplia experiencia en el campo de batalla, conocedor de las  inmensas tierras del norte  y sus habitantes  le  otorgaban el merito de Gran General  del Polo Norte.  Partirían a la misión el día siguiente. 
 
Carpenter  fue el encargado de proveer al grupo de élite todos los nuevos aditamentos  para   llevar a cabo con éxito la  misión.  Gases de la risas que  paralizaban  a los posibles enemigos,  bombas de  niebla multicolor  que  ante  un escape   serían capaces  de  protegerles,  armas  sedantes,   suero de la verdad,  caramelos  chiclosos  capaces de detener  cualquier vehículo  que usaran   sus rivales,  todo  arma fue  ampliamente revisada por Carpenter,  ninguna debía ser letal.  Ah, la bazuka  con polvos picantes  era su arma favorita,  disfrutaba ver   cómo al ser lanzada producía escozor y comezón en  sus enemigos. Verificó  que se hallase dentro del vehículo blindado   que les  acompañaría  en la misión.  

El   cabo Harper   escondía en su mochila los regalos que llevaría  a su aliados,  a los yetti  les encantaban los caramelos de menta,  para  algunos de sus amigos  llanar    paquetes de carne seca, y  un  precioso dije para una de las brujas Blancas, una joven  tímida que conoció  por medio de   Santagram, estaba encantado  con su dulce sonrisa,  tenían muchos gustos  similares,  pese  a  tener una reputación  de ser   estar en constante  guerra con  la Ciudad Mágica del  Polo Norte.  Su nombre de usuario  era el de  Santa Helper  1 y  Jolie give maker  pertenecía a la hermosa joven.  Al fin la conocería en persona,   escogería un sitio donde sus compañeros y las viejas brujas blancas no  se enterasen de dicha reunión.  Estaba realmente feliz.

El equipo listo,  el  blindado  listo, las orugas del   transporte fueron revisadas por los duendes , la madrugada     fue la hora escogida  para partir,    los paneles  solares estaban preparados,  la marcha dio inició,    el mapa  digital    fue colocado dentro de la computadora del auto.  Los  5  miembros del equipo  hicieron un circulo,  estiraron su brazo derecho y lanzaron su grito de guerra

LA VICTORIA DEBE SER NUESTRA!  el  enorme vehículo dejaba su  rastro sobre la nieve.  El Gran Jefe Santa les miro  desde el centro de monitoreo,  su  aspecto preocupado no   fue obviado    por  su  Jefe Duende.

— Crees que la misión sea peligrosa?  Preguntó.

— De dicha misión depende   el futuro de nuestra ciudad, espero que puedan tener éxito.  Ah… deshazte de la esfera de los Pasajes,  ponla en mi caja fuerte de nuevo.


Capitulo 2 // La Verdad es Relativa

Aran   da la orden de  activar el sistema   navegacional   del  vehículo al  satélite  llamado Estrella de Navidad,   necesitan   llegar  sin retrasos a los sitios  donde iniciarán  la investigación.  Tendrían que cruzar    el  impresionante Lago de Hielo,  una visión  majestuosa aparece   ante los ojos del equipo,  el color azul del cielo  es reflejado   sobre  la superficie del lago,   dando la apariencia en el horizonte   que    cielo y lago eran uno mismo.  Un    dron de reconocimiento   es    enviado a testear la superficie  con el fin de  detectar los sitios  seguros para que al cruzar  el   pesado  transporte no tuviera  inconvenientes.  Tardarían al menos tres días  en cruzar el lago,  el frío aun  no   calaba con tanta intensidad,    empero dentro de unos días   podrá ser  necesario  implementar la calefacción  dentro de las tiendas para dormir.  Waiti preparó concienzudamente   las  tiendas de campaña y las raciones  militares   Pastel de calabaza y  algunas tiras de carne seca  fueron la cena.   Bunnie se quejó de que la carne estaba  demasiado salada,  el resto  consumió  su cena sin protestar,  dando las gracias al  pequeño  ayudante.  Waiti   dejo de tomar en cuenta  los comentarios del ácido capitán  Bunnie ,  de todos modos  servir al quisquilloso  soldado de élite no era fácil,  siempre hallaría una queja  a su haber,  recogió  el lugar, los envases de alimentos  serían reciclados,   terminada la cena  no había signos de que  algo hubiese ocurrido dentro de la ordenada tienda comedor.  Una vez terminadas sus tareas  preparó su saco de dormir,  hurgó  bajo su camiseta y saco a Bee, su ovejita de la suerte,   tenía cerca de dos años con  su pequeño regalo,  una  figura de peluche  obsequiada por los   chicos  mágicos   de los Alebrijes,  nunca había recibido  algo similar,   la oveja se convirtió pronto en su confidente y amigo,  lo acarició con afecto  y colocó   de nuevo  bajo su  abrigada chaqueta.  Sabía que a Bee  le gustaba dormir bajo el rítmico sonido  de su  corazón.  Era hora de dormir. 

 El Lago  de Hielo     sería la parte más cómoda del viaje, conforme se adentran   dentro del helado paisaje  el peligro  estaría  muy cerca.  Cuatro días después  el   hipnótico paisaje desaparecía  ante ellos  dando paso a  una cadena impresionante de montañas,  debían evitar a toda costa la aldea  de las Brujas Blancas,  encuentros anteriores   con    vigilantes había dado como resultado que estos desaparecieran  sin dejar rastros,  existían muchas leyendas acerca de dichas   prácticas entre las   brujas,  muchos decían que eran tomados como prisioneros    con el objetivo de convertirse en una especie de esposos y esclavos  a sus órdenes.    Algunos  pobladores del polo norte  aseguraban que eran consumidos como alimentos,  o convertidos en sacrificios a  los Espectros Blancos para evitar confrontaciones con ellos.   Aran  duda  de  algunas de esas historias,  pese a ello    está  seguro que eran  una de las tribus   más  peligrosas, que junto a los Espectros se convertirían  en un posible dolor de cabeza durante esta misión.

Harper parecía  preocupado,  apenas ceno,  pidió dar un paseo  antes  de dormir. La  noche  era  magífica para hacerlo,  presentando sus mejores galas  el cielo  competía     con brillantes  cuerpos celestes que parecían  rivalizar  entre ellos,  no hacía demasiado frío,  la nieve  no estaba demasiado profunda,  el chico   observó  su rastreador,  doscientos metros más allá, un objeto era marcado   con  la posición  escogida por la joven Bruja Blanca y Harper para encontrarse.  El corazón del chico  se acelera cuanto más se acerca a su objetivo, ¿ Cómo sería su nueva amiga?    Escuchó las leyendas  referentes al clan de las Brujas Blancas   de inmediato las deshecho,  la  personalidad de la chica  se sentía gentil,  o al menos  de esa manera   parecía ser en el chat.  Cuando estuvo cerca   pudo apreciar la belleza deslumbrante de la chica,  sus ojos de color azul intenso  competían  con un largo cabello blanco  que caía por su espalda.  Su piel  acaramelada   le otorga una  belleza  exótica,  su  rostro era  hermoso,  una pequeña estrella  se dibujaba en su frente. Quedó  gratamente   complacido   la espera para lograr conocerle  había valido la pena, ella sonrió.

— Debo darme prisa, le dijo, mi nana   estará   buscándome, le dijo   con una voz dulce y cristalina.
El rápidamente tomó  su bolso de viaje y sacó una hermosa horquilla  de  lágrimas de dragón, piedras preciosas que  se   hallaban dentro de las cuevas  mágicas del polo norte,    poderosos talismanes de amor  que reflejaban  la luz  en miles de colores,  estiró su mano hacia ella.

— Es para ti, le dijo con voz nerviosa,  espero que  puedas recordarme cuando  lo mires.
— Es hermoso, gracias,  ahora  debo irme,  si me encuentran  aquí contigo  será un problema para ambos.  Estaremos  en contacto, le dijo  mientras     se miraban   absortos.    Ella desapareció  en medio de la nieve y escarcha  que  surgió a su  alrededor,  Harper se sentía hechizado,  lentamente  se dirigió de nuevo al campamento sin olvidar la belleza de la joven.  Se sentía halagado que ella recibiese su obsequio,  esa noche sus sueños  estuvieron poblados  con la  presencia de la  joven bruja.

La aldea de los Llanar  era un pacifico sitio,  sus habitantes eran reconocidos por su lealtad y  su valía como  grandes  artesanos creando  cabañas decoradas con    brillantes y hermosos colores, los diseños en sus maderas  eran legendarias en Ciudad del Norte.  Su líder Akar  les recibió con suma amabilidad,  aceptando  los regalos de los guerreros.  Ante las preguntas de Aran  rechazó  los cuestionamientos uno a uno,   las esferas que contenían portales solo podían ser utilizadas por un Maestro Supremo,  ninguno  de sus  habitantes  podrían  abrir el portal sin las   secuencias mágicas  que debían ser convocadas.   Aran se culpó, había olvidado ese    detalle,  el portal se abría   solo  ante el llamamiento  de los Primordiales,    imposible para   un  llanar llevar a cabo la misión en solitario.

El viaje proseguía  sin   retrasos,  el Valle de los Yetti  sería su próxima parada,  podrían    disfrutar  de la amabilidad de los gigantes,  esa tarde observaron los gigantescos iglús   que poblaban la aldea.  Fueron recibidos por su jefe Lsargo  y los niños  de la tribu.   Semejantes  a  monos  gigantescos, repletos de largo y  sedoso  cabello blanco,   usaban un  traje de dos piezas,  sus  pantalones y una camisola larga repleta de  preciosos diseños bordados por las hembras de la tribu,  el jefe   utilizaba un   tahalí  adornado con    rubíes  y diamantes que solían encontrarse en minas cercanas .  Su rostro humano,  casi infantil, contrasta con los enormes  colmillos  que salían de su boca.

— Hermano Aran, tanto tiempo sin ver al    general más famoso de Ciudad Norte, qué te trae por aquí?

— El Báculo de la magia Navideña fue sustraído del salón de esferas,    su señal nos guía  más allá del Valle de los Espectros.

—¿ Quién podría atreverse a robar  ese artefacto mágico?  Su poder es inútil sin el conocimiento  y  la energía  que pueda activarlo.  Cuando la magia navideña fue condensado   dentro del Báculo los Primordiales   le  protegieron,  solo  el  espíritu brillante  podría liberar el poder que yace    en su interior.

—¿ Qué más sabes sobre  él?  No tengo demasiada  noción acerca  de el motivo con que fue creado¿ tú lo sabes?   Preguntó Aran  mientras que sus compañeros tomaban el lugar cerca  de la fogata    que les ofrecía calor, las noches empezaban a enfriarse  de manera rápida, pronto  darán inicio  las ventiscas y tormentas de nieve.
— Mi  padre  relataba que hace  cientos de años  el espíritu  navideño fue capturado  por el poderoso Mago  Negro,  éste   deseaba hundir al mundo en la tristeza y desesperanza,  Santa y sus aliados, Madre Naturaleza, la tribu    de los Elfos,  los Yetti,  e incluso las  Brujas de Nieve  colaboraron con la liberación de la magia,   pero temerosos de que un evento  similar ocurriera  se pensó  en enfrascar el espíritu   navideño y  mantenerle de esa manera,  para que no  sufriese daño  alguno.

— Las Brujas Blancas   participaron  también?  Preguntó Harper

— Oh por supuesto,   ellas formaron parte de los aliados,  pero  un elfo  traiciono a su reina,  y eso dio origen a la   enemistad  que hasta ahora existe.  La reina dicto leyes   consideradas extremas, ninguna bruja puede relacionarse con un elfo,  so pena  de muerte.  Decisión extrema a mi parecer, pero qué sé yo, dijo el rey  yetti  riendo, cada loco con su tema.  Creo que es hora de descansar, hemos preparado   un lugar para ustedes,  espero descansen,  su viaje no será un paseo por el parque se los aseguro, los Espectros Blancos han estado muy activos,  deben de tener  cuidado.  Termino diciendo mientras  daba las buenas noches.

El grupo  de guerreros se dirigió   hacia el iglú  que  tenia preparado   el rey yetti ,   las camas y pieles  les dieron una cálida noche, Harper parecía preocupado, las palabras     so  pena de muerte   rondaban su mente.
Aran  planificaba el  plan  de  avanzada,  Bunnie  se quejaba   acerca del olor de las pieles para dormir,  Carpenter probaba el sensor  de energía  continua y   Waiti  sacaba a Be para acercarlo a su rostro.

Esa  mañana partían de nuevo, no sin antes dejar  los obsequios  traídos para ellos,   el    disco solar les señalaba el camino,    medio día después  comenzaban a notar los arboles  que crecían   repletos de   caramelos y  bastones de menta, algunos   habían caído al suelo,   Waiti       hizo que detuvieran el vehículo  para recoger algunos.    Mientras llenaba la canasta con los deliciosos frutos pudo notar  las huellas de algunos   tigres de nieve,  pero se hallaban demasiado lejos de sus montañas,  lo comento a Aran en tanto cargaba con el botín recogido.  El  general  sorprendido le preguntó de nuevo si estaba seguro que las huellas pertenecían a uno de ellos.   
— Mira,  sus huellas son enormes,  y la características en  sus garras son únicas, no tengo dudas,  lo que me llama la atención es el hecho de que estén tan  lejos de su   territorio.

— Pienso  que hay cosas que no   corresponden  a  los hechos,  por  qué robarse un báculo que no pueden utilizar?   Porqué los Espectros Blancos  aumentaron su actividad,     junto a tigres de nieve que  dejan  su  territorio…  todo me parece demasiado  sospechoso,  espero no toparnos con  más  sorpresas.

— Crees que se trate de algo más que un robo?  Preguntó Carpenter.

— Demasiadas molestias para un báculo  que  sin sus complementos  es un lindo adorno,  afirmó Bunnie.

— Quizás  no sea realmente ese el objetivo,  apuntó   Waiti

— Cuál crees   que sea ? Preguntó Harper

— Lo ignoro,  realmente me desagradan   las misiones de ese tipo,  por  ello  me uní al comando alfa de seguridad,  soy un tipo al que le encanta recibir ordenes,  si mi comandante en jefe me dice  que  asaltemos  una fortaleza y la tomemos,   lo haré,  si me ordena caminar de rodilla en la nieve lo haré,  pero cuando se trata de escudriñar las triquiñuelas de otros me siento   pez fuera del agua,  dijo Bunnie  con voz  preocupada.

— Espero  que no tengamos una sorpresa demasiado grande, no debemos subestimar la situación.  Por primera vez me siento igual de aprehensivo  que  él,  dijo Waiti señalando a  Bunnie.

Al   adentrarse  al  bosque  que  crecía en la llanura, notaron que los  pequeños pájaros  de  algodón de azúcar   que poblaban el  sitio   ya no estaban, el  silencio era extremo.


Logo escrito
Copyright © WhisperWriters

INICIO

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Content is protected !!